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Cardio


Nada de esto estaría pasando hace un mes. Se referia a la cita. Ron estaba nervioso, se notaba por la cantidad desmesurada de sudor que soltaba su cien. Había preparado una velada muy especial para Hermione esperando conseguir una poca cantidad de oportunidad para recuperar su relación.

Desde que despertó ya tenía el deseo de al menos recuperar una cuarta parte. Esperaba más que un tres porciento, porque sabía que ni uno debería darle la chica, aunque tenía esperanzas, un gramo minúsculo de deseo.

Ron era tonto, él lo sabía, pero no malentiendan, era tonto con lo sentimental. Cuando se necesitaba el usaba el cerebro y era muy brillante, sin embargo, a la hora de ponerse sobre los zapatos de otro no comprendía, por eso la ayuda de Draco Malfoy le sentó de maravilla. Inesperado. Estuvo un poco dubitativo al principio, las cosas que le dijo para ser un buen novio eran acciones tan fáciles de hacer que no le convenció del todo y creyó que solo estaba jugando con el cómo en los viejos tiempos, y aun asi, ante la duda, lo intento, y escucho, ya no hablo, no más, solo escucho, y más específicamente a Hermione. Por dos días enteros se dedicó a estar a su lado y prestarle la atención que no solía darle, casi..., nunca, ni cuando eran una pareja.

Escuchar se volvió su pasatiempo favorito. Se había dado cuenta que escuchar primero y hablar después era excelente, algo hermoso..No solo aprendía más de los demás, si no que ahora parecía menos tonto al decir alguna cosa que pensara en su cabeza en ese momento. Podría decirse que ahora sí que sabía que decir en los momentos correctos. Asi pues, fue como planifico la cita perfecta de Hermione.

Sencillo, detallado, cómodo, pero especial y no lo había logrado sin Draco Malfoy...

—Hola.

Ron se dio la vuelta con una sonrisa grande, pero después dejo la boca abierta, casi tocaba el suelo. Hermione estaba hermosa, lirica, y solamente vistiendo una falda azul fuerte que le llegaba a las rodillas y una camisa blanca de manga larga encima, imagino como se vería de gala, uff. El chico se sonrojo tanto que no pudo ocultarlo, aun asi no le importaba, quería que Hermione supiera todo lo que provocaba en él.

—¡Hola! — Exclamo Ron acercándose de una zancada. Hermione agrando la sonrisa que ya tenía, y coloco las manos atrás de la espalda tímida. Ella estaba tan nerviosa como el, solo que sabia disimularlo mejor—E-es por aquí—Señalo el lado contrario de la habitación, tablaba como si tuviera frio.

La habitación había sido un misterio hasta el día en que Draco Malfoy se la enseño.

"—Aquí, nadie la ocupa ni nada. El rumor dice que suelen vagar las sirenas y que mantiene a los chicos aturdidos. Yo he sido testigo de que no, pero me he mantenido el secreto, la habitación es cómoda para saltarse las clases...".

Le comento aquel día Draco al abrir la puerta del salón en las mazmorras. Para llegar tenías que pasar por un pasillo oscuro lleno de ventanas circulares montadas al centro encima de tu cabeza, y luego virar por la izquierda a través de un umbral con pilares rodeadas por serpientes de piedra a las cuales debías ignorar para no terminar en otro pasillo, perdido y solo. Si lograbas no seguirles los siseos terminabas en otro pasillo con dos puertas en cada lado, la del lado derecho conducía a una muerte segura, la izquierda fue la que le mostró el chico.

No era más que un simple cuarto redondo, con cuatro pilares en medio tipo egipcios dejando un espacio circular al centro. Era un sitio llamativo, pero lo que más llama la atención era el hecho de que las paredes eran de cristal y rodeaban toda la habitación, excepto la puerta. Sin duda era frio y solitario, pero con algunos arreglos, luces y un poco de magia, Ron y Malfoy, (en un completo silencio)  lograron algo especial.

¿ 𝙶 𝙰 𝚈 ? | ᴴᵃʳᶜᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora