Las cartas llegan un día inesperado. El Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería ha vuelto a abrir sus puertas tras una guerra que solo se conservara en los libros de historia, y no en sus pilares reconstruidos. Harry Potter y sus amigos regresan para...
Los capítulos especiales no están organizados cronológicamente, asi que:
¡OJO CON LAS FECHAS!
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M A YO
19/5/2021
Pólux y Castor.
El silencio era agudo, ni un sonido, ni un respirar, solo el tic- tac de las manecillas del reloj de pared acompañaba a juego las pisadas pesadas que hacían rechinar la madera por aquellos pasos que provocaba aquel hombre con el cuerpo rígido y tembloroso mientras caminaba de un lado al otro atisbado por varias miradas.
La gente alrededor no decía mucho, todos estaban usando un tono de voz casi imperceptible que no se oía mucho al estar aglomerados en una sala enorme que tenía a la vista las escaleras de la gran casa que con ocasiones varias miraba el único parado en aquel momento que dirigía su calculadora mirada verde atreves de los cristales relucientes de sus gafas. Como ya en otras ocasiones miro por el arco de la entrada un buen rato esperando algo y luego, al no pasar nada volvía a caminar de un lado a otro.
—Toma papá, es té de menta...—De repente el hombre frena sus pasos y su cara tiesa por los pensamientos se vuelve suave y sensible cuando se vuelve al tono de voz dulce y elegante proveniente de una joven pelirroja que le sonríe hasta con aquellos ojos grises reluciente como el cristal en tanto le arrima la taza humeante de té.
El padre sonríe de inmediato, relajando cada musculo de su cara y toma la taza de porcelana de las finas manos de su hija.
—Gracias Lily...—Dice su padre en un susurro cariñoso. Lily sonríe de lado inclinado la cabeza al ver el temblor en las manos fuertes de su padre al sostener la taza, se acerca invadiendo el espacio personal y lo enreda entre sus brazos. Su cabeza queda recargada en el pecho de su padre, puede escuchar su latir fuerte y poderoso, pero rápido como gacela en peligro.
—Padre va a estar bien, no es la primera vez— Dice soltando una risita gutural que hace que el hombre infle el pecho al reír también.
—Lo sé tesoro, es solo que...Puedo sentirlo— Dice y Lily aparta la cabeza del cálido pecho para mirar la mano izquierda de su padre alzada con la cual presumía de un anillo de oro blanco de aro ancho, reluciente, y puro colocado en su dedo anular, y que parecía estar palpitando. La chica menea la cabeza a los lados y estira una mano para entrelazar sus dedos con los del hombre.
—En ese caso...Deberías calmarte, porque padre también puede sentirte.
—Tiene razón Harry.
Una voz inesperada arremete en los oídos del hombre que se gira a ver a todo el público en la sala. La persona que antes había hablado se levanta del cómodo sofá y se acerca con una sonrisa calmada. Una mano grande se posa en su hombro tratando de trasmitir apoyo.
—Hombre, estas temblando—Canturrea haciendo reír a padre e hija. Lily libera a Harry del abrazo, le da un beso en la mejilla y sale con dirección a un grupo de adolescentes que están agrupados en una esquina de la sala hablando en silencio—...Ya sabes cómo es esto amigo. Draco es fuerte.
—Ya se Ron...—Farfulla dándole el ultimo sorbo a su té antes de terminarlo. Carraspea un poco relajando los propios latidos de su corazón al sentir que, desde su dedo anular, a su muñeca y atreves de las venas de sus brazos un corazón que no era suyo se aceleraba de la nada provocándole un pánico que tuvo que relajar casi a la fuerza para no asustar a su pareja—Es-Está tardando más de lo normal...
La taza de porcelana entonces se agrieta de la nada captando la asustada mirada del pelirrojo enfrente de él. Ron mirada de soslayo a una mujer castaña que usa gafas, inmediatamente ella se levanta y aleja la taza de té de Harry al mismo tiempo que lo toma del brazo y lo saca de la sala hacia la entrada del recibidor.
—Harry, debes tranquilizarte o tendré que dormirte como la otra vez— Amenaza la mujer mirando directamente a esos ojos verdes llenos de pánico.
—Estoy bien Hermione, dame...Solo dame unos minu...—Sin embargo, se caya de sopetón al percibir el rechinar de la madera de las antiguas maderas de las escaleras de la casa.
La gente en la sala se queda cayada y se levantan de sus lugares en un rápido momento que deja vacía la sala y ahora llena el recibidor. Todos se quedan expectantes al ver a un hombre bajar hondeado su túnica verde lima mientras se limpia las manos con un pañuelo blanco. Harry es el primero en acercarse al primer escalón de la escalera para encarar y detener los pasos del hombre en un escalón mas arriba. Los ojos azules se le quedan viendo, y los verdes esmeraldas tiemblan.
—¿Cómo esta mi esposo?
—El esta increíblemente bien señor Potter, solo...Muy cansado, porque, bueno, el caso es...
Harry comenzó a sentir que el mundo se le derrumbaba al ver a aquel hombre castaño sonando asi de dubitativo. No sabe en que momento todo comienza a verse borroso y no oye nada, pero puede ver que los labios se mueven. Se tambalea un poco y por suerte no cae porque dos jóvenes le sostuvieron de los brazos con expresiones preocupantes.
—¡Papá!
—Papá, tranquilo—Dice uno de ellos encima de los murmullos preocupados que llenan la sala.
—Señor Potter, los bebes están bien—Explica alzando la voz para que el pálido hombre no llegara a desmayarse en serio, Aunque todo queda en silencio al recapacitar en las palabras del tipo.
Una mujer, rubia, alta de ojos azules como el agua de un lago virgen, se acerca a las escalaras con el puño en el corazón, parece confundida, temerosa.
—Disculpe sanador, dijo..." Los"—Cuando la mujer habla todos agudizan el oído, y Harry ya no parece blanco como fantasma si no completamente fuera de juicio entre los brazos de sus hijos mayores que tiene la boca abierta como el.
El sanador ríe nervioso.
—Si...Dos hermosos bebes—Comenta bajando la escalera por completo y estirando una mano a Harry que solo puede tomar la del sanador afónico—Felicidades señor Potter, tuvo mellizos.
