Capítulo 74

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Narra Omar:
Nos separamos unos segundos.
Omar: te amo Yai, te amo.
Yai: yo también te amo Omar - dijo con voz suave, pero sexy, o al menos yo así lo escuché. Volví a besarla, esta vez con un poco más de lujuria. Coloqué mis manos debajo de sus nalgas y la alzé, acto seguido ella envolvió sus piernas en mi cintura y nos continuamos besando con mucha pasión, no puedo negar que me temblaban las manos solo de tenerla allí en mis brazos. La cargué hasta la cocina y la senté en el borde del fregadero. Ella me quitó la camisa, mordiendo su labio inferior y mirándome, pasó la punta de sus dedos por todo mi pecho hasta llegar a mi abdomen. Volvió a subir la vista lentamente hasta que se encontró con la mía y permaneció unos segundos mirándome a los ojos y mordiendo su labio inferior hasta que murmuró.
Yai: mi amor... eres tan hermoso - dijo y mi cuerpo se estremeció. Me mordí el labio inferior, tomé su barbilla y la besé sintiendo como poco a poco me entregaba el control de su cuerpo. Quité su sosten, deslicé mis manos por todo su abdomen sin dejar de besarla y tomé su par de pechos en mis manos. Se separó del beso solo para dejar salir un suave gemido y mirarme con cara de deseo. Me deslicé con mi boca hasta su cuello y su piel se erizó, podía sentir como apretaba fuerte mi espalda, mientras besaba su cuello, dejé caer mi mano derecha directo a su entre pierna y con pequeños roses superficiales la llevé a su extasis.
(Entre suspiros y gemidos)
Yai: Omar... mi amor...
Omar: dime cariño...
Yai: hazme el amor...
Omar: mi amor... ¿estás segura de lo que me estás pidiendo?
Yai: sí cariño, hazme tuya Omar, hazme el amor. Por favor...
Omar: mi reina... ¿tú crees que debemos hacer ésto?
Yai: yo te amo y quiero ésto Omar, pero puedo entender si tú no.
Omar: ey no... yo si quiero ésto y también te amo.
Yai: ¿entonces? ¿qué te detiene? Házmelo - dijo muy excitada, removí su ropa interior, la bajé del borde del fregadero, me quité el pantalón junto con mi ropa interior y le di media vuelta, agachándola un poco, solo entré en ella muy suavemente para no lastimarla y con movimientos pélvicos muy suaves y precisos la hice gemir de placer y que maravilla es escucharla, eso me excita mucho más.

Noche InolvidableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora