¿ 𝙶 𝙰 𝚈 ? | ᴴᵃʳᶜᵒ

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Pascua

Todos se levantaron muy temprano aquella mañana del 9 de abril. La madriguera estaba llena de un exquisito olor a dulce y salado que hacía babear a cualquiera como a Ron y a Harry que despabilados por el aroma bajaban con los cabellos todos enmarañados por el reciente despertar. Los dos aun llevaban las pijamas puestas, por eso al ver la cocina llena de gente bien vestida y peinados lindos se miraron mutuamente asustados ¿De qué se habían perdido?

—¡Buenos días chicos! — Exclamo el señor Weasley bajando y doblando el periódico que tenía entre sus manos para verlos de pies a cabeza. De inmediato se extrañó, luego miro a George que se escondía tras un pedazo de tarta de frambuesa tratando de aguantarse las risas —George ¿No les dijiste? —Le pregunto su padre con un tono enojado, su hijo no le respondió ya que no logro soportar más las carcajadas que estaba evitando.

—Decirnos ¿qué? — Pregunto Harry mirando a todos lados confundido.

—La recolecta de huevos de pascua se adelantó dos horas Harry...Malfoy también lo sabe, y es probable que ya ven... ¡Harry no has desayunado! — Grito Hermione levantándose de su asiento con rastros de mermelada esparcida en los labios al detenerse abruptamente de comer al ver a Harry salir corriendo piso a arriba a toda prisa.

Ron por otro lado se sentó en una silla vacía alado de George y le metió una zurra con el periódico que tenía antes su padre.

—¡Oye!

—¡Oye! — Le arremedo Ron y se puso a leer el periódico con una pan tostado en la boca.

—Chicos, paráis...— Pidió la señora Weasley dejando enfrente a su esposo un plato lleno de huevos y tocino. Arthur se lamio los labios gustoso, y con gusto también beso a su esposa en la mejilla agradeciéndole los alimentos preparados.

—¿Habrá muchos huevos? Espero que sí. Tengo como tres canastas preparadas para que cojáis tantos como puedas. ¡Ya sabéis que esos corren! — Les recordó George a los chicos acomodándose el saco color purpura fuerte al cabo de levantarse de la mesa—El chocolate mágico le hará bien a la tienda—Comento moviendo las cejas con dirección a Hermione que sonrió al ver que sus cejas pellirrojas hacían como un espiral—¿Te gustan? Las llamo las cejas locas.

Hermione asintió con una sonrisa divertida y la mirada fija en las escalaras de donde justo bajaba Harry algo tembloroso y bien vestido, demasiado para ser su amigo. Llevaba una sudadera color mostaza acompañada de unos vaqueros de mezclilla algo desgastados, y unas zapatillas a juego con su sudadera, apenas y estaban bien amarradas. George y el chocaron cuando iba de salida, se despidieron, y una vez que Harry se sentó alado de Hermione comenzó a disgustar el almuerzo y otra platica sobre aquel día en especial.

—...Y recuerden. Wiggaton es un campo muy grande, potencial lugar para la cacería de huevos de pascua. Asi que tengan mucho cuidado con los muggles— Advirtió el señor Weasley masticando un pedazo de pan con mermelada de naranja.

—Me asegurare de eso señor Weasley, no se preocupe— Aseguró Hermione repasando por quinta vez el libro que tenía sobre la mesa. Era pesado y denso, solo mencionaba cientos de hechizos para ocultarse a ojos de los muggles. Muy útil.

Harry por lo mientras miraba constantemente la chimenea, luego el reloj, repetía. Uno, dos...,un minuto tarde.

—Oye...—Le llamo Ron al verlo dar vueltas con los ojos. Harry dejo de masticar y se quedó con las mejillas llenas cuando se volvió a ver a su amigo—¿Malfoy si te aseguro venir? No creo que en Durmstrang les den vacaciones para celebrar la semana santa, vaya...— Comento dando fugaces vistazos a la chimenea.