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La prueba de varitas mágicas


Al levantarse en la mañana del día posterior, confío en que todo iba a surgir como otro día habitual, esta parte realmente no fue así, pero eso sí, Draco Malfoy hizo su rutina como si no hubiera sido nombrando como capeón de Hogwarts, no era como que eso le hiciera sentir superior o pésimo, bueno, a quien quería engañar, se sentía en la gloria de por primera vez ser el centro de atención, le gustaba.

No sabía aun si eso era malo o bueno, a los de su casa les iba bien esa idea, todavía lo recordaba, anoche, cuando llego a su sala común se encontró con una pequeña fiesta al estilo Slytherin, elegante, reservada a solo miembros honorarios, le vitorearon por ser quien representara a Hogwarts, y más gratificante a los miembros de Slytherin.

Sin embargo, a la hora de subir por las escaleras de piedra de las mazmorras a la primera planta adónde la luz ya no era apagada, comprendió que realmente nada iba a ser como antes. Si desde pequeño se dedico a buscar el interés de millones de ojos ahora lo había conseguido, todo ala corta edad de diecinueve años. A decir verdad nadie había tenido los escrúpulos (Hasta el momento) para si quiera disimular a la hora de divisarlo cuando se encamino por los pasillos con un extenso grupo al rededor de "admiradores" de Slytherin  que se habían colado por sí solos a su pandilla pequeña de a quien Malfoy, comenzaba poco a poco a llamar amigos, o sea, Zabini, Parkinson, Nott y Goyle.

El desayuno tampoco fue lo mejor, todos estaba reunidos, así que pocas miradas, era decir "poco", ya que todo el mundo en el comedor le veía, estos furiosos, asqueados, decepcionados, como si Draco tuviera la frase Pedazo de mierda pegado en la frente, y traba de ignorarlo, de dar su mejor esfuerza para no tener que estar sometiéndose a bajar la mirada. No quería verse débil, pero ahora eran demasiadas personas aborreciéndole ¿Por qué? Porque el, a quien menos se imaginaron había sido elegido por el cáliz ¿Y qué culpa tenía él? El cáliz había decidido, no alguien más, si lo eligió fue porque vio algo en él, o algo por el estilo. No era como si su novio hubiera hecho trampa para que fuera elegido, no creía que Harry tuviera la habilidad mágica para engañar un objeto mágico, tal vez en un fututo, pero no ahora.

Por fortuna el desayuno termino rápido para el, las miradas antipáticas claro no se detuvieron, los murmullos tampoco, pero ningún alumno parecía ser tan idiota para acercársele a él, cuando estaba rodeado de grandes y mastodontes miembros de Slytherin, que era lo único que Malfoy creí que era una ventaja. No obstante, el grupo fue disminuyendo, cada uno de sus compañeros debía ir a sus respectivas clases, aunque se quedó con Zabini y Nott.

Los tres honorarios alumnos de Slytherin entraron a la alúa auxiliar de DCAO. El profesor, Archie Bristol ya estaba adentro y explicaba algo con la varita alzada y un libro negro en el antebrazo de la otra mano muy excitado con su narrativa. Los tres entraron en silencio y se fueron a sus respectivos asientos. Desde que despertó dejo de tener aquella línea fina en sus labios y sonrió levemente al ver a su novio ya en el respectivo lugar que ocupaban juntos, aunque este aun no le había visto al estar escribiendo en su pergamino lo que el profesor decía, una tontearía si le preguntaban.

Se sentó en calma y sin llamar la atención, demasiado fácil para el. Dejo su maletín a un lado, y saco lo que necesitaría en clases; pluma, tintero y pergamino nuevo. El pergamino lo extendió sobre la mesa, y el tintero lo dejo a un lado, pero no se puso a escribir como Harry, escuchaba atentón al profesor, mas bien eso es lo que debía hacer, pero todo aquello que decía ya lo había leído el en el libro que le había recomendado el mismo profesor, así que se puso a observar por la ventana de su izquierda.

¿ 𝙶 𝙰 𝚈 ? | ᴴᵃʳᶜᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora