135. ¡Qué Linda!

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Viendo la situación no nos quedaba más de otra que confesarle a Nath que sí, estábamos observándolos.

—Oh, lo sentimos pero no aguantamos las ganas de ver cómo te iba a ir con ella —expliqué con finjida sonrisa.

—Vamos, no pasa nada amigos. Sabía que no se quedarían sin saberlo.

—¡Qué genial que le haya encantado el regalo que hiciste!

—Y más aún, vimos que te dió un beso —dijo Yael con emoción.

—¿Vieron eso? —preguntó Nath soltando un suspiro—. Fue hermoso… —se acercó a la cama y se acostó mirando hacia el techo.

—Sí, lo vimos todo… Absolutamente todo.

—Fue raro, ¿Saben?... No lo sé pero me perdí totalmente, sentí cositas extrañas —añadió mordiéndose el labio inferior—. ¿Con que así se siente?

Miré a Yael y fruncí el entrecejo con una mirada de complicidad.

—El señor "No me voy a enamorar" ha caído —bromeé soltando una ligera carcajada—. ¡Eres caso perdido, amigo!

—Es que es cierto, no me la creo… ¡fue genial!

—¿En serio fue así de emocionante? —preguntó Yael, mirando asombrado.

—Sí, de verdad… ahora entiendo cuando ellas dicen que es algo mágico.

—¿Mágico? —fruncí el entrecejo, confundido—. Ya estás hablando como niña.

—¡Claro que no! Solo les estoy diciendo lo que sentí —replicó con un gesto de extrañeza—. Mejor hagan como que no dije nada, ¿si?

—Ya, está bien. Solo quería saber si aún quedaba algo del verdadero Nath ahí dentro.

—Oye, tú estás aquí pero... ¿y Pau? —le preguntó Yael, confundido.

Nath nos miró al instante totalmente asombrado y su sonrisa cambió.

—¡Aaah! ¡Es cierto, se quedó en el patio! —Nath se levantó de la cama, en un santiamén y salió corriendo de regreso hacia allá.

Yael y yo soltamos una carcajada al verlo irse y nos acercamos de nuevo a la cocina.

Al llegar de nuevo nos percatamos de la silla quebrada. Rápidamente la armamos como pudimos y la pusimos a un lado antes de que alguien más la vea y nos metamos en problemas por eso.

Nos quedamos un rato en el comedor a comer un poco más de helado. Al terminar nos fuimos a la sala a platicar.

Luego de un rato Nath y Pau entraron a la casa. 

—Hola chicos —dijo Pau al acercarse a nosotros.

—Hola futura cuñada —bromeé entre murmullos.

—¿Qué? —preguntó, confundida.

—Nada, que cómo estás dice Emi —respondió Nath, mascullando. Me miró y frunció el ceño.

—Si, eso que dijo Nath —aclaré, Yael me miró con una enorme sonrisa.

—Pues súper feliz, miren lo que me regaló —Pau nos enseñó la libreta que le dió Nath.

—¡Está súper genial, que bueno que te gustó!

—Está muy bonito, en verdad que es un lindo detalle —añadió Yael con emoción.

—No me gustó, ¡me encantó! —Pau dirigió la mirada a Nath y este sonrió.

—Gracias Pau, qué linda… me hace muy feliz que te haya encantado, lo hice con mucho cariño para ti.

—Aw, ¿de verdad? 

—Si, en verdad se esmeró con eso.

—Desde hace un buen tiempo lo ha estado haciendo, ¿verdad Nath? —inquirió Yael, Nath lo miró y le sonrió.

—Sí, así es. Me divertí muchísimo mientras la decoraba… por eso me hace muy feliz que en verdad te haya gustado, eres muy linda en verdad.

—Muchas gracias, el lindo eres tú por eso también me encantas —respondió Pau, pero de repente nos miró a Yael y a mi—. Hmm… ¿Lo pensé o lo dije? —preguntó, apenada.

—Lo dijiste y muy fuerte —Yael soltó una ligera carcajada.

—Ya no tienes que finjir nada —respondí rascándome la cabeza—. Sabemos que ustedes dos traen algo, son muy obvios amigos.

—Uf, qué bueno… porqué no es nada fácil aguantar la emoción al verlo —dijo, nerviosa mientras se acercaba a Nath.

—¿En serio? —Nath la tomó de la mano.

—Sí, es que eres muy lindo —sonrió—. Te quiero —acercó el rostro a Nath y le dió un beso en la mejilla.

Yael y yo sólo estábamos frente a ellos observando, pero felices al ver la expresión de felicidad en el rostro de Nath.

—Voy a mi cuarto un rato —dijo Pau, soltó la mano de Nath y caminó unos pasos hacia su cuarto.

—Nos vemos al rato, yo también te quiero —le dijo Nath, nervioso.

Pau se volteó y sonrió.

—Nos vemos al rato mi pequeño y precioso mounstruo —añadió guiñándole un ojo, algo sonrojada, aclaró la garganta y entró a toda prisa a su cuarto.

Nath suspiró profundamente.

Yael y yo nos miramos extrañados.

—Hmm… Un momento, ¿por qué me dijo así? —preguntó Nath, confundido.

—Quién sabe… creo que es de cariño, ¿Verdad Yael? 

—Si, sólo por eso… —Yael trataba de aguantar para no reír pero se le escapó una ligera carcajada y se tapó la boca.

—¿Qué? ¿De qué te ries? —preguntó Nath con una sonrisa.

—Por nada, por nada.

Regresamos al cuarto.

La tarde fue pasando, los chicos y yo nos quedamos viendo televisión. Estaba oscureciendo, y hacía algo de calor.

Amigos Inesperados 1 & 2 (Version Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora