¿ 𝙶 𝙰 𝚈 ? | ᴴᵃʳᶜᵒ

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La música

Los horribles retorcijones de su estómago le empezaron a suplicar algo de comida dándole un estirón en el abdomen, pues bien, se había ido a dormir sin tocar la famosa cena del baile por la constante molestia que recibió de gente llamándole la atención, además, el frio en aquella cama era como el corte de una daga sobre parte superior descubierta. Draco abrió un ojo y tanteo la cama, vacía como ya sospechaba. Miro a su alrededor y no había nadie, ni siquiera en los sofás, y de un momento a otro creyó realmente que aquel idiota que se hacía llamar su novio lo había dejado, para felicidad suya y cuando quito las sábanas de encima vio un pedazo de pergamino mal cortado y letra veloz mente escrita sobre el colchón.

Se incorporo de la cama dejando de estar acostado boca abajo, y tomo aquella nota.

Moria de hambre, vuelvo en quince minutos.

Al terminar de leer la dejo nuevamente en la cama y miro a su alrededor. En el piso aun lado de él, estaban sus pantalones negros de vestir, se agacho sobre la cama los tomo y comenzó a ponérselos. La noche anterior había resultado fatigante con toda la atención, manteniéndose pulcro, que tuviera que verse "Perfecto" la verdad había resultado cansado, aunque al final había liberado estrés a compañía de Harry, con un resultado que a ambos les encantaba y que cada vez comenzaba a aprender más y mas...

Levantado, y con la demás ropa puesta, excluyendo la túnica de gala, (Solo se había puesto la camisa verde) se encamino con dirección a las cocinas provechándose de su puesto como prefecto, se dignó a caminar con toda libertad por los pasillos fríos del colegio, inclusive el rubio había topado a Argus Filch, el celador, a quien le narro divertida mentira, sobre un rumor de que algunos alumnos de primero de la casa Ravenclaw pretendía saltarse el toque de queda de la mañana, con el propósito de que Filch no rondara por las cocinas. La farsa había resultado de maravilla,  de inmediato proco alerta en Flich que le agradeció al prefecto de Slytherin dejándolo continuar con su "rondín".

Pero una vez que comenzó a acercarse a las puertas de la cocina, oyó una conversación de dos individuos, entre ellas la voz de su novio. Extrañado y ahora con el seño fruncido tomo la manilla de hierro y abrió la puerta.

De inmediato unos ojos verdes desorbitados le voltearon a ver al igual que unos enromes ojos marrones, pero estos no por mucho tiempo cuando se escudaron detrás de la espalda de Harry. Su novio llevaba los pantalones que había usado en el baile, y una camiseta blanca sin magas, iba descalzo y parecía que apenas había despertado. Draco cerro la puerta tras su espalda y entro ignorando la presencia de la elfina.

—¿Así que la comida era más importante que quedarte conmigo? — Alego Draco llegando al frente de Harry que embozo una sonrisa.

—No toque nada de la cena...— Su novio alzo una de sus cejas rubias y se cruzó de brazos.

—¿Por qué? — Pregunto vio que aquellos ojos marrones se asomaban un poco por el hombro izquierdo de Harry, los ignoro.

—Digamos que los celos no me dejaban...—Susurro apartándose del mesón donde estaba recargado con intenciones de acercarse mucho mas a su pareja —Tal y como un chico que conozco...—Dijo bastante cerca de la oreja de Draco, quien se estremeció en los brazos del chico gustoso por el contacto, sin embargo, al estar viendo aquella elfina domestica parada en el mesón viéndolos con sus grandes ojos aparto al chico.

—Por... ¿Por qué esta elfina nos está viendo? — Y como si Harry hubiera recordado la presencia del ser, se giró a verla.

—¡Oh!...Ella es Winky— Harry se hizo a un lado y se colocó al costado de Draco señalando a aquella pequeña elfina domestica de oreja caídas y nariz de tomate que se mantenía encogida de hombros al ver de frente a frente al rubio.