Capítulo 125

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Esta historia no me pertenece, es una traducción.
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Los días de nuestro viaje son bastante aburridos, la mayor parte del tiempo le enseño cosas a Daenerys o simplemente nos relajamos juntas. Los últimos días le he estado enseñando a bailar. No hay nadie que ponga música, pero aun así le enseño los movimientos y los pasos.

Cuando me preguntó por qué le enseñaba a bailar, le dije que porque no teníamos nada más que hacer. Pero en realidad era porque espero que podamos bailar juntas en nuestra boda.

Es la última noche de nuestro viaje y veo a Tyrion bebiendo junto a un brasero para calentarse.

Sonríe al verme. "¿Bebes conmigo, Ser Nyla? Así no hace frío".

Asiento y cojo la copa que me ofrece. "Este debe ser el frío más intenso que he sentido. Estuve viva el último invierno y no recuerdo que hiciera tanto frío".

Se estremece. "Sí... pues me temo que cada vez hará más frío". Me mira con una expresión que no entiendo.

"¿Qué pasa, Lord Tyrion?" Le pregunto.

Sonríe. "Yo... quería disculparme".

"¿Por qué? No has hecho nada que agravie". Bebo otro sorbo de vino.

"Me equivoqué...", termina su copa de vino y se sirve otra. "La primera noche que llegué a Meereen después de convertirme en consejero de Daenerys. Te dije que sería mejor para todos que rompieras tu relación con Daenerys. Me equivoqué".

Me encojo de hombros. "Tus preocupaciones eran válidas. Los Lords y Damas de Westeros se van a reír y hablarán a nuestras espaldas cuando nos casemos. Muchos no estarán contentos".

"Ahora veo que eso no importa. Daenerys te necesita. La mantienes bien, cuerda. Necesita gente que controle sus peores impulsos. Creo que esa es parte de la razón por la que me hizo su mano".

Suspiro. "Daenerys es buena. Es amable. Pero..." Tomo un gran trago. "Hay oscuridad en ella". Pienso por un momento. "Hay un dicho común... Creo que..." Miro a Tyrion. "¿Tienes una moneda?"

Asiente y me da una moneda de su bolsillo.

Con el pulgar la tiro al aire. La cojo con una mano y me la pongo en el dorso de la otra. "La locura y la grandeza son dos caras de la misma moneda". Le doy la vuelta y la vuelvo a coger. "Cada vez que nace un nuevo Targaryen, los dioses lanzan la moneda al aire y el mundo contiene la respiración para ver cómo caerá".

Él asiente. "He oído este dicho... pero sé que la moneda de Daenerys Targaryen ha caído del lado de la grandeza. Estoy seguro..."

"No ha aterrizado", digo. Balanceo la moneda sobre la mesa para que se asiente sobre su borde. "A veces siente esa atracción hacia la locura. Su moneda siempre está en equilibrio sobre su borde. Una ráfaga de viento, un movimiento de un dedo...". Tiro la moneda. "Podría caer hacia cualquier lado".

Le devuelvo la moneda a Tyrion. "Amo a Daenerys con todo mi corazón. La amo más que a nada en este mundo. Por eso le juré, hace mucho tiempo, que nunca la dejaría caer a ese lado de la locura. Le dije que no crucificara a los amos. Le dije que no matara a los prisioneros Lannister que no doblaran la rodilla".

Sonríe. "Ella te necesita". Susurra. "Es una gran mujer. Será una gran reina. Pero sólo si estás a su lado. Sólo si tiene a alguien que le diga y le asegure lo que debe hacer".

Asiento con la cabeza. "Ella también necesita hombres como tú aconsejando. Su moneda caerá. Caerá del lado de la grandeza".

Levanta su copa. "Por Daenerys Targaryen... y su Domador de Dragones".

A Dragon's FlameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora