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La constelación


Harry se despertó más temprano de lo común aquella mañana del diecisiete de noviembre. No supo porque o en qué momento tomo aquella decisión. De un minuto a otro él ya estaba terminando de ponerse los zapatos cuando sus compañeros de cuarto apenas estaban despertando.

—¿Te has parado temprano? — Pregunto Neville desconcertado y con un ojo cerrado mientras veía que Harry se terminaba de amarrar la corbata en un nudo demasiado prolijo.

—Si— Corroboro Harry alzando los hombros taxativamente a la par que tomaba su mochila y se la colgaba en el hombro dispuesto a salir, pero en eso, una irlandés voz con sueño hablo.

—Momento...Enseña la prueba— Seamus desde su cama señalo con un dedo a Harry. El chico suspiro y bajándose un poco el pantalón mostro aquel calzoncillo verde con estampado de Slytherin que debía usar por diez días. El irlandés entonces cuando vio eso alzo el pulgar afirmativo y volvió a cerrar los ojos.

—Ron recuerda que en la tarde tenemos entrenamiento— Le hizo mención Harry a su compañero al girarse y ver el bulto de sabanas a su lado. El llamado solo soltó un leve gruñido mientras se movía. Su amigo simplemente paso de largo y salió del cuarto que compartía con sus compañeros, él ya había avisado.

No le prestó atención a la sala vacía y paso por ella demasiado perdido para llegar a la salida, mientras pensaba en las nuevas jugadas de Quidditch que aria en el partido: Gryffindor y Slytherin que muy pronto se haría, pero para ser sinceros a Harry le estaba costaba mucho poder concentrar en Quidditch. En realidad, había estado pensando en Draco Malfoy y resultaba algo extraño, ya que últimamente ha estado, soñaba con cosas del pasado, como aquella vez que lo conoció en el local de túnicas de Madame Malkin o aquella vez que le corto los higos y le vio muy de cerca sonriéndole, y de verdad que le resultaba algo peculiar que ahora se pusiera a pensar en todas esas cosas.

Entonces, al tener a el rubio brujo en la cabeza, se tanteo el bolsillo del pantalón, y saco aquel Galeón con el que se había estado comunicando con Malfoy y coloco su dedo pulgar en la moneda...

¿Podemos vernos?

A lo que no recibió la respuesta y le extraño, pues Malfoy solía contestarle casi de inmediato. Pero en aquel instante cuando Harry detuvo sus pasos para mandar otro mensaje, escucho el sonido de ráfagas de viento y de voces fuertes alado de él, donde se hallaba una ventana, por lo que curioso, vio afuera de ella y observo que en el campo de Quidditch el equipo Slytherin se encontraba entrenando, por lo que sin dejar de ver afuera de la ventana, se metió de vuelta la moneda al bolsillo y luego de un corto minuto, se volvió al pasillo y se encamino al campo con la leve idea de que ahí encontraría a Malfoy, pues él era parte del equipo, obvio, además de que tenía una rara sensación de querer ir a ver a el chico entrenando pues jamás lo había hecho.

Una vez que llego al campo, pudo ver efectivamente a los de Slytherin entrenando, algunos volando con sus escobas de prestigio y otros en el suelo, como era el caso de Malfoy que Harry rápidamente identifico. El rubio se encontraba rodeando de algunos de sus compañeros mientras estiraban en el suelo, haciendo que Harry se perdiera en el chico, despreocupado de que alguien desde lejos le veía, pero al ver aquel cuerpo alto, fino, de piernas largas, esbelto y de tez blanca como la de una perla, le atrapo...

—Vaya, vaya, pero si es Harry Potter— Dijo una voz algo rechinante, como la madera vieja al pisarla, esta, sonó desde arriba de Harry, liberando a el brujo de su alberca de pensamientos para alzar la vista.

¿ 𝙶 𝙰 𝚈 ? | ᴴᵃʳᶜᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora