🌈33🌈

1.7K 216 20
                                    

33

Sin consecuencias


La llegada del tres de febrero hizo que el colegio de Hogwarts se llenara de un exquisito aroma floral, por culpa de cada macetero puesto alrededor de los pasillos lleno de rosas, blancas, rojas, rosas... 

Exactamente aquel día termino el torneo de los tres magos, justo cuando el barco de Durmstrang había desembarcado del lago negro que se había comenzado a descongelar de a poco y cuando el carruaje de Beauxbatons había salido volando al asomarse el sol por las montañas, e incluso después de esos tres días, nadie había notado nada, ningún alma preguntaba, por qué aquella farsante mentira dicha por el ministerio se había esparcido  como un virus despiadado, para simplemente no causar "Pánico".

—¡A Harry Potter se le concedió una importante misión en Irlanda!

Como mucho la gente que no era tan cercana a él, le aplaudieron, orgullosos de su héroe, pero bien aquellos otros comenzaron a temer, a colapsar. Porque ellos si sabían la verdad...

Y así pues, la noticia de la llegada de las rosas fue solo algo secundario.

—¿Por qué no quiere salir de su habitación?

Quien había gruñido la pregunta había sido Blaise Zabini. El chico de piel morena con complexión de apolíneo, se hallaba sentado en un sofá grande de la sala común de Slytherin, ese que daba de cara a la chimenea. Tenía una expresión de aburrimiento mientras jugaba con una pequeña esfera que hacia levitar con su varita, siendo observado por sus compañeros que le rodeaban.

—Porque no quiere. Esta enfermo.

La espera voz que le contesto produjo que Zabini se descolocara y se le cayera la esfera, la misma fue rodando hasta quedar en las piernas de Gregory Goyle que estaba sentando en el suelo. Theodore Nott había bajando el libro con el titulo Ars moriendi, en la portada y miro a su compañero con su azul mirada que perforaba de lo poco sentimental que era.

A Zabini le toco regresarle la mirada con sus marrones ojos inclinados.

—Si está enfermo que salga y vaya a la enfermería... —Alego el chico con voz desafiante, siendo callando por un "Chsss" de Parkinson quien se hallaba a su lado mirando por las escaleras caoba que dirigía ala habitación de hombres.

—¿Por qué te importa Draco tan de repente? —Protesto Nott sonriendo meloso — ¿Qué eres? ¿Su jefe?— Añadió el chico de mirada azul. Zabini torció la boca disgustado, pronunciado mas sus pómulos marcados, obviamente la respuesta del castaño no había sido de su agrado, porque simplemente no había comentando nada más, y era cierto...

Nott, que se había acomodado un manchón de pelo que obstruía su vista, miro de refilón a su compañero italiano.  Ya había comenzado a notar cierta rareza en el comportamiento preguntón de Zabini. Contantemente se la pasaba haciendo interrogatorios por Draco, como un metiche, como un periodista en busca de la noticia del momento; aquello no le daba buena espina, y mas cuando Draco tenía aquel problema que le mantenía débil, física y mentalmente. 

Cruzo las piernas de un sutil movimiento y se rasco el pómulo, justo en el lugar donde reposaba un pequeño lunar. No era quien para decir que lo entendía. Aquel sentimiento que lo mantenía atado en un lugar oscuro, lleno de pensamientos impensables incluso para el. Miro a sus otros dos compañeros ahí. 

¿Cuánto tiempo podría resistir a guardar el secreto de Draco Malfoy?

Cada vez preguntaban mas...

Observo los alrededores de la sala, sin mover la cabeza.

¿ 𝙶 𝙰 𝚈 ? | ᴴᵃʳᶜᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora