¿ 𝙶 𝙰 𝚈 ? | ᴴᵃʳᶜᵒ

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A la medida

El doce de junio salio en el profeta la reapertura del nuevo atrio del ministerio de magia británico. Mayor seguridad, confort y traslado, y alado de la publicidad de túnicas al 50% de descuento por un cupón, sin nada de importancia, el arresto de Mikey Redelfs con el título:

LOS VERDADEROS VERDUGOS DEL MINISTERIO

El ministerio de magia confirmo ayer el arresto de varios aurores seguidores de Mikey Redelfs, además del arresto de este, un auror que trabajo desde la década de los cincuenta. Luego de que Arthur Weasley y Lucius Malfoy, testificaran de haber sido testigos del plan del hombre para terminar con los mortífagos...

Hizo un chasquido con la lengua dejando de leer, cosa de nada, era un tipo que se pudriría por el resto de sus años en Azkaban, por lo que estaba mas que feliz. Paso la página del diario con un movimiento rápido. A la vuelta aparece una deslumbrante imagen que le saca una sonrisa en su rostro. Hay una foto de él y de Draco, debajo de la misma, al pie de la foto, se menciona a él fotógrafo responsable; Dennis Creevey. A Harry le alegra y lee el titulo ignorando que alguien detrás de él pasa y le revuelve el cabello con cariño.

EL AMOR PROTEGE

Harry James Potter, detrás de millones de nombres, y su pareja Draco Lucius Malfoy, el magnate más relevante de los sagrados veintiocho, liberan juntos el ministerio de magia de mortífagos dentro y fuera de las instalaciones luego de una brutal pelea que dejo a más de trece muertes, entre ellos aurores y mortífagos y ciento veinte heridos, trabajadores de los diferentes departamentos.

La riña se dividió en dos partes; en el cementerio de Highgate al norte de Londres y en el campo de gladiolos amarillos cercanos a los terrenos del colegio de Hogwarts de Magia y Hechicería, detrás del bosque prohibido donde los demetores intervinieron tras identificar a varios prófugos de Azcaban.

Una vez mas el destino queda en manos de Harry Potter, o deberíamos decir, en manos de dos jóvenes enamorados que dieron sus vidas para...

—Harry—Lo llamaron desde atrás. El aludido se giró detrás de su espalda— Deja eso y ayúdame con la poción imbécil— Harry doblo el periódico y lo deja a un lado de la mesa de piedra sin ningún cuidado de que caería al suelo. Se levanta de su banco de un salto y feliz.

La cabeza de Draco se vuelve al armario y Harry llega adentro con una sonrisa. Es una suerte que su mesa de trabajo este cerca del armario de materiales. Asi no debían estarse peleando con los demás con querer pasar. Se posa desde detrás de su pareja.

—Polvo de rábano picante y agua de manantial, esos...—Señalo Draco con el mentón, al tener sus manos ocupadas por otros frascos. Harry estiro los brazos por arriba de la cabeza del chico y tomo lo ingredientes pedidos. Miro hacia abajo y le dio un beso en la nuca a Draco antes de salir del lugar con una sonrisa pícara. Seguido de él, salio del cuarto un sonrojado chico que el profesor Slughorn vio con una ceja levanta y una sonrisa de lado.

—¡Tienen una hora chicos y chicas! —Informa el profesor caminado por los lugares de sus alumnos que compartían mesas solo por esta clase.

Harry llega a su mesa dejando las botellitas y arremangándose las mangas de su camisa sabiendo que su pareja le hará ensuciarse un poco, para que el no lo hiciera. Sonríe por el recuerdo y observando a su alrededor. A los lejos están Hermione y Ron discutiendo sobre quien cortara que, más atrás de la pareja esta Neville leyendo su libro de manera errática mientras que su caldero soltaba espuma verde y burbujeante, hace un siseo de preocupación y se gira hacia atrás. Detrás de Harry, están Pansy y Theo, el chico esta distraído mirando los cromos que tenía en su mano en tanto masticaba ranas de chocolate, a Harry le parecía ver que el enclenque Theodore Nott que había conocía antes estaba quedándose atrás. El chico se veía más rellenito, sonriente y risueño. Sonrió alegre por ello, y por Ernie, debían estar muy felices ahora.