Las cartas llegan un día inesperado. El Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería ha vuelto a abrir sus puertas tras una guerra que solo se conservara en los libros de historia, y no en sus pilares reconstruidos. Harry Potter y sus amigos regresan para...
Los capítulos especiales no están organizados cronológicamente, asi que:
¡OJO CON LAS FECHAS!
👀
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H A L L O W E N
31 / 10/ 2010
Susto y Gusto
—Y ahora con ustedes, sintonizando la hora de las brujas; un caldero lleno de amor caliente y fuerte.¡Feliz Halloween!
La casa se lleno de una melodiosa voz femenina catando:
Acércate a mi caldero
Lleno de amor caliente e intenso;
Remuévelo con derroche...
Pero el ruido en si de la radio— postrada arriba de la chimenea de mármol—, no terminaba del todo por opacar las voces de las personas que estaban en la mansión, moviéndose de un lado a otro, con sobreros en punta y grandes túnicas de colores; verde fuerte, azul marino y rojo intenso. Una mujer gordita apareció por el umbral de aquella habitación que se mantenía calientita por el fuego de la chimenea.
—¿Qué hacen sentadas? ¡Anden, tomen una charola y llévenla a la mesa, ya, ya!
—¡Pero abuela!
—Vamos, ustedes dijeron que no querían ir a pedir dulces, que estáis ya mayorcitas para eso. ¡Así que movéis, ayuden a sus primos!
Aquellas dos jovencitas de cabellos pelirrojos intensos y caras bañadas de pecas, sentadas en los cómodos sillones verdes de la enorme sala decorada bellamente con calabazas y arañas, farfullaron a lo bajo, pero se levantaron dejando la baraja de cartas con la que antes estaban jugando.
Salieron del recibidor siguiendo a su abuela y mirando la decoración. Calabazas flotaban en el aire, con velas dentro de sus cuerpos iluminando los tenebrosos rostros que llevaban marcados. Llegaron al otro lado y pasaron bajo un marco de madera. Adentro había una enorme mesa de madera negra alargada y reluciente. En ella habían varios alimentos, deliciosos y apetitosos, y mas calabazas iluminando. Pasaron de la mesa y de los aperitivos y fueron directo ala cocina adyacente que había.
Cuando cruzaron por la puerta, vieron que adentro habían varias personas. La cocina era enorme, así que ninguna de las dos se sintió agobiada por el aroma ni el calor, en realidad se sintieron muy felices.
