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¿Extraños?
Hace tres días los estudiantes de Hogwarts se habían incorporado al colegio, Harry estaba que sacaba chispa del cuerpo por el gozo de no haber tenido ningún problema en tan escasos días. Por primera vez en todos los años en los que estudio en el colegio se sentía como un personaje secundario en una obra literaria; nada de conflictos, nada de criaturas que quisieran matarlos, ni de profesoras locas con deseos de poder. Actualmente llevaba a cabo la vida de un adolescente normal, común y corriente, aunque Harry sentía que algo le faltaba...
Hoy era sábado. Un día caluroso que provocaba en algunos alumnos del colegio el mar humor, poniéndolos gruñones, por la ola de calor y los continuos rayos del sol, pero Harry estaba lejos de sentir molestia, en realidad estaba de un buen humor, eso, desde que despertó en la mañana hasta ahora en la tarde, (A pesar de estar sudoroso) y es que nada podía hacerle enojar ahora. Lleva encima unas barbudas de mezclilla azul, una camisa y unas zapatillas blancas, conjunto perfecto, para no ser una de las víctima de acaloramiento. Harry andaba por los corredores del catillo con un sobre blanco y de sello verde en las manos con una sonrisita boba en su rostro. Iba directo a la lechuceria de Hogwarts, a realizar su tercera carta dirigida a la ciudad de Holyhead, en el noroeste de Gales para Ginevra Weasley. Oh, Ginny como muchos le decían y la conocían.
Ginevra Weasley, poseía un cabello pelirrojo humeante (Como el mismo fuego) y ojos marrones brillantes. La chica era el séptimo miembro de la familia sangre pura Weasley y por ende hermana menor de Ronald Weasley, el mejor amigo de Harry Potter. Y para sorpresa de muchos la futura pareja de este. Harry y Ginny antes de haberse vuelto pareja, habían tenido varias subidas y bajadas en su relación, tal y como una montaña rusa, pero al final del juego quedo el deleite para ambos. Pues al final con promesas y muchas citas de por medio terminaron volviéndose la pareja más famosa del mundo mágico. Sin embargo para la reciente pareja, no todo fue miel sobre hojuelas.
Cuando a ambos adolescentes les llego la carta de reincorporación a el colegio de Hogwarts, fue dicha para los dos. Pero luego de dos días de recibir aquella carta, llego a manos de Ginny una misiva que era un sueño. Las Arpías de Holyhead (un equipo exclusivamente femenino de Quidditch), había mandado cartas de reclutamiento a varias chicas de Inglaterra y parte de Irlanda, informándoles que eran una de las afortunadas para formar parte del equipo. Lamentablemente para la familia Weasley y su pareja, Ginny se negó a aceptar, con la excusa de no estar dispuesta a dejar a Harry solo en el colegio cuando por fin lo tenía junto a ella. Pero por otra parte su pareja no se quedó con los brazos cruzados. Él no esperaría a que la chica arruinara esa enorme oportunidad por él. Unos días antes de la partía a el colegio, le exhorto que debía hacerlo; que unos simples kilómetros no dañarían el gran amor que formaban juntos. Después de cuatro largos días de suplicas y de palabras de apoyo, Ginny acepto convencida de su pareja y porque ella confiaba en el pleno amor que se tenían. Por eso y a días de regresar al colegio, la chica tomo el primer traslador y partió a Gales...
Harry estuvo muy orgulloso de ella.
Ahora la pareja trasmitía su amor con puras palabras a kilómetros de distancia, y realmente no era tan malo como lo habían creído.
Harry llego después de un rato caminando a la entrada de la lechuceria. Cuando asomo su cabeza al cuarto de piedra circular, dos arrugas aparecieron en su frente al ver al individuo dentro de la habitación. No necesito ni verle la cara para darse cuenta de quien se trataba al ver la nuca pálida del chico y las ropas caras de marca que llevaba encima. En ese momento Harry se cuestionó en entrar o no. Pero segundos después entro diciéndose mentalmente que la presencia de Draco Malfoy no le iba a detener de entregar su preciada carta. Paso detrás del chico pisando de más el piso para que supiera que había alguien entrando, pero este - que se encontraba escribiendo en el mesón de media luna pegado a la pared de la izquierda -, ni siquiera levanto la cabeza del pergamino donde escribía, Harry paso de eso y se fue a sentar un asiento lejos del chico rubio. Tomo uno de los pergaminos en rollados del frasco de vidrio y lo extendió sobre el mesón, agarro una pluma de las millones que volaban a su alrededor y comenzó a escribir en respuesta de la carta pasada de su pareja.
