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Visitando al enemigo


La puerta se cerró y el baúl junto a su morral cayeron a cada lado de sus pies. Estaba completamente muerto, había tenido que cargar sus cosas desde que bajo del tren porque todos habían logrado sacar un carrito antes que él y ahora sus bíceps dolían al haberlos cargado todo el camino a casa para que los muggles no le viera con cosas flotando a su alrededor, además su molestia incrementaba por el hecho de que Ron, ni si quiera le dirigió la mirada, bueno, aunque ya sabía que este siquiera se iba a atrever a invitarle a su casa a dormir cuando había terminado con Ginny, ya lo sabía, a veces odiaba tener que vivir en el mundo muggle en vez del mágico.

Harry se sacó la chaqueta y la bufanda a la vez que raspo los pies en la alfombra para sacarse la nieve de las botas. Erlin, también se sacudió pero este las alas por la nieve que tenía encima. El chico se agacho y abrió la jaula del búho, el ave rápido salió y se fue volando piso arriba donde estaba el cuarto de Harry en aquella casa y cuando se incorporó pudo ver unos ojos azulados asomándose desde el extremo más alejado del vestíbulo.

—El amo Harry por fin esta en casa ¿El amo Harry tiene hambre? — Kreacher, su elfo domestico heredado por su padrino Sirius Black, le hablo con el elocuente tono de voz que usaba para él. Harry le vio con una sonrisa, que le llamara amo era bueno, antes no se toleraban mucho.

—Si, Kreacher me encantaría comer— Dijo Harry colgando la bufanda y la chaqueta en el perchero alado de la puerta, luego paso por el vestíbulo, para seguir a Kreacher por un conjunto de escaleras de piedra que conducían al sótano y a la cocina de la casa.

—¿No vendrá los amigos del amo Harry? — El brujo gruño, lo que menos quería ahora era pensar en la palabra "Amigo" cuando Ron le había dado tremenda golpiza y había actuado de todo, menos como un amigo.

—No, esta vez no...— Aclaro Harry al llegar a la cocina que era una sala grande, y "cavernosa" con la chimenea al extremo encendida. Con andares cansados se fue a sentar lo más cerca de la chimenea por el calor abrazador que liberaba y por el frio que el sentían, aunque le daba algo de melancolía el hecho de ver esa mesa alargada donde cabía un docenal de personas...

—¿Qué le gustaría a el amo de cenar? — Pregunto Kreacher, con varios utensilios de concia a su alrededor flotando, y cuando trono los dedos a Harry le apareció en la mesa un zumo de calabaza.

—Huevo, panceta, pan, no se Kreacher, lo que gustes— Contesto Harry viendo la correspondencia que también había aparecido en la mesa. Al tomar uno de los sobres de repente se escuchó un pavoneo proveniente de arriba y después cuando Harry dirigió su mirada alas escalares —donde se bajó— vio a Erlin entrando sacudiendo sus alas acompañado de un enorme búho que tenía algo en el pico. Los dos búhos sobrevolando por arriba de la cocina hacían mucho ruido a la hora de estar cantando alegres, pero molestando a Kreacher que traba de pegarles con la espátula.

Al final de ese desfile de cantos ambos búhos terminaron aterrizando juntos en la mesa y Harry desde que llego a casa al fin sonrió al ver aquel búho grande real. 

¡Era el búho real de Draco Malfoy! Y una carta.

—Amo, señor ¿Quiere que les dé una zurra con la espátula? — Pregunto el elfo al ver a los búhos sobre la mesa.

—No, no, está bien...— Negó Harry sin aliento y literalmente le arrebato la carta al búho del pico por la emoción, este agito las alas molesto y grazno—Lo siento...— Se disculpo asiéndose para atrás mientras veía aquel sobre; era de color abeto, la textura era suave y el sello de cera que cerraba el sobre tenía una M al centro, muy elegante, además de tener su dirección colocada a un lado con una letra que reconoció ala perfección. 

¿ 𝙶 𝙰 𝚈 ? | ᴴᵃʳᶜᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora