17
Un nuevo año y una nueva compa mundial de Quidditch
Se ergio de la cama como un muerto viviente al cual le habían perturbado su eterno ocio, agitando, con sudor corriéndole de la espalda, lo primero que hizo no fue quitarse la playera, observo alrededor de su cuarto de forma enajenada.
¿Qué había sido esa extraña pesadilla?
Lo ínfimo en eso es que había sido muy ferviente. Harry se acaricio la crisma con escalofrió, por suerte para el no era la frente y atisbo meramente el libro sobra la cama. Así mismo se gruño, había sido mala idea desvelarse leyendo Los cuentos de Beedle el Bardo luego de dos cervezas de mantequilla, pero fue ineluctable.
En la mañana del treinta de diciembre recibió el libro por parte de su novio Draco y después no se había podido a resistir a leer el libro por completo. Cogió la obra literaria que estaba encima de las sábanas y lo cerro, Harry, acercó la mano a la mesa de noche a su izquierda y dejo el libro y en cambio agarro sus gafas, al segundo de ponérselas todo se volvió más nitidito y deslumbró el calendario pegado a la pared de enfrente alado de la jaula vacía de Erlin, no se aguantó por embozar una radiante sonrisa.
¡Noche vieja! Observo el de aceitunada mirada.
Hoy era el fin de año nuevo en Londres y al margen el gran evento de la compa mundial de Quidditch.
¿Acaso este día no podía ser mejor?
La voz que Harry tenia en la cabeza con cuernos en la cabeza le grito ¡Si puede idiota! Porque aquel día era incluso mejor.
¡En la copa se vería con Draco Malfoy! ¡Con su novio!
Con todo lo que pasaron, no se adhería ante el regocijo que experimento cuando Draco le había hecho la mención de la compra de un boleto para la tribuna principal en la cual podrían ver el juego juntos. Cuando se lo informo —hace aproximadamente seis días—, se había arrojado encima de su chico dándole besos en las mejillas, ese día de navidad para Harry...
¡Había sido una bomba!
Dejo caer la espalda en el respaldo con las manos detrás de la cabeza admirando el calendario prolijamente iluminado por la luz que se filtraba por las cortinas y suspiro con melosidad. De tan solo recordar ese día como lo había hecho desde que Draco se fue de su casa no había dejado de parecer enamorada de colegio. Los dos pasaron una navidad increíble, se habían divertido, comieron juntos y después habían tenido el mejor acercamiento allegado que nunca antes habían logrado con alguien más y si eso no era lo mejor, todo se tuvo que finalizar con broche de oro, ya que se habían vuelto novios. Así que oficialmente él, Draco Malfoy, era el chico de Harry Potter y nadie podía tenerlo más que el, y esa idea, damas y caballeros, le fascinaba al muchacho.
Se removió en el colchón y se volvió a girar con dirección a la mesa de noche, la cual abrió del cajón y saco aquellas cartas que le había enviado Draco en esos seis días en los que no se vieron. Eran en total veinte cartas, al igual que las que él le había enviado a su novio y cada una de ellas más extensas que las demás. Acomodo su entumecido cuerpo en la apacible cama y se decidió a leer cada una de ellas antes de que dieran las tres de la tarde para comenzar a prepararse antes de la cita con su novio...
A las cuatro con cincuenta Harry salió de su habitación bañado y con ropa limpia y pulcra sobre su cuerpo; unos vaqueros de mezclilla, unas zapatillas negras y una camisa negra metida a los pantalones, y arriba, una cazadora beige. Cerró la puerta de su cuarto y se palmeo los bolsillos. Dentro de la cazadora percibió su varita mágica, inolvidable por supuesto; en el bolsillo delantero de su pantalón, la cartera con suficiente dinero, sonrió, todo estaba perfectamente preparado.
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¿ 𝙶 𝙰 𝚈 ? | ᴴᵃʳᶜᵒ
FanfictionLas cartas llegan un día inesperado. El Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería ha vuelto a abrir sus puertas tras una guerra que solo se conservara en los libros de historia, y no en sus pilares reconstruidos. Harry Potter y sus amigos regresan para...