La pierna derecha de Harry traqueteaba en el suelo en un sonido continuamente irritable mientras anotaba sobre su pergamino. Estaba ansioso por algo y realmente no sabía que era ese "que". Lo único de lo que podía estar seguro, era que en el tiempo en el que ha estado en ese cuarto a solas con Malfoy ya se habían volteado a ver una vez y este no le había dirigido ni una palabra. Era la primera vez que se veían Harry y Malfoy, así de cerca después del asunto que paso con el brujo rubio en la locomotora. Y aunque llegaron a verse por los pasillos algunas veces, estas solo se basaron en vistazos fugaces y nada más. En las cuales ni se dirigieron la palabra. Harry supuso que esas veces Malfoy no lo alcanzo a notar y por eso no habían tenido una discusión durante los dos primeros días de clase, y tampoco congeniaron en las clases, puesto que no habían tenido materias en común, aun, ya que al final no se libraría de el por siempre, después de todo, tendrían las clases de pociones y Defensa Contra las Artes Oscuras, juntos... muy pronto.
Como hace cinco minutos Harry volvió a ver por el rabillo de sus ojos a Malfoy para ver si este volteaba a verlo. No fue así, el joven brujo no le regreso la mirada al estar más ocupado doblando su pergamino en el que antes estaba escribiendo. Aquello solo significaba una cosa; él estaba a punto de irse. Malfoy doblo tan prolijamente y delicadamente aquel papel que hizo que Harry rodara los ojos al verlo, ¿Por que tenía que ser tan perfeccionista en todo? Se quejo el brujo de cabello indomable, sin dejar de ver las delgadas y pálidas manos del chico por la esquina de sus ojos. Ya que el pergamino quedo al gusto de Malfoy, (Oh, eso pensó Harry) el chico se levantó del asiento y metido el papel en un sobre de color negro con bordes planteados. Se pasó a la otra mesa, a espaldas de Harry, y el chico le vio por encima de su hombro, curioso observo la espalda y los movientes que hacía, luego de hacer algo que Harry no logro alcanzar a ver porque una; el chico estaba de espaldas a él y dos el búho que tenía en el hombro le tapa la vista. Contemplo que el animal de pelaje negro abría sus grandes y anaranjados ojos cuando el largo y casi huesudo dedo índice de Malfoy le acaricio el pico. La cara de Harry se retorció en una mueca de sorpresa, ¿Draco Malfoy siendo cariñoso con una criatura viva? No podía ser.
En una santiamén se cuestionó que aquel brujo fuera Malfoy. Tal vez por eso no me reconoció... Analizo Harry.
El ave segundos después de ese mimo, tomo la carta entre su pico, cuando su amo se la estiro. Ala brevedad de eso, alargo sus grandes alas y salió volando soltando unas cuantas de sus plumas. El chico de cabello rubio se incoó y tomas aquellas plumas del suelo reuniéndolas en una mano, y después oteando las plumas entre sus dedos, salió a paso calmado fuera de la torre. Harry dejo de verlo por encima de su hombro y lo seguido con la mirada hasta la salida. Al perderlo de vista, regreso el rostro al frente con las cejas juntas, confundido, ¿De verdad aquel sujeto que le ignoro había sido Draco Malfoy? Harry negó con la cabeza tras volver a regresar la mirada a su pergamino. -porque había vuelto a ver la entrada de la lechuceria por si es que volvía aquel chico- Ese no había sido Malfoy, no le importaba que aquel brujo tuviera el pelo liso y rubio como Malfoy o que portara ropas caras y de marca como Malfoy, o que tuviera un búho real como Malfoy. Harry estaba cien por ciento seguro de que ese chico que le había ignoro no era el Draco Malfoy que conocía. El verdadero jamás lo ignoraría al tener tan grandiosa oportunidad de burlarse de él cuando se encontraba solo. Harry volvió a negar con la cabeza con una sonrisa tonta, por supuesto que él no era Malfoy.
Termino de escribir su carta. Y cuando salió de la torre, se la paso el resto del día, diciéndose para sí mismo que aquel brujo no se había tratado de Draco Malfoy que el verdadero llegaria de repente, se postraría enfrente de él enseñándole en sus finos labios su típica sonrisa vil y le soltaría asidas palabras y él al haberle estado esperando, le respondería con algo mucho mejor...
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¿ 𝙶 𝙰 𝚈 ? | ᴴᵃʳᶜᵒ
FanfictionLas cartas llegan un día inesperado. El Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería ha vuelto a abrir sus puertas tras una guerra que solo se conservara en los libros de historia, y no en sus pilares reconstruidos. Harry Potter y sus amigos regresan para...