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Una decisión importante

En la mañana Malfoy despertó con un pequeño dolor en la espalda y se quedo viendo ala nada, hasta que sin mas, recargo los codos en la cama y miro al culpable. El pequeño sauce boxeador que dormía alado de su escritorio estaba ahí, como si nada, como si él no lo hubiera cargado por un largo recorrido, del invernadero a las mazmorras. Dejo caer su cabeza en la almohada y vio el techo de su cama. Ni siquiera en sus sueños estaban a salvo de Harry Potter. Había tenido leves recuerdos. Los más lejanos posibles; el día en que tomo la recordadora de Longbottom y le hizo ir tras él, cuando se tomó la molestia de hacerle insignias, con la palabra Potter apesta, vaya ¿Cómo es que se había desvelado para hacer eso? Tan inmaduro. Se acomodo el cabello para atrás, sin sentido alguno, pues aquel mechón largo volvió a su frente, debatido, se incorporo de la cama. Hoy, un nuevo día comenzaba, pero hoy era inusual, no solo era porque el frio de diciembre ya se asomaba por todas las esquinas, si no que era el día en que Malfoy iba hacer algo respecto a lo que estaba pasando en su cabeza.

Se levanto de cama y con un bostezo se fue al cuarto del baño. Lo había decidido; debía ser hoy o después no pudría tener la valentía para hacerlo. Se quito el pijama de seda, y la dejo en el cesto de ropa sucia. Diez minutos después, salió bañado, renovado, despierto y con el uniforme puesto como debía y sin rastros de que durmió muy pocas horas. De repente Goyle se removió en la cama, estaba comenzando a despertar, como era común mente.

—¿Ya es hora? — Dijo medio dormido mientras se frotaba un ojo,  en eso su mirada enfoco eso que estaba alado del escritorio de Malfoy que movía sus ramas feliz, por los rayos que filtraban en la ventana, a pesar de que estos fueran casi invisibles por el agua—¿Qué... es eso? — Pregunto algo preocupado. Jamás habían tenido cosas vivas en la habitación.

—¿No puedes saber con solo verlo? — Cuestiono Mafloy con una mueca de disgusto, en tanto acomodaba sus libros en el maletín de cuero—Me voy y no te acerques mucho o te golpeara— Añadió colocándose la correa el hombro y la bufanda alrededor del cuello.

La puerta se cerró y Goyle vio aquella planta, ¿Qué le golpiaria? Si, claro.

Abajo en la sala, ya estaban Parkinson y Nott; la primera era la única que hablaba, pero además parecía que estaba emocionada.

—No vas a creerlo Draco— Comenzó hablando Pansy una vez que Malfoy bajo el último tramo de la escalera.

Los tres chicos comenzaron a caminar a la salida.

—¿Qué pasa? — Pansy y Theo se vieron, y después vieron a Malfoy.

—Theo y yo fuimos al despacho del profesor Slughorn, por eso del club de duelo, Nott me acompaño, pero en eso que regresábamos, escuchamos a tres chicos hablando de forma fluida el francés—Malfoy miro a la chica de reojo—Era tan fluido como el tuyo. Aunque eso no es todo, recuerdas a ese chico raro, hmm... Sander.

—¿Quien? — Parkinson soltó una queja.

—El chico guapo de Slytherin de la vez pasada. Theo cree que lo vio con aquellos chicos, parecían estar peleando— Dijo señalando al castaño.

Malfoy vio al frente, habían llegado a la planta baja del colegio. Había recordado a Sander; aquel chico extraño que llego un día de la nada y desapareció al otro ¿Cómo es que ahora estaba otra vez aquí? Después de tanto tiempo. La imagen de Sander le llego a la cabeza, cabello lacio azabache y ojos avellana, eso era todo lo que recordaba.

—Un tumulto...—Musito el de mirada aburrida, señalando con el mentón la entrada del gran salón. Malfoy y Pansy se vieron. ¿Qué ocurría?

Una vez que todos los alumnos entraron, incluyendo a Malfoy y compañía, observaron la razón del tumulto. Caras nuevas, bueno casi...

¿ 𝙶 𝙰 𝚈 ? | ᴴᵃʳᶜᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora