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Yoongi se quedó paralizado, mirándole con incredulidad. Había sido tan inesperado que su mente no lograba procesarlo.

—No— negó con la cabeza —Tiene que haber una solución.

—No la hay.

—Tiene que haber una forma— Yoongi hizo caso omiso a sus palabras —Hoseok es enfermero, seguro que sabe qué hacer. Él tendrá algo que pueda ayudarte. Quizá exista una forma de... De...

Jimin abrazó a su novio con tanto dolor que temió romper a llorar. Yoongi solía razonar con lógica pero en ese momento no pudo; el impacto no le dejaba pensar con claridad. Solo hundió el rostro en el cuello del rubio y le rodeó la espalda con fuerza.

—No puedes irte, Jimin. Acabo de volver contigo, no puedes dejarme.

El menor quería ser fuerte, quería decirle que todo iría bien pero no supo cómo.

—¿Qué voy a hacer sin ti?— Yoongi no pudo aguantar las lágrimas.

—Vas a seguir adelante.

—No...

—Yoongi, escucha— Jimin intentó soltarse pero el mayor no le dejó, lo mantuvo apretado contra su cuerpo —Tienes que llevarlos hasta la base militar, tienes que ponerlos a salvo. No puedes rendirte ahora. Todos te necesitan, eres el pilar de este grupo.

—Y tú eres el mío— Yoongi le miró a los ojos.

Jimin observó con gran pesar cómo las lágrimas se deslizaban por las mejillas pálidas de su novio.

—Voy a estar contigo. Aunque no sea físicamente, estaré contigo— insistió con un nudo en la garganta —Por eso no puedes venirte abajo. Eres el líder. Si pierdes el control los demás no sabrán qué hacer. Necesitas mantener la cabeza fría, necesitas ser fuerte y...

—¡Para!— se apartó de él —No necesitas tener tacto conmigo, no necesitas buscar palabras a las que pueda aferrarme el resto de mi vida— tomó su rostro entre las manos —Deja de pensar en mí y dime cómo te sientes.

Jimin pretendía ser valiente, pretendía darle fuerzas como le había visto hacer a Seokjin aquel fatídico día de primavera; pero no pudo. No fue capaz de controlar la desolación ni el miedo.

—Yo...— bajó la mirada —Yoongi, yo...— la alzó con lágrimas en los ojos —Estoy asustado— se dejó estrechar entre sus brazos —No tiene sentido que le tema a la muerte, no después de haberla evadido tantas veces pero estoy asustado— sollozó —No quiero morir. No quiero morir.

Yoongi le acarició la espalda en un desesperado intento de calmarlo a él y también de calmarse a sí mismo.

—De verdad creí que lograríamos llegar a la base militar y empezar una nueva vida— se mordió el labio inferior, aplacando un gemido —Quería ver cómo seguía creciendo la relación entre nuestros hermanos. Quería crear una gran amistad con los demás— se apretó más fuerte a él —Pero sobre todo quería pasar toda mi vida contigo, Yoongi. Lo siento muchísimo...

—No es culpa tuya— le besó la mejilla, notando el sabor salado de sus lágrimas —Yo quería lo mismo. Lo deseaba con todo el corazón.

Jimin lloró con amargura, lloró hasta que los ojos le picaron. Yoongi fue más comedido. El mayor sintió la necesidad de tragarse su pena; solo quería darle amor y cariño.

Un infectado, atraído por el llanto, interrumpió el momento entre ellos. Yoongi soltó a Jimin un instante para acabar con el indeseable. El joven lo eliminó sin inconvenientes, luego regresó al lado de su chico.

Evanescente | ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora