☀50☀

1.3K 136 59
                                    

50

Potter- Malfoy


—Dentro de unos minutos comienza. Por favor, siga adelante, hasta los jardines de la casa. ¡Ey, hola! ¿nombre, por favor?

—¡Cuidado con los pavos!

—¿Tu, quien rayos eres? ¿Eres un periodista colado?

—Sáquenlos de aquí, señores, por todos los magos, esto es un evento importante.

—¡Si, señor Robards!

Ajetreo, ajetreo. 

Draco dejo de observar por el balcón de su habitación, se tomo el entrecejo entre sus dedos y apretujo hasta desaparecer el pitido en sus oídos. A medio vestir se sentó al borde de su cama adocelada. 

Al inicio de la mañana, con el sol asomándose por las ventanas, comenzó el día de su boda. Nada malo había pasado hasta el momento; despertó, todo parecía normal, él tenía ya su traje preparado, acomodado en un maniquí que lo saludo antes de quedarse por completo móvil. Sus padres comenzaron mas temprano con los preparativos,  acomodaron a los empleados y dieron instrucciones a los squibs vestidos con su elegante trajes blancos. Los elegidos para caballeros de honor habían llegado a tiempo para él, que, al acabar de tomar un baño estos ya estaban preparados para ayudarlo. Goyle por un milagro hacia todo para mantenerlo calmado, Nott ayudaba como nunca antes, y la única dama, Pansy, era la más estérica en la habitación.

La comida, una elección variada entre platillos ingleses y franceses llenaba de aroma la cocina de la mansión, gente iba y venia, las flores, decorando gran parte de la casa, el jardín, los barandales y grandes centros de mesa destacaban por todas partes. Todo había estado bien preparado antes de que él despertara, agradecía tanto la ayuda de los elfos, Kreacher, Toffi, Winky y de los squib, y sin embargo, aunque todo parecía ir de maravilla, él estaba nervioso. No quería ningún error, algo que provocara que su boda se volviera un desastre, que apareciera en la primera plana de el profeta, no, quería que este día fuera solo de él y de Harry, pero sobre todo, quería ya dar el sí.

—Cariño...

De repente, una voz. Levanta el rostro con los ojos abierto y una sonrisa brillante. Ya nada importaba.

—¿Si? —Contesto Draco tras oír los golpecitos en la puerta blanca. Aquella puerta que lo alejaba de su esposo, el cual se encontraba en la habitación adyacente en la que tuvieron que dormir separados luego de su "noche de solteros" en casa.

No había sido la gran cosa, algo improvisado por parte de sus amigos que se negaron a aceptar el "no" de la pareja.

¿Qué sentido tenía la noche de solteros?

Ellos estaba jodidamente felices de no estar solteros, pero en fin, tuvieron una "noche de solteros" que se basó en una reunión de amigos común y corriente, como alguna otra, solo que separados. Harry estuvo en el piso de debajo de la mansión Malfoy, aburrido, y Draco en su habitación en el segundo piso, también aburrido, ambos querían solamente estar uno con el otro, pero terminaron durmiendo en cuartos separados. 

Aunque, ahora...

No podían tampoco verse. Algo por una tonta regla de no verse antes de la boda impuesta por la señora Weasley y, para sorpresa de los novios, aceptado por parte de la señora Malfoy.  ¿Eso no se aplicaba solamente en mujeres? ¡Aquí no había una mujer!

—¿Estas bien? —Pregunto la preocupante voz de Harry al otro lado de la puerta. Draco se levanto de su cama de un salto y se acerco a la puerta. No la abrió porque no podia. Hermione y Pansy le habían echado el cerrojo con llave, y les habían quitado las varitas a los dos. Era bueno con la magia sin varita, pero no era aun un experto total—Tu madre me dijo que estabas algo ansioso.

¿ 𝙶 𝙰 𝚈 ? | ᴴᵃʳᶜᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora