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Teddy


Hermione rio, una risa estridente y bonita, todo porque estaba hablando con Ron, y Harry, sentando en uno de los sofás de la sala común observo todo de refilón. Era vagamente extraño ver a aquellos dos juntos, y más ver a Hermione feliz al estar con Ron, pero ya no le sorprendía tanto. Desde hace algunos días, (más o menos desde que volvió del entrenamiento) se dio cuenta que Ron hacia cosas que antes no, como darle flores a Hermione, y decirle lo bonita que era, algo que tomaba tan desprevenía a la chica que le hacía balbucear como tonta, lo cual era tan raro de presenciar, pues la chica era tan lista que no le cabía las dudas a la hora de hablar, obviamente no era asi siempre. Con Ron ella era diferente, lo que alegraba a Harry, pero aun lo mantenía al margen, pues ella era su amiga, su mejor amiga, asi que si Ron volvía hacer de las suyas y volvía intentar lastimarla el tendría que realmente hacer algo de lo que no quería...

Aparto la miranda soltando un suspiro, y bajo la mirada al mapa sobre sus manos.

La manchita con el nombre de Draco Malfoy seguía dando vueltas en su habitación en Slytherin. Harry apretó los labios, se sentía inquieto, y no sabia porque, pero consideraba que aquel sentimiento no le correspondía y era más como el que Draco tuviera en ese instante.

Había estado algo raro otra vez, aunque no se notaba tanto, como la vez del patronus. Esta vez su novio se veía mas cuidadoso y cayado, pensativo, pero no dejaba de lado a Harry, pero tampoco adoraba el silencio. Draco antes hablaba y mucho, demasiado, casi nunca hablaba Harry, pero ahora parecía más reservado y eso no le gustaba, además de que ahora era menos expresivo. Era casi un milagro verlo reír, reía con él, sí, pero Harry llegaba a tener la sospecha de que las risas eran falsas y que algo le atormentaba por dentro.

En momentos como este Harry desearía ser un experto en la Legeremancia y asi poder vagar en la mente de su novio para descubrir sus secretos, porque él era el que poco conocía de Draco, ya estaba seguro de que su novio conocía mas secretos de el, que el de Draco y eso le sacaba de quicio ¿Acaso su novio no confiaba en él? Y aunque supiera Legeremancia sabía que no lograría nada ante su novio experto en Oclumancia.

Soltó un gruñido y apunto de cerrar el mapa del merodeador noto algo extraño, una macha en particular acercándose a la sala.

Edward Lupin

—Teddy...—Farfullo Harry y de repente de la entrada del cuadro de la señora gorda apareció la directora Minerva McGonagall acompañada de un pequeño niño de tres años de cabello azul y ojos oscuros que vieron a Harry de inmediato.

—¡Padrino! —Grito el pequeño Teddy Lupin al soltarse de la alta mujer y caer en brazos de Harry que con tiempo aparto el mapa y soltó un soplido grande cuando sintió el peso del niño aplastarle los pulmones.

—T-Teddy, Hola—Dijo Harry a duras penas mirando el cambio de color en el cabello del niño.

—Potter, debo hablar contigo...—Dijo la directora mirando con seriedad a Harry que al ver a la mujer cambio su expresión divertida a una seria.

—Oh, sí, claro...

—¿Teddy, queréis ver una partida de ajedrez? —Pregunto Hermione captando el tenso ambiente de inmediato y llamando la atención rápidamente del niño que tenia ahora el cabello como Harry, pero que en un instante se puso rojo como el de Weasley y de su carita sonriente brotaron pecas.

—¡SI! —Grito el niño y salio corriendo a la mesa donde Hermione y Ron estaba hablando con anterioridad.

Harry dejo el mapa en el sofá con aquella manchita de Draco ahora en los pasillos del primer edificio alado de una manchita que decía Ginny Weasley...

¿ 𝙶 𝙰 𝚈 ? | ᴴᵃʳᶜᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora