A la mañana siguiente la alarma sonó. Me levanté primero para irme a bañar mientras los chicos se levantaban de la cama.Un rato después regresé al cuarto para terminar de arreglarme y Yael se fué a bañar.
—¡Emi! ¿Qué pasó? —preguntó Nath, sorprendido—. ¿Cómo llegué aquí?
—¡Te teletransportaste! —solté una carcajada.
—¿En serio? ¡Wow! —exclamó Nath, asombrado.
—Obvio no Nath, te quedaste dormido mientras platicábamos en el comedor y mi papá te trajo a la cama —le dije mientras me ponía los zapatos.
—¡Oh! Entiendo.
Los tres terminamos de arreglarnos y nos fuimos camino a la escuela cómo siempre.
Pasaron los días. y llego el fin de semana. Yael estaba muy emocionado a que llegara el sábado para su primera cita con Jelly. En toda la semana se la pasó hablando de ello.
Le pidió a su mamá que le comprara ropa nueva para ese día con el pretexto de que sólo saldría con nosotros al cine sin saber que en realidad saldría a una cita con Jelly.
Desde la mañana le pedí permiso a mi mamá para ir con Yael y accedió felizmente. Le hablé a los chicos por teléfono para quedar en la hora en que nos veríamos. Durante la tarde estuve arreglando mi cuarto hasta que llegó la noche.
Salí hacía la casa de Yael, él me esperaba en la sala. Detrás de mí llegó Nath.
—Hola Yael… ¡Oye! ¡Te ves galán! —exclamé, sorprendido al verlo bien vestido y prácticamente bañado en loción con olor frutal, uno de sus lociones favoritas que sólo usa en ocasiones especiales—. ¡Si que te ves bien elegante! ¡Eh!
—¡Wow! —exclamó Nath—. ¡Es cierto Yael, te ves súper bien!
—¡Gracias chicos! —respondió Yael, sonrojado.
—De nada, vamos. Se nos hace tarde para ir al cine —le dije sarcásticamente guiñandole el ojo.
—¡Mamá ya me voy con los chicos al cine! —exclamó Yael a su mamá quién estaba en la cocina.
—Está bien hijo, sólo cuídense —respondió