Evanescente | ¹

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Hoseok despertó con claras intenciones de seguir durmiendo. Era su día libre y solo deseaba quedarse en la cama hasta tarde. El joven se dio la vuelta para volver al mundo de los sueños pero al estirarse golpeó contra algo.

El pelirrojo se asustó tanto que gritó histérico. Con una mano encendió la luz y con la otra agarró el reloj de la mesilla. No era un arma mortífera pero algo se podría hacer con ello.

-¡Maldito imbécil!- gritó al ver a Namjoon sentado al fondo de la cama. El corazón del pelirrojo latía a un ritmo frenético -¡Casi me quedo impotente del miedo!

El menor no dijo nada. Tampoco se movió.

-¿Qué estabas haciendo a oscuras?- Hoseok se tocó el pecho, todavía sentía el susto en el cuerpo -¿Joonie?

Al no recibir una respuesta se levantó de la cama.

-¿Dónde estuviste anoche?- se cruzó de brazos -Sé que eres mayorcito pero deberías dejar una nota si vas a pasar...- Hoseok se calló al ver su rostro; el menor tenía los ojos llorosos.

Namjoon bajó la cabeza, escondiendo las lágrimas.

Hoseok no preguntó qué sucedía, solo apagó la luz y se sentó a su lado. El mayor buscó la mano de su mejor amigo y la apretó con afecto. No era la primera vez que lo veía así.

Namjoon nunca lloraba delante de otros, su única excepción era Jung Hoseok. Desde la muerte de Minjun recurría a él como apoyo y consuelo. A pesar de lo difícil que le resultaba expresar sus sentimientos, con Hoseok era diferente. El pelirrojo siempre usaba el mismo método para hacerle sentir cómodo. Con las luces apagadas y su presencia, creaba un ambiente que lograba hacerle abrir su corazón.

Era algo muy especial entre ellos. A veces ni siquiera hablaban, solo se sentaban en la oscuridad y se sujetaban de la mano. Otras veces Namjoon se desahogaba del todo y el mayor lo consolaba con afecto.

El pelirrojo nunca sabía qué diría su amigo pero daba igual, siempre respondía ante sus necesidades.

-Estoy perdiendo la cabeza, Hobi- se mordió el labio inferior, ahogando un sollozo -Le he dicho a un tipo que Jimin es mi hermano... Y parte de mí a veces lo cree de verdad...

El mayor no se sorprendió en lo más mínimo. Sabía cómo miraba a Jimin, ni siquiera necesitaba oírlo para saber lo que sentía por él.

-Lo echo tanto de menos- dijo intentando controlar las lágrimas -No puedo dejar de ver a Minjun en él...

Hoseok le acarició la palma de la mano con el pulgar.

-Debí salvarlo... Debí salvar a Minjun... Pero murió entre mis brazos, murió porque me fui...

-Hiciste todo lo posible por tu hermano- aseguró -Él no querría verte así.

Namjoon apretó el rostro contra el hombro de Hoseok. El pelirrojo lo abrazó con el corazón en un puño. No sabía qué había sucedido exactamente con Jimin pero algo debió pasar para que el menor estuviese en ese estado. Hacía meses que no le veía tan vulnerable.

El chico guardó silencio hasta que Namjoon recuperó la compostura.

-Aunque se parezcan, Jimin no es Minjun- Hoseok deslizó la mano por su brazo -Pero no hay nada de malo en que tengas sentimientos por él, Joonie. Es un buen chico y sé que te estima. Deja que Minjun descanse en paz y empieza a vivir tu vida.

-¿Cómo?- Namjoon giró el rostro hacia él. No se podían ver pero sentía la cara de Hoseok muy cerca de la suya -¿Cómo hago eso?

-No lo sé- confesó -Pero aquí estoy para ayudarte a descubrirlo- Hoseok sintió su respiración sobre la suya -Siempre puedes contar conmigo.