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Lo que con ira se hace, desplace


Escaseaban solo unos exiguos atardeceres para concluir diciembre. El gélido viento se había apaciguado, la nieve, blanca y fría prevalecía firme en los suelos del colegio, pero el sol caliente se levantaba cada mañana con más frecuencia, iluminando las cálidas mañanas de los alumnos, pero los ánimos de Draco para nada habían realzado. Crucialmente por la preocupación que le atajaba por todos lados, ahora prepararse para las pruebas del torneo le resultaban sosas, incensarías, al momento en que se disponía a pensar en la situación en la que estaba. Si bien aún no descifraba como es que su padre se había enterado de su ruptura con Astoria, bien tampoco quería preguntar, ya que Lucius Malfoy, comenzaría a parlotear acerca de los preparativos de aquella fiesta a la cual Draco le llamaba "La venta de carne" eso, no era más que un banquete donde asistían todos los posibles candidatos sangre pura para simpatizar.

Se imagino a el mismo arrellanado en una esquina de su mansión esquivando los indecentes coqueteos de las damas, que morían con atrapar con sus garras barnizadas a un sangre pura ricachón que pudiera complacer sus más caros deseos. El creí que era una estupidez, otros sangre pura ni siquiera parecían importarles con quienes es que se casaban sus hijos. Draco suspiro, largo y pesado, o, lo olvida, su familia no era como otros sangre pura...

Le daban temblores, con solo ponerse a pensar en lo horrible que todo sería una vez que terminara el torneo. Cuando llegara el momento de llevar a cabo el plan de enunciar enfrente de todos que era pareja de Harry Potter, por que vaya, quería hacerlo para impedir que su padre llamara a todos los malditos sangre puras del mundo y que todo fuera peor, era mejor solo prevenir un problema más, ese que era cuando los sangre pura hablaban mal de otros cuando rechazaban a sus hijos. Prefería solo tratar con su padre y madre y su locura cuando mencionara que él no terminaría su relación. Ya podía escucharlo en su cabeza, Su voz molesta contándole todos los sermone que le daría "¡Es una traidor a la sangre!" "Es un mestizo" "¿Con Potter?" Había podido soportar el horrible carácter que tenía cuando había salido con Astoria, que no había sido de su agrado solo porque no tenía las mismas ideas respecto a los Muggles, o mestizos, pero ella era sangre pura. Exactamente todo iba a ser peor, y solo esperaba que Harry, no se rindiera con él por lo duro que seria el recorrido...

Pero eso no era todo el problema, si no que no lo había hablado aun con su novio, raro o no, no se habían dirigido mucho la palabra, a veces lo veía, a veces no, y parecía ido, de verdad no quería caer en la sospecha de que aquel comportamiento memo era su culpa, tal vez estaba así, ignorándolo a él, porque él lo había ocasionado. Lastimosamente para él, que quería descifrar que le pasaba a su novio, no tuvo de otra que pensar en acercarse a quien ya sabía podía interrogarle acerca de Harry Potter sin que se armara un revuelto...

Para alguien que conocía bien el apodo "Ratón de biblioteca" no tardo mucho para dar con el paradero de la persona con quien quería charlar (No exactamente por gusto) Se acerco a la chica no sin antes haber dado varios vistazos a su alrededor, por suerte no había muchas personas en la biblioteca—como era de costumbre—. Se acerco, cauteloso, como una serpiente aun cuando había jurado casi con su sangre jamás a hablar con aquella bruja...

—Granger.

La susodicha, se vio demasiado indecisa cuando levanto la cabeza y miro el libro entre sus manos como si hubiera escuchado un fantasma, tardo un poco, pero con algo de extrañe se volvió a Draco quien le miraba fijamente.

—Yo...Yo no sé dónde está Harry— Soltó la chica como si eso fuera lo que Draco iba a preguntar. Le extraño algo que aquella chica —que se suponía era la más cercana a su novio—, no supiera de donde es que se encontraba Harry, pero eso no era el caso del momento. 

¿ 𝙶 𝙰 𝚈 ? | ᴴᵃʳᶜᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora