Evanescente | ¹

28

Jungkook entró en la habitación. Lo primero que hizo fue mirar a su amigo. Taehyung seguía tumbado en la cama y tenía los ojos cerrados.

—¿Cómo te encuentras?

—Cansado.

El maknae se acercó a la cama y dejó el botiquín sobre la mesilla de noche.

—¿Quieres que lo haga yo o esperamos a tu hermano?— le preguntó indeciso mientras abría el botiquín.

—Hazlo tú.

Jungkook apartó el trapo de cocina y miró la pequeña herida del cuello. Entró al cuarto de baño para lavarse las manos con jabón. A la vuelta cogió un poco de desinfectante, limpió la herida y la tapó con un apósito. Luego sacó una tijera del botiquín y se inclinó un poco sobre el mayor.

—No te muevas— empezó a cortar la camiseta por el centro.

—Me la podía haber quitado— dijo Taehyung.

—Te habrías hecho daño. Solo es una camiseta, hyung.

Una vez rota se la quitó con mucho cuidado. El torso de Taehyung estaba cubierto de manchas rojizas que empezaban a tornarse moradas. El maknae sabía lo que se iba a encontrar. Había visto cómo le pegaban y aun sabiendo eso, se disgustó visiblemente.

—Solo son golpes. No pongas esa cara.

Jungkook le miró preocupado. Las heridas que tenía eran superficiales, ninguna parecía peligrosa. Eso no le inquietaba, pero ¿y los golpes?

—¿Por qué no dices nada?

—Debería ir a Busan.

—¿A Busan? ¿Estás loco?

—Hyung, has tenido un accidente y te han dado una paliza. ¿Y si tienes algo roto? ¿Y si tienes algo grave?

—Jungkook...

—Voy a ir a buscar un médico.

—No.

—Pero lo necesitas.

—Jungkook, Busan debe de estar hasta arriba de infectados. ¿Cómo piensas encontrar un médico en una ciudad tan grande?

—Iré al hospital.

—¡¿De verdad crees que todavía queda gente en el hospital?!— Taehyung frunció el ceño— Además, es un sitio peligroso.

—Eso no me importa.

—Pero a mí sí— suspiró molesto—Jungkook, no es la primera paliza que me dan. Te aseguro que no tengo nada roto. Solo necesito descansar.

—¡¿Qué quieres decir con que no es la primera paliza que te dan?!— dijo muy sorprendido.

—Había gente a la que no le agradaba en el instituto— le miró cansado —Solo dame algo para el dolor y déjame dormir.

Jungkook apretó el puño, quería hablar sobre el tema pero sabía que Taehyung no se encontraba en condiciones. El joven se veía exhausto.

Sacó dos pastillas para el dolor y cogió la botella de agua que tenía sobre la otra mesilla. Ayudó a su amigo a incorporarse.

—Espero que al menos te hayas vengado— dijo mientras le daba las pastillas.

—No me gusta la violencia— contestó al terminar de tomárselas.

—A veces la violencia es lo único que entienden esos gilipollas— Jungkook le ayudó a tumbarse.

A continuación le quitó el pantalón de pijama. La rodilla no sangraba pero estaba algo hinchada.

—Hablas como mi hermano.