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La pesadilla


Se encontraba caminando con regañadientes por los pasillos del colegio luego de haber despertado con una horrible jaqueca, estaba desorientado, no sabía si era de día o noche, martes o domingo; había poca luz entrando por lo ventanales del colegio, pero eso aun no le aseguraba la hora, tampoco estaba seguro de por qué el castillo se hallaba en un abismal silencio.

De repente Draco volvió a la realidad cuando sintió como su hombro era golpeado con mucha fuerza, haciéndolo voltear para enfrentar a quien se había atrevido a golpearlo, pero como si se tratara de cámara lenta Harry Potter, apareció de la nada, pasando de largo frente a la atónita mirada del rubio...

—¡Oye! — Le llamo Draco lleno de desespero. Desaparecía por días, y ahora llegaba como si nada, ¿Cómo se atrevía a darle tal susto? Sin embargo, el chico siguió caminando cada vez más lejos de el, de su vista—¡Harry! —Grito, pero el aludido solo aumento sus pasos, haciendo su túnica hondear, asustando a Draco—¡Harry, espera! —Suplico cada vez más desesperado, pues Harry parecía alejarse cada vez más pero el parecía que ni siquiera se movía de su lugar, aunque estuviera moviendo los pies como psicópata—¡Detente, por favor!

Pero ante el grito, Harry desapareció por una espesa oscuridad de la nada, frente a sus ojos llenos de impacto, el rubio no solo había quedado boca abierta, si no que su respiración se había agitado y su corazón se había parado por una milésima de segundo. Estaba claro que quería llorar, sus ojos vidriosos lo delataban. Su cuerpo desconectado de su cerebro reacciono antes de que el tuviera tiempo de hacer algo; pues entonces, en ese momento su pierna se había movido para dar el paso, pero lo único que paso fue que cayó en un hoyo negro, y lo primero que vio cuando vio el final de su muerte, fue el techo de su cama...

Como sonámbulo se incorporó del acolchonado lugar donde reposaba y viendo a su alrededor se jacto que aún era de noche. La luz de su cuarto ni siquiera llegaba a iluminar la cama de Gregory Goyle, quien dormía plácidamente luego de haber vuelto a su cuarto. El sueño había abandonado su alma; sudor en su cuerpo y corazón latiéndole como loco, estaba seguro de que no sería la primera pesadilla que tendría.

Se acomodo en la cama, y se acercó a la mesilla de noche de su lado derecho donde reposaba su varita y la jaula de su escarbato, el cual había ganado en el torneo...

En ese estúpido Torneo...

Abrió el cajón y de el saco un pergamino que llevaba un calendario en el con taches en los días. Tomo su varita, y acerco la punta al ocho de febrero, lo tacho, otro día más sin saber de Harry Potter, el dolor le consumía, la culpa aumentaba, las voces de su cabeza seguían.

"¡Tienes la culpa, tienes la culpa!"

Esa noche no durmió para nada aferrado a la túnica de Harry, llorando...


Cuando llego la mañana, Draco se había tomado tan poca molestia en verse bien que se había olvidado de la corbata por completo, que debía meterse la camisa a los pantalones y que lo calcetines eran pares y no nones, pero tan poco le importo que solo bajo a la sala común de su casa, y partido directo al comedor, a comer migajas, ya que al final nada le pasaba por la garganta. Lo único que le daba las esperanzas para seguir levantándose en las mañanas, era el reunirse con Granger, para seguir con aquella ilegal búsqueda con respecto al paradero de su pareja...

Sinceramente (y no era por alardear) él había notado desde antes la incompetencia de los Aurores elegidos para la búsqueda de Harry Potter. Ni siquiera sabía cómo es que habían llegado a estar en ese puesto, por lo estúpido que se veían, Draco sospechaba que ni un encantamiento básico sabían hacer, era como si los hubieran elegido desde antes para aquella misión. Se levanto de su lugar con poco ánimo, dejando un plato casi lleno, Nott le miro de reojo, preocupado al igual que Parkinson, así como Astoria lejos de la mesa, sin embargo, Zabini le dio otro tipo de mirada que él ni noto, y que realmente no le hubiera importado descifrar.

¿ 𝙶 𝙰 𝚈 ? | ᴴᵃʳᶜᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora