¿ 𝙶 𝙰 𝚈 ? | ᴴᵃʳᶜᵒ

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Ideas buenas no tan buenas

—¿Naranjas, Longbottom? ¡Dije Manzanas! —La queja se escucho en todas las esquinas de salón seguido de una risita del profesor Banan O'sullivan que con un peculiar tono irlandés había regañado a Neville cuando al pasar por su mesa vio que las copas de cristal que quería que fueran manzanas verdes, en realidad eran naranjas fresca.

Harry desde su asiento vio la escena con un sonrisita marcada en sus labios. A pesar de que el profesor haya gritado, no parecía enojado. En tan poco días de la llegada del profesor, este se había vuelto uno de los favoritos de Harry Potter. El hombre era bueno enseñando, aunque a Harry a veces le molestaba el hecho de que aquel hombre lo veía todo, no sabía cómo, pero tenía mirada de Halcón...

De repente Harry sintió que el mundo se le había ido de cabeza. Su pies se removieron como si de gelatina se trataran; ambos pies, se despidieron del piso y su espalda le dijo hola a este cuando cayo con un sonido gordo al suelo de madera. Harry se toco el cogote adolorido y con un ojo abierto observo que a sus pies esteba el profesor O'sullivan viéndolo desde arriba con una enorme sonrisa dental y jugando con el bastón que siempre lleva consigo.

—Señor Potter le agradecería que dejara de soñar despierto y pusiera atención a la clase...— Y con decir eso se alejo de la butaca donde Harry con anterioridad estaba trabajando. El chico bufo mientras se sobaba el pulsante dolor, pero antes de levantarse, hizo la cabeza para atrás fijándose que Draco Malfoy, desde arriba, le veía por encima de su hombro.

—¿Qué me vez?— Le dijo Harry altanero desde el piso. Malfoy giro su rostro a las copas que estaba manipulando. El hizo un mohín.

Otra vez le estaba ignorando. El plan de Nott para llamar la atención de Malfoy había resultado hasta cierto punto. Pero por culpa de él y a su horrible insistencia, llego a cansar al otro brujo y ahora, como consecuencia, nuevamente le ignoraba. ¿Cómo podía hacer para que este le hablara? Debian de estar en lugar solos...y solo ellos dos. La mente de Harry empezó a trabajar rápido desde el suelo, aquel chichón parecía incluso estarle ayudando a pensar.

Fue tanto lo que analizo que le dolió la cabeza, ¿oh era el chichón? Eso no importaba, tenia una idea, una respuesta. A Harry le importo poco la gente alrededor y tomo el tobillo de Malfoy y lo jalo. El sonido que hizo Draco Malfoy al caer, seguido de su chillido de sorpresa llamo la atención de todos en la clase...

Gruñidos y gritos se empezaron a escuchar en todo el salón, como el de dos par de animales peleando por la supervivencia.

—¡Hey! ¡Hey! ¡A pelear a sus casas aquí no par de animales!

Cuando Malfoy escucho la condena que había dictado la directora Minerva McGonagall, en la tarde luego de haber estado en su despacho, casi se desmayaba...

—¿Por qué siempre tienen que ser ustedes dos? — Rapapolvo a ambos hombres, la mujer que se hallaba recargada con ambas manos en su escritorio, mientras los veía por encima de sus gafas. Harry que tenía sangre seca debajo de la nariz sonreía nervioso, aunque para nada culpable y Malfoy que estaba de brazos cruzados, con el cabello alborotado y una parte de su túnica rota miraba a otro lado, indiferente — ¿Es que no pueden estar ustedes dos en una habitación sin ocasionar un revuelto?

Ninguno contesto. La directora McGonagall se froto los ojos por debajo de los lentes al par que comenzaba a ver algunos papeles sobre su escritorio.

— Y usted señor Malfoy —Llamo la mujer, captando la atención del aludido— Conoce el contrato que tiene con el ministerio... ¿Cómo pudo ser tan irresponsable para haber ignorado dichas pautas? —Pregunto con un tono triste en su voz, haciendo que Malfoy apretara lo labios- Puede que esto amerite expulsión...

—¡No! — Grito Harry asustando hasta a los cuadros que desde hace rato veían a ambos jóvenes —Digo... —Añadió luego de ver las expresiones atónitas de ambas personas en la sala—No...es...No creo que sea para tanto directora ,además yo fui quien le provoco, el golpe me lo merecía...— Confeso Harry mirado a Malfoy que también le miro pero con un rostro vacío de emociones.

—Si es así como dice señor Potter... solo les daré un castigo— La profesora se sentó con suma elegancia en la enorme silla de madera y vio los papeles sobre la mesa—A cada termino de clases de Astronomía, limpiaran el salón y...—Siguió viendo los papel—Les darán clases de criaturas mágicas a los de tercer años— Se escucho un bufido y un suspiro —Por tres semanas...

—¡Que!—Dijeron al unisonó Harry y Malfoy.

—¡Lo que escucharon! — Grito la directora parándose de la silla de sopetón callando a los pobres chicos— ¡Empiezan mañana! ¡Ahora, afuera!

Malfoy acostado en su cama y mirando el techo de su habitación, deseo que aquel mañana jamás iniciara...