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Emociones sin un porque


La clase de Defensa Contra las Artes Oscuras la consideraba Harry como la mejor materia de magia. Por eso cuando se enteró de que por fin habría un maestro impartiendo la materia, se emocionó, se llenó de éxtasis con la esperanza de que el nuevo maestro, tuviera otros tipos de conocimientos de los cuales el pudiera aprender.

Mientras que el salón esperaba la llegada del profesor Archie Bristol Pemberton. Los alumnos hablaban entre ellos, estudiaban o jugaban snap explosivo como era el caso de Harry, o algo así porque en realidad el chico se encontraba un tanto distraído y como consecuencia de eso, tuvo que salirse del juego luego de llenarse de hollín la cara al haber ocasionado que su carta explotara. Se alejo del grupillo de sus amigos y se fue a sentar a su butaca dejando que los demás prosiguieran jugando, en tanto se limpiaba la cara con la manga de su suéter de botones, miro a su alrededor, alumnos riendo, jugando y otros leyendo.

Todos ellos se veían tan entretenidos, pero él ciertamente se sentía sumamente aburrido, necesitado de algo, pero nuevamente, Harry irritado, no sabía que era eso que le faltaba. Tomo asiento en la butaca compartida alado de Hermione y se acodo dejando su mentó entre las palmas de sus manos. ¿Qué podía hacerle falta? Tenía amigos que le querían a su alrededor, personas que le trataban como familia y amor...¿Qué le hacía falta? Harry miro a todos lados buscando respuestas en el salón, se movió en el asiento inquieto como un niño, ¿Por qué estaba tan aburrido?

—¡Harry!—El nombrado que estaba de espaldas de Hermione dio un horrible salto cuando escucho a su compañera llamarle de modo que no tuvo de otra más que girarse a verla con gesto de turbación —¿Qué te sucede? Otra vez estas inquieto como hace dos días—Le recalco la chica furiosa y preocupada—¡Oh! No es, ¿Te duele la...

—No. No es, no es eso —Le corto rápidamente Harry acodándose en la mesa nuevamente— No lo sé. Me siento aburrido ¿Tu no?—Confeso jugando con las terminales de sus gafas las cuales subían y chocaban con su frente y luego bajan al puente de su nariz, una y otra vez. Harry realmente estaba aburrido.

—Pues...no, no estoy aburrida— Contesto la chica bajando su libro para prestarle atención a su compañero —¿No será que extrañas la emoción de las hazañas que teníamos?— Le pregunto la bruja riendo y colocándose de lado en su asiento para entablar charla más cómodamente con Harry.

El brujo dejo de jugar con sus gafas y pensó en la pregunta de su amiga. ¿Extrañaba arriesgarse el pellejo cada dos por tres? A la mente le vinieron todas esas veces en las que resulto lastimado o corriendo por su vida y puso gesto de repugnancia.

—Oh ,por Merlín, No. No lo extraño para nada— Confeso en tono aliviado.

—¿De que hablan?— Llego de repente Ron preguntado alegre, en la butaca de atrás. Hermione así como Harry se volvieron así atrás, y vieron que el rostro del pelirrojo estaba lleno del tizne que le dejo la carta explosiva. Ambos Rieron.

—Harry dice que esta aburrido—Dijo ella pasando la manga de su túnica por el rostro de Ron delicadamente para quitarle las manchas negras de la cara.

—¿Aburrido? ¿Cómo que aburrido? ¿Aburrido de qué?—Le interrogo Ron dejándose limpiar por la chica. Harry receloso tuvo que apartar la mirada de ese panorama amoroso, ahora se sentía celoso por que el no podía tener esos momentos con Ginny.

De verdad que extrañaba con fuerza a la chica. Todos los días la añoraba y el animal que lleva dentro le hacía enfurecer por no tenerla ahí, con él, como todo un posesivo. Pero luego de pensar en el simple hecho de saber que ella, así de lejos de él, se encontraba cumpliendo de su más grande sueño, le hacía feliz y se olvidaba de aquellos egoístas e insanos sentimientos. Estaba por contestarle a su amigo que ya no era nada, que se des aburriría de una vez cuando llegara la hora de comer o que se des aburriría al volar por ahí con su escoba, pero la puerta del despacho del profesor de DCAO adyacente al aula se abrió inesperadamente cortándole la respuesta. Harry y Hermione como todos en la clase se acomodaron en sus asientos y guardaron silencio viendo hacia el frente.

Un hombre largurucho como un fideo de espagueti salió por la puerta causando una inmediata impresión en sus alumnos. Comenzaron a creer que el profesor Archie Bristol Pemberton no sería un buen maestro de la materia. Seamus que era el compañero de butaca de Ron, incluso le susurro a Harry en el oído que el profesor se veía como todo un principito de cuento; con su saco blanco, y su pantalón negro de vestir que parecían ser caros.

—No creo que él sepa de defenderse. Parece un riquillo— Termino de Susurrarle Seamus a Harry con aire de sabiduría. Este por otro lado torció la boca indiferente. Si bien el irlandés podía estar en lo correcto en algo sobre la apariencia del profesor, que era tal y como la de un principito. No le daba el derecho a cuestionar su potencial como profesor de defensa, cuando ni siquiera lo habían visto en acción. El profesor Pemberton que no les había dirigido la palabra, ni la mirada desde que entro al aula se dirigió a su escritorio seguido por dos pilas de libros de pasta roja, que se movían por el aire por sí solos.

Luego de que aquellas dos pilas salieran por la puerta Harry iba a voltear a ver al profesor, pero sus ojos se quedaron quietos al ver que de la misma puerta, salía Draco Malfoy cargado en su antebrazo uno de los libros de la pila.

—Ugh... Ya salió de la enfermería—Se escucho la queja bajita de Ron que también miraba a Malfoy, pero este lo así por encima del hombro de Harry—Míralo ni siquiera parece malo, de seguro fingió como siempre para llamar la atención—Murmuro ácidamente y sin dejar de ver a Malfoy que se acerco al escritorio del profesor, que cuando vio al rubio se le quito la mueca de aspecto duro que llevaba y sonrió—Si, muy bien, hazle la pelota al profesor nuevo Malfoy...— Soltó en un gruñido al acomodarse de brazos cruzados y recargando la espalda en la silla, al ver que tanto Malfoy como el Profesor Pemberton se acercaban en donde estaban todas las butacas.

Harry que estuvo escuchando atentamente todo lo que le dijo Ron, olvido cada una de las palabras que salieron de la boca de su amigo, por haber seguido sin ninguna pizca de morbo el recorrido de Malfoy hasta la butaca de su lado izquierda, en la cual ya estaba sentando Theodore Nott. Harry que no le importo estar viendo fijamente a su compañero, se jacto de su apariencia cansada, y de su cuerpo tieso y para sorpresa de Harry más delgado que de costumbre, podía incluso compararlo con un esqueleto... Malfoy ya sentando en la butaca , se giró levemente a su derecha y dejo su maletín de cuero negro en el suelo y en ese fugaz giro Harry y Malfoy chocaron miradas. Paso como en cámara lenta para Harry que había embozado una sonrisa, con la creencia de que Malfoy le iba a dirigir algún insulto, se preparo para contestarle con una burla peor, pero este se había girado hacia Nott y le susurro unas cosas, pero de entre esas cosas que le dijo Harry estuvo seguro de que no estuvo en ellas, porque Malfoy ni siquiera se giró a verlo después, si no que vio al frente como los demás. ¿Por qué se sintió molesto tan de repente?...

Al finalizar la clase, los alumnos de la clase de DCAO aprendieron dos valiosas cosas...

La primera era jamás juzgar a alguien por su apariencia, y la segunda y de la que Harry estaba seguro que jamás olvidaría Seamus, era retar al profesor Pemberton en un duelo. Auch... 

¿ 𝙶 𝙰 𝚈 ? | ᴴᵃʳᶜᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora