A Dragon's Flame

Capítulo 68

Esta historia no me pertenece, es una traducción.
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Inmaculados y Dothraki marchan juntos. Daenerys los lidera, y yo cabalgo con Ser Jorah y Ser Barristan. Ríen y hablan entre ellos de sus batallas y yo escucho atentamente, estoy fascinado, pero no tengo mucho que añadir, ya que no he estado en grandes batallas ni guerras.

Ser Jorah se ríe entre dientes. "Fue un maldito asedio".

Barristan asiente y sonríe. "Mmm, ¿fuiste el primero en atravesar la brecha de Pyke?".

"El segundo. Thoros de Myr entró solo, blandiendo esa espada flamígera suya".

Ser Barristan se ríe y sacude la cabeza. "Thoros de Myr. Maldito loco. ¿Robert te nombró caballero después de la batalla?"

"El momento más orgulloso de mi vida. Una rodilla en el polvo, la espada del rey en mi hombro, escuchando las palabras. 'En el nombre del Guerrero, te ordeno que seas valiente'. Sólo podía pensar en lo mucho que tenía que mear".

Nos reímos.

Ser Jorah continúa entre risas. "En una placa de metal durante dieciséis horas. Nunca se me ocurrió hasta que terminó la lucha. Estuve a punto de ser el primer caballero en mear en las botas del rey".

Desmontamos nuestros caballos y los llevamos a beber agua mientras todos se detienen a descansar. Me alegra ver que Ser Jorah y Ser Barristan por fin empiezan a llevarse bien.

"Robert se habría reído". Dice Barristan. "Era un buen hombre, un gran guerrero. Y un rey terrible. Quemé mis años luchando por reyes terribles".

"Hiciste un juramento".

"Sí. Y un hombre de honor mantiene sus votos, incluso si está sirviendo a un borracho o un lunático. Solo una vez en mi vida, antes de que se acabe, quiero saber lo que es servir con orgullo, luchar por alguien en quien creo..." mira a Daenerys. "¿Crees en ella?" Le susurra a Jorah. Estoy ocupado con mi caballo, no estoy seguro de que sepa que puedo oírlo.

"Con todo mi corazón". Ser Jorah susurra de vuelta.

Daenerys nos llama y nos unimos a ella.

Sonríe. "He pedido a los Inmaculados que reúnan a los oficiales y elijan un líder entre ellos". Un grupo de Inmaculados se acerca. Se vuelve hacia Missandei. "¿Son estos?"

"Sí, Khaleesi. Los oficiales".

"Ustedes no eligieron esta vida", les dice Daenerys en valyrio. "Pero ahora son hombres libres. Y los hombres libres toman sus propias decisiones. ¿Han elegido a su propio líder de entre sus filas?"

Se separan y uno de ellos da un paso al frente. Ella le dice algo y él se quita el casco.

Se inclina hacia ella. "Este tiene el honor". Dice y Missandei traduce.

"¿Cuál es tu nombre?" Dany le pregunta.

"Gusano Gris".

Ella parece confundida y se vuelve hacia Missandei. "¿Gusano Gris?".

"A todos los Inmaculados se les dan nuevos nombres cuando son cortados: Gusano Gris, Pulga Roja, Rata Negra. Nombres que les recuerdan lo que son... alimañas". Explica Missandei.

Dany se vuelve hacia los Inmaculados. "A partir de hoy elegirán sus propios nombres. Le dirás a tus compañeros que hagan lo mismo. Desechen su nombre de esclavos. Elijan el nombre que les dieron sus padres o cualquier otro. Un nombre que te dé orgullo".

"Gusano Gris me da orgullo". Dice el nuevo comandante. "Es un nombre muy afortunado. El nombre con el que nació este estaba maldito. Ese era el nombre que tenía cuando fue tomado como esclavo. Pero Gusano Gris es el nombre que este tenía el día que Daenerys Stormborn lo liberó".

Ella sonríe un poco y asiente.

Volvemos a ponernos en marcha, y me encuentro de nuevo con los dos caballeros.

"El rey Robert la quería muerta". Dice Ser Jorah pensativo.

"Por supuesto que la quería muerta. Es una Targaryen. La última Targaryen". Dice Ser Barristan.

Ser Jorah sacude la cabeza. "Supongo que nadie en el pequeño consejo pudo hacerle entrar en razón".

"Lord Stark lo intentó... incluso renunció cuando supo que Robert planeaba matarla", digo.

Ser Barristan asiente. "Desafortunadamente no formaba parte del pequeño consejo".

"¿No?" Pregunta Ser Jorah confundido. "¿No es el Comandante de la Guardia Real tradicionalmente..."

"Tradicionalmente, sí, pero maté a una docena de amigos de Robert durante su rebelión". Suspira. "No quería consejos sobre cómo gobernar de un hombre que había luchado por el Rey Loco. No puedo decir que me importara mucho. Siempre odié la política".

Jorah asiente. "Sí, imagino que yo también. Horas parloteando sobre puñaladas por la espalda y traiciones por todo el mundo".

"Mm-hmm". Barriston murmura.

"Aún así, ella tendrá que vadear a través de ese lodo si quiere gobernar los Siete Reinos".

"Tendrá buenos hombres a su alrededor para aconsejarla, hombres con experiencia". Ser Barristan mira a Jorah de reojo.

"¿Qué hombres tienes en mente?"

"Perdóneme, Ser Jorah, por lo que voy a decir, pero su reputación en Westeros se ha resentido con los años".

"Ha sufrido por una razón. Vendí hombres como esclavos".

"No sé si tu presencia a su lado ayudará a nuestra causa cuando volvamos a casa".

"¿Nuestra causa? Perdóneme, Ser Barristan, pero estaba ocupado defendiendo a la Khaleesi contra los asesinos del Rey Robert mientras usted aún se inclinaba ante el hombre".

"Tiene razón Ser". Yo digo. "Ser Jorah ha estado aquí desde el principio".

"Todos queremos que gobierne. ¿Me equivoco?"

"Te uniste a nosotros hace sólo unos días". Murmura Jorah. "No puedo hablar de sus intenciones".

"Si realmente somos sus leales sirvientes, haremos lo que sea necesario, sin importar el costo, sin importar nuestro orgullo". Me lanza una larga mirada. "Eso te incluye a ti, niña".

"Se lo he dicho Ser Barristan. No renunciaré a mi posición..."

Ser Jorah asiente. "No eres Lord aquí. Solo eres otro exiliado. Y yo recibo órdenes de la reina".

Barristan suspira. "Ambos son testarudos... pero supongo que debería estar agradecido de que dos personas tan leales sirvan a nuestra reina".

"No deberíamos discutir así..." Suspiro. "Todos queremos que gobierne, todos estamos de acuerdo en que es lo mejor para los siete Reinos, quiero decir... ¡mira lo que ha hecho hoy!". Suspiro. "Liberó a miles de esclavos, liberó una ciudad y ganó un ejército. Ella puede hacer cualquier cosa".

Ser Barristan sacude la cabeza. "Nadie puede hacer nada niña".

Sacudo la cabeza y miro a la maravillosa mujer que tenemos delante. "Ella puede".