14. Un Pequeño Accidente (Segunda Parte)

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Llegamos a la casa, estaba muy preocupado por cómo iban a reaccionar los papás de Yael cuando se enterarán de lo que le había sucedido. Al entrar estaba su mamá en la sala y al vernos entrar se levantó rápidamente del sillón y vino hacia nosotros.

Le platicamos todo exactamente como sucedió.

─¡Gracias chicos por cuidarlo y preocuparse por él! ─exclamó la mamá de Yael─. Estaban bien aquí jugando pero quisieron ir, la próxima mejor quédense y otro día van más temprano al parque ─agregó.

─De nada señora, sabe que Yael es mi mejor amigo y tenía que hacer todo lo posible porque este bien ─respondí con una sonrisa─. No volverá a pasar de nuevo.

─Si, señora igual opino lo mismo ─agregó Nath.

─¡Vayan al cuarto de Yael en un momento los alcanzo! ─la señora fue por el botiquín al baño y lo trajo hasta la habitación de Yael donde estábamos y preparó todo, se sentó en la orilla de la cama donde estaba Yael─. ¡Veamos, muéstrame ese brazo Yael!

Yael suspiró. Era claro que lo que le iban a hacer le iba a doler porque la mayoría de nosotros le tenemos miedo a las medicinas ya que arden cuando nos la ponen. Yael no tenía opción más que obedecer a su mamá.

─¡Va a doler más mamá! ─exclamó Yael, asustado─. ¡Esa cosa que le vas a poner arde muchísimo!

—¡Lo siento hijo pero tengo que ponerlo! —comenzó a limpiar el brazo y la herida, y posteriormente le aplicó un poco de Alcohol con un pedazo de algodón. Miré a mi amigo y estaba sudando, cerrando los ojos y pateando la cama. Tenía la cara roja y no se quedaba quieto.

─¿Estas bien Yael? ─pregunté. Estaba nervioso, veía a mi amigo sufrir sin que pudiera hacer nada, solo lo miraba sentado frente a él.

─¡Está bien Emi no te asustes! Sólo porque están aquí y lo están viendo él se está aguantando porque por cualquier rasguño menor se pone a gritar cuando le curo alguna herida ─respondió la mamá de Yael riendo.

─¡Yael, no pasa nada! Somos tus amigos y ya te conocemos. No tienes que esconder nada ─dijo Nath yendo a sentarse junto a él.

Yael miró a su mamá.

─¡Exacto! Si tienes ganas de llorar no te lo aguantes solo porque estamos aquí, somos tus mejores amigos ─dije tocándole el hombro.

Yael se quedó mirándonos, en ese momento se le llenaron los ojos de lágrimas y se soltó en llanto. Yo tampoco pude aguantar las lágrimas, es mi mejor amigo y me sentía triste al  verlo llorar de esa forma por haberse lastimado.

Nath y yo fuimos a darle un abrazo. Yael estaba hecho un mar de lágrimas por el susto de hace rato y le estaba doliendo el brazo con la medicina.

La mamá de Yael tomó una venda del botiquín y se la puso.

—¡Listo! Acabé, tranquilo —dijo su mamá levantándose de la cama─. Mira, ¡tienes a los mejores amigos! ─agregó.

Pasaron unos minutos, Yael se calmó.

─¡Gracias chicos! ─dijo Yael sonándose la nariz en lo que iba a su closet a buscar algo.

─¿Ya te sientes mejor? ─pregunté viendo que ya había dejado de llorar y estaba mas tranquilo.

─Sí, ya no me duele ─respondió al darme una playera de su closet─. ¡Toma Emi, gracias! Es para que pongas ya que rompiste la tuya para ponerla en mi brazo.

─¡No es nada en serio! ¡Gracias! ─me puse la playera y bajamos a la sala los tres.

Después de un rato la mamá de Yael estaba poniendo la mesa para cenar. Ya se había hecho tarde.

─¡Chicos mis papás no saben que estoy aquí! ─dije a los dos chicos tocándome la frente.

─¡Tranquilo Emi! Ya le avise a sus papás, hoy se quedarán en la casa esta noche con nosotros ─dijo la mamá de Yael─. Ya quedé con sus papás que sólo traerán sus cosas para mañana en la escuela.

─¡Súper! ─exclamó Nath emocionado.

Amigos Inesperados 1 & 2 (Version Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora