Las cartas llegan un día inesperado. El Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería ha vuelto a abrir sus puertas tras una guerra que solo se conservara en los libros de historia, y no en sus pilares reconstruidos. Harry Potter y sus amigos regresan para...
Al momento en que Harry Potter cruzo por el cuadro de la dama gorda y vio a Hermione, Ron y la mitad de su casa parados junto al jefe de la casa Gryffindor: Banan Ósullivan la respiración así como el alma le abandonaron sin pena, pero la situación para su pobre cerebro sobre esforzado, empeoro cuando vio los ojos de la directora completamente pegados a su persona. Sabía que algo más espantoso que un castigo se avecinaba, sabía que al cruzar por completo el marco de la entrada pasarían muchas cosas, ¿ Y cómo no? Después de haber desaparecido por dos días y uno y medio de la escuela sin avisarle a nadie, podía estar seguro de las consecuencias que le darían, sin embargo Harry no se sentía culpable ni molesto, podría incluso decirse que el chico se sentía vivo, algo que le había hecho falta desde que entro nuevamente a la escuela.
No quito su sonrisa ni se molestó en esconder su evidente resaca, simplemente paso un pie adentro de la habitación, y se preparó para la continuación de los eventos...
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Al día siguiente en que Draco Malfoy despertó y realizo la misma rutina al despertar, nada paso con problemas en la continuidad del día, hasta la hora de los desayunos... Cuando recibió la carta de la directora McGonagall informándole que su castigo con el señor Potter había finalizando aun sin acabar las tres semanas se sintió como si hubiera pasado horas bajo la lluvia en una noche helada en invierno. ¿Cómo que había finalizado su castigo? Pero peor aún ¿Por qué no se sentía feliz al respecto? Pero mucho más importante...
—¿Dónde diablos estas Potter...?— Susurro Malfoy viendo el lado vacío que se hallaba en su mesa de trabajo de la clase de pociones. Por primera vez en su vida como amante de la clase de pociones, el mago con fastidio dejo el cuchillo sobre la mesa y se pasó una mano por el cabello desesperado. ¿Por qué tenía que poner a pensar en Harry Potter ahora? Acaso no debía estar festejando que no le vería después de clases, ni que tendrían que volver a hablarse. Es que acaso aquella absurda idea de ser amigos realmente se le estaba haciendo ¿sensata? Y qué, que estuvieron una noche juntos como amigos en otro lugar, y que, si se divirtió alado de Harry Potter, estaba ebrio y no pensaba. Asintió con firmeza, mientras tomaba los frascos con ingrindientes, eso debía ser, el estado de embriagues le llevo a familiarizarse con Harry Potter y eso fue todo, por supuesto que él no quería a Potter a su lado como amigo, no, claro que no, siempre será su enemigo y...
—...Además Potter...
—¿Que Potter qué?— Pregunto rápidamente Malfoy levantando el rostro, para ver un cuadrado rostro femenino enfrente de su mesa.
—...Que está... castigado...¿No escuchaste nada de lo que te dije?— Pregunto Parkinson con una mano en la cadera y la otra elevada, mostraba una mueca de evidente indignación.
—Estabas...— Movió los iris de sus ojos de un lado al otro confundido—¿Estabas hablándome?— Pregunto este demasiado perdido, pues realmente no había escuchando nada, ni siquiera un sonido en todo aquel momento en que divago.
La chica se puso una mano en el rostro.
—Por Merlín, si no decía Potter de seguro te seguías...— Mascullo ella, apartando su mano de sus facciones—En fin, solo te recordé que a los prefectos nos toca las decoraciones para la fiesta de Halloween de este año y adivina que... Nosotros somos prefectos y debemos hacer esa mierda, hacía que espero dejes de estar divagando en tonterías y dejes de desaparecer cada cuanto, porque debós preparar esa idiotez y solo espero que no me dejes sola con todo ese peso escuchaste ¡Malfoy! — Exclamo la chica tomando de repente el cuchillo de la mesa que con anterioridad tenía el rubio para levantarlo al ver que su compañero volvía a tener la mirada perdida, de inmediato los grises ojos del rubio hicieron bizcos para ver la punta filosa de aquella arma y entorno los ojos.
—Te escuche— Respondió el, mirando a la chica aun con los ojos entornados.
—Bien— Bufo, clavando la punta del cuchillo en la mesa de trabajo del chico, antes de volver donde desde hace rato otra chica le estaba llamando. Sin notar que Malfoy se volvía a perder...
Por otro lado en una mesa lejana en donde ya hacia Malfoy ensimismado dos chicos, de los cuales no hablaban para nada, se escuchó un suave "Pss" Theodore Nott que escribía los pasos de la poción en uno de los pergaminos junto la cejas, pero no presto atención a tan raro sonido, "Pss, psss" volvió a escuchar y esta vez más cerca y con un tono más fuerte; lo peor de aquel ruido es que conocía bien de donde provenía y quien era el responsable...
Levanto su cansada mirada, al tiempo en que el chico enfrente de él abría la boca, seguramente para dirigirle ahora la palabra. Rápidamente Ernie Macmillan apretó los labios y miro a otro lado que no fuera aquella mirada muerta. Aun así— al estar mirando a otro lado—, el chico deslizo por encima de la mesa un pequeño frasco con una nota amarrada al corcho.
Nott por segundos que parecieron horas para Ernie se quedó viendo aquel frasco de procedencia extraña, con los ojos entornados y sin ninguna mueca en su rostro, entonces cuando por fin los ojos del castaño se elevaron a ver al rubio enfrente de él, Ernie le hizo un ademan con su mano que significaba "beber". Con esa simple acción las cejas castañas del otro, se contrajeron y sus labios hicieron un gesto de confusión. Pero Ernie simplemente levanto su dedo pulgar y le guiño un ojo a Nott para regresar a su pergamino. Harto por ese comportamiento tan peculiar, estiro abatido la mano por encima de la mesa después de haber soltado un suspiro y tomo el frasco. Leyó la nota "Para que duermas" decía en una cursiva muy elegante, pero lo que cambio el rostro sin emociones de Nott a uno con la una ceja levantada y curioso, fue que el exactamente no había podido dormir bien últimamente por un vago pensamiento en su cabeza que sabían escazas personas, muy escazas personas.
Pero el en ningún momento le dijo algo a Ernie o le dio la expresión de que estaba cansando jamás lo hizo, era sumamente sospechosos, pero Nott no se iba a poner a pensar sobre aquello, levanto los brazos sin interés y se metido la botella en el maletín sin haberle dado las gracias a Ernie ni siquiera levanto el rostro para verle, simplemente regreso su vista al pergamino que estaba a punto de terminar y nuevamente ignoro al chico enfrente de él, quien sonrió y meneo la cabeza desaprobatorio por la conducta del otro, pero feliz porque no le aventó la poción que tardo horas en hacer, para que este descansara con facilidad...
