Las cartas llegan un día inesperado. El Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería ha vuelto a abrir sus puertas tras una guerra que solo se conservara en los libros de historia, y no en sus pilares reconstruidos. Harry Potter y sus amigos regresan para...
Los capítulos especiales no están organizados cronológicamente, asi que:
¡OJO CON LAS FECHAS!
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5 / 06 /2007
Draco Lucius Potter, inhala y exhala con un aplomo angelical. Su cuerpo se encontraba cálido, relajado, manso, a tal punto que se hacia uno con el colchón de la cama, sin embargo aún tenía un poco de juicio; su subconsciente aún no estaba completamente cortejado por Morfeo, seguía aun consciente de su entorno, lo suficiente como para sentir que le observan...
Su ceño estaba un poco fruncido por lo pesado que se le estaba haciendo abrir sus parpados. Un limitado rayo de sol le deslumbro los ojos, haciendo que parpadeara varias veces antes de comenzar a enfocar a su alrededor , pero en vez de ver la mesilla de noche alado de su cama, choco la vista con unos enormes ojos de color avellana, estos se enchinaron al derrochar una enorme sonrisa.
—¡Papá!—Grito entre risas el dueño de esos ojos, tomando con sus manitas la cara de Draco; su padre.
—Buenos días cariño—Saludo amorosamente: Harry james Potter, su cónyuge. El cual estaba postrado de rodillas en el suelo justo detrás de su pequeño hijo de cuatro años, que entre risitas se alejó dando saltos a otro parte de la habitación, pues el niño había visto esa parte de la habitación mucho más interesante. Los dos hombres se quedaron viendo mutuamente —...Feliz cumpleaños—Musito con una sonrisa de oreja a oreja.
Draco soltó un risita coqueta mientras trataba de incorporarse de la cama, el opuesto rápidamente se levantó de suelo para asistirlo.
—¿Cuánto tiempo estuviste espiándome, acosador?—Le pregunto jalando la mejilla de su esposo sin usar mucha fuerza. El hombre tomo asiento en el borde de la cama, quedando lo bastante cerca de Draco como para rodearle la cadera con los brazos.
—Lo suficiente, para saber que estabas soñando conmigo...— Susurro con matiz pícaro en el oído de Draco antes de regresar a ver los ojos grises de su contrario. Su esposo en vez de responder embozo una sonrisa de lado, al tiempo en que se inclino al frente y unido sus labios con los de su esposo tal y como dos par de piezas de rompecabezas. Los hombres tenían los ojos cerrados, disfrutando del compás de sus labios en una danza en la que ya sabían de memoria.
Pero aquel beso tan rápido como dio inicio ,se fue alentando hasta que ambos quedaron separados. Se miraban mutuamente y las puntas de sus narices se rozaban una con la otra, logrando que sintieran la respiración del contrario, algo hipnótico.
