¿ 𝙶 𝙰 𝚈 ? | ᴴᵃʳᶜᵒ

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Celos

Recorrió con sus grises iris aquel cartel al pie de la escalinata de mármol y lo leyó en su cabeza como hace tres días que había sido colgado.

TORNEO DE LOS TRES MAGOS.

Los representantes de Beauxbatons y Durmstrang llegaran a las seis en punto el día del jueves siete de enero a la hora de la comida.

Arrojo un suspiro extenuante y decayó con la cabeza comenzado a caminar de forma festinante lejos de ese lugar con alboroto regular. Hace tres días que su novio no le había dirigido la palabra desde que le desvelo el plan que tenía destinado a hacer. 

Participar en el Torneo de los tres magos...

¿Con que propósito exactamente?

Recuperar el respeto de su apellido. En las vacaciones de navidad no solo se había conseguido un tonto novio, no, también había llegado a averiguar por lo que sus padres atravesaban cuando él no estaba ahí, una simple mierda. 

La devoción de antes a su familia se había llegado a adurir hasta el punto de hollín. Era ostensible la difamación, incluso para ellos, sus padres, como para el al principio de la escuela y no lo iba a permitir. Mientras escribía cartas a Harry en navidad y veía la nieve caer con el sendero detrás de arboles calvos, él no podía dejar de pensar en eso, hasta el día en que su padre lo anuncio...

—Una vez más ese fútil torneo...—Se quejo Lucius Malfoy plegando ala mitad el periódico que se hallaba leyendo. Los presentes ahí, hijo y esposa, levantaron las frías miradas de sus alimentos y la enfocaron en el susodicho.

—¿El torneo de los tres magos? — Pregunto Draco apagando su sonrisa, estaba hablando con Harry desde la moneda en sus manos antes de haber escuchado aquella inesperada noticia.

—Así es hijo. Esa escuela no tiene otros ineficaz eventos que realizar.

Pero Draco tuvo bastante en la cabeza al reflexionar en eso. Esa misma noche el brujo joven no pudo dormir, con solo imaginarse a él ganando el torneo de los tres magos, saliendo en la primera plana de El profeta con el apellido Malfoy siendo aplaudido y no difamado, insultado, y le agrado...

Se toco la frente, un dolor horrible de cabeza le había golpeado de modo drástico. Detestaba el hecho de estar reñido con su pareja, sin hablar con él cuando justo era lo que necesitaba, sin embargo, su novio le había confesado su disgusto por su idea en participar. En resumen Harry, solo no quería que estuviera corriendo al aire del peligro en el torneo como lo había pasado él en el pasado, pero acaso si el no estuviera consiente de eso ¿Aceptaría? Claro que él estaba al tanto de que lo que iba a hacer ahí no era jugar, y lo conto todo, su idea de porque lo hacía, porque quería hacerlo creyendo torpemente que su novio le iba a poyar. No fue así, Harry había dejado de hablarle como un mimado, tenía una intensas ganas de golpearlo por el poco soporte que era como su compañero, pero no lo iba a hacer, no se rebajaría, y sobre todo, no iba a desistir con su idea, lo haría con Harry o sin él...

Se sacudió los hombros y movió la cabeza provocando que un sonido crujiente resonara en sus oídos relajándole de la tensión, menudo novio el que tenía...

Se dirigió ala izquierda y se adentró al cuarto de ahí. La biblioteca. Ahora mismo tenía un descanso antes de que comenzara el banquete de la tarde, así que quería tomar el necesario tiempo para leer uno de los libros que le había recomendado su profesora para leer y así informarse mejor ante la metalurgia básica.