Las cartas llegan un día inesperado. El Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería ha vuelto a abrir sus puertas tras una guerra que solo se conservara en los libros de historia, y no en sus pilares reconstruidos. Harry Potter y sus amigos regresan para...
Los capítulos especiales no están organizados cronológicamente, asi que:
¡OJO CON LAS FECHAS!
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J U L I O
23/7/2007
Lily
—Ella se parece tanto a tu madre, Harry...
Aquel de nombre Harry se ve tan sorprendido por las palabras que su risa se apacigua lentamente ante el susurro débil de la mujer sentada a su lado. Su cara redonda, bañada de un rubor suave cargaba en sus facciones una sonrisa alargada mientras sus marrones ojos estaban en un punto especifico al frente, estos tenían un toque de brillo puro.
—Su cabello pelirrojo oscuro, y la forma de sus ojos...Es hermosa Harry, querido—Balbucea la mujer colocándose una mano en la boca y sollozando un poco. Harry se encuentra muy impactado, jamas hubiera creído que la señora Weasley reaccionaria de esa forma al ver a su hija.
Habían pasado exactamente cinco horas desde su nacimiento, por lo que ahora la mansión Malfoy se hallaba llena de familiares, amigos y conocidos que venían a ver a la pequeña Lily, entre todos ellos, los Weasley.
Toda la gran familia estaba ahí y los nuevos miembros de la misma también. Ya que Lily no era la única bebe en aquel apretado cuarto, había demasiado movimiento por las historias que contar.
—Tus padres estarían muy orgullosos...—Añade la mujer cegada en la encantadora atmosfera que grita calidez y familia.
—¡Papá!
Un niño de cuatro años con la falta de un incisivo llega detrás de Harry sacándolo de sus pensamientos al sentir un peso extra en su espalda y una risa escandalosa golpeando su odio. Harry toma al chico detrás de él y logra una maniobra acrobática para colocar al niño en su regazo y picarle las costillas entre risas más gruesas por parte del hombre. La señora Weasley observa todo riendo, hasta que siente que le llaman detrás de su hombro.
Una mujer de cabello castaño, que reconoce como una de sus nueras se inclina para que le pueda escuchar entre tanto alboroto.
—Draco se pregunta si cargara a su nieta.
La mujer se gira rápidamente donde la mujer castaña señala. Encima de una gran cama matrimonial se hallaba un hombre sentando al centro de ella charlando alegremente con algunas mujeres sentadas a su alrededor, mientras que el no dejaba de arrullar las mantas blancas sobre sus brazos. Se veía algo cansado, sin embargo, no dejaba de lado su elegancia que la señora Weasley reconoce como encantadora.
Se levanta tomándose las manos con nervios, esquiva los grupos diferentes que hay en el cuarto y llega alado de la cama. Draco corta su conversación con la mujer rubia sentanda al otro lado cuando se da cuenta de su presencia.
—Señora Weasley...Vamos, tome asiento—Pide el hombre removiéndose entre las sábanas que le cubren.
—Oh, querido yo me encargo—Reacciona rápidamente la mujer al ver las intenciones de Draco de estar un poco más pegado a ella. Se sienta más a su lado, y al hacerlo una pequeña cabellera se asoma en su panorama visual.
Automáticamente alza las manos y toma el montón de mantas que pesa rápidamente en sus brazos. Ahí mismo hay una bebe que apenas y se asomaba entre las cobijas. La pelusa pelirroja encima de su cabeza era de un color intenso, hermoso, vivido, y sus ojos, (aunque estos estuviesen cerrados) destacaban por sus grandes pestañas del mismo tono, haciendo juego con su piel lechosa llena de diminutas pecas y ruborizada por su anterior nacimiento.
—Se...—Susurra Draco llamando la atención perdida de la mujer—Que se siente apartada de todo esto al creer que no tiene el derecho de disfrutar de esto al no ser pariente de Harry...Pero, para mi esposo, usted es como su madre, asi que tiene todo el derecho de llamarse la abuela de mi hija, claro...Si usted quiere.
La señora Weasley no tarda nada en demolerse ahí mismo con largas lágrimas de felicidad.
