Amigos Inesperados 1 & 2 (Version Fanfic)

187. El Diálogo, La Mejor Solución

Asentimos con la cabeza. Mi mamá se quedó extrañada al ver nuestra reacción.

—¿Alan? —repliqué.

—Sí, ¿no vino contigo?

—Hmm… no, se quedó en su casa —aclaré con cierto tono de descontento.

—¿Todo bien, mi vida? —mi mamá se me quedó mirando. Asentí suavemente con la cabeza y no volvió a insistir.

Yael y yo salimos del cuarto detrás de ella.

Llegamos al comedor donde estaban todos, era la última cena entre toda la familia antes de regresarnos a la casa. Así que cenamos todos juntos.

Nath reía mientras platicaba con mis papás, lo obervaba pero no estaba seguro si seguía molesto conmigo o ya se le estaba pasando.

Pau, que estaba sentada a mi lado en la mesa, al darse cuenta que miraba a Nath a cada rato se viró hacia mí.

—Descuida Emi, ya se le pasará —me aseguró con una pequeña sonrisa.

—Está bien. Ya me dijo que hablaremos al rato, pero siento feo —susurré. No quería que escucharan, menos él.

—¿Te dijo algo más que te hizo sentir así?

—No, solo me dijo eso.

—A parte que lo ignoró le dijo que sí le decía algo se iba a molestar más con él —le dijo Yael en voz baja.

—¡Oye! Ya verá al rato. No se preocupen —al parecer Pau se disgusto por eso. 

Terminamos de cenar e íbamos camino a los cuartos. Mi primo Roger venía con nosotros.

—Hola primo, antes de irnos mañana… ¿ya terminaron de leer mi cómic? —me preguntó, sonriente.

—Sí, lo tiene Nath, ¿verdad que ya lo leíste? —le pregunté, para que le devolviera su cómic.

—Ven, ahorita te lo doy —le dijo a Roger directamente. Lo tomó de la mano y lo llevó al cuarto.

Pau se dió cuenta que él no me hizo caso y enseguida frunció el ceño. Pocos segundos después salieron nuevamente. Nath le devolvió el cómic a Roger.

—Gracias por prestarmelo.

—Oye amigo de mi primo, no se te olvide que tenemos un trato por esto… ¿te acuerdas? —inquirió Roger, sonriente.

—Sí, sí, ya —Nath le sacudió el cabello y mi primo se fue feliz a su cuarto.

Yael entró al nuestro y yo ya iba entrando también cuando vi que Nath se acercó con Pau, miró a su alrededor y al no ver a nadie la tomó de la mano.

—Oye, en todo el día no hemos pasado tiempo juntos —comentó él, algo nervioso—. Ahora que nadie nos ve, ¿me darías un besito?

—¿Qué? —Pau se quedó mirándolo, extrañada.

—Sí, ¿me das uno pequeñito aquí? —insistió acercando su mejilla—. Yo te daré dos.

Pau soltó una pequeña carcajada.

—¡Te voy a dar pero mangos! —le respondió con el el ceño fruncido—. No estoy muy contenta contigo.

—¿Pero por qué? ¿Yo qué hice?

—Por la sencilla razón que estás con tus cosas y no quieres escuchar a tu amigo Emi.

—Hmm… por eso. Creo que ya le dije algo.

—No, conmigo no funciona así —Pau tomó de la mano a Nath y lo empezó a traer casi a rastras hasta al cuarto. Cerré rápidamente la puerta y me senté en la cama. Yael estaba acostado en el sillón.