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El recuerdo del profesor


Harry había prestado tan poco interés en D.C.A.O que en vez de enojar a su profesor Pemberton, le ocasionó una dudosa preocupación en su rostro. Harry era el mejor de sus estudiantes, y haberlo admirado durante las dos horas de la clase viendo por la ventana, sin rastros de emoción al dar la explicación sobre como cazar a un dragón con solo una pluma y un hechizo simple de cuerdas, hizo que le llamara la atención al final de la clase.

—Nos vemos la siguiente clase. Hay que practicar más esos hechizos verbales señor, Davies— Aconsejo el profesor al ver pasar a Roger Davies con la túnica de Ravenclaw toda desgarrada.

Mientras todos los demás tomaban sus cosas y salían a toda pastilla por la puerta, Harry tardo más de lo normal al igual que Hermione a su lado.

—Hmm...Señor Potter ¿Podría hablar con usted un momento? — Pregunto amablemente el profesor mirando a Harry desde su escritorio.

Harry y Hermione se observaron unos breves segundos antes de que ella asintiera y saliera no sin antes regalarle una amable sonriera a el señor Pemberton. Hermione adoraba a su profesor de DCAO. Conocía muchos temas, era amable, pero estricto, algo que la bruja admiraba. Tras terminar de guardar sus cosas, Harry se acercó y quedo frente a frente. El chico pareció haber caído en la cuenta de que el hombre era muy pequeño, pues tuvo que bajar bastante la mirada, venga, tenía la sospecha de que Neville era más alto, incluso podía ser más pequeño que Dennis Creevey. El profesor le sonrió y se ajustó la voz con un carraspeo, Harry vio que parecía dubitativo, lo que le llamo la atención.

Tras unos minutos de silencio, dijo:

—...Conoci al señor Malfoy cuando era solo un niño, sabe— El profesor se rio mientras caminaba por los pupitres de sus alumnos. Iba recogiendo los libros que se habían dejado sobre la mesa. Ya volverían, o no.

Al segundo recibió la respuesta corporal que deseaba. Harry lo miro de hito en hito, despabilado de la cabeza a los pies, aquello intensifico la sonrisa del profesor Pemberton.

—Yo estudiaba en Beauxbatons en ese entonces, solo era un adolescente— Continuo, ahora pasaba por las ventanas del salón. Agitaba la mano, y las cortinas se abrían una detrás de otras mientras el avanzaba—Mi padre y su padre se habían conocido un día en Francia, y después, nuestras familias se volvieron cercanas. Negocios— Harry no apartaba la mirada del profesor—Recuerdo que...—Volvió a soltar una vaga carcajada—Cuando lo vi, él se me acerco con muncha seguridad y me extendió la mano, naturalmente. Siempre fue muy educado...— El profesor Pemberton al terminar de organizar todo se acercó a Harry y se sentó en el escritorio donde con anterioridad estaba explicando su clase. Encima se hallaba una jaula repleta de Duendecillos de Cornualles, parecían molestos. Harry noto que esos eran los de mes pasado, esos que los habían atacado por sorpresa. Con brazos y piernas cruzadas el profesor arrugo la frente, como si tratara de recordar bien—Llevaba unos shorts grises, y un suéter verde, era muy mono— Negó con la cabeza mientras se mofaba por la visión pasada —Pero lo que más recuerdo de ese niño pequeño, no fue la ropa, si no la estima que vi en sus ojos cuando me hablo por tres horas seguida de usted señor Potter—El profesor ahora si lo miro a los ojos.

Harry había abierto levemente la boca. Lucia como un babuino en shock.

—Alguien que habla asi...—Agito la cabeza, pensativo he ignorando la mueca tonta del chico—Es porque ama con fuerza— Harry se sonrojo fugazmente—Estoy seguro de que el señor Malfoy tomo la decisión que tomo no porque allá querido. Hubo una razón, asi que...—El profesor le dio palmaditas a Harry en el hombro—Deje de acomplejarse si Malfoy lo ama o no, y mejor piense en como recuperarlo, si quiere, claro —Le di una última mirada a su alumno que contemplaba la curiosa mancha en el suelo. Decidió dejarlo con el pensamiento que tenia ahora y tomo su saco y su maletín de la silla, no sin antes dirigir una asevera mirada a los seres azules que dejaron de agitar las barras de hierro—Y, señor Potter...

¿ 𝙶 𝙰 𝚈 ? | ᴴᵃʳᶜᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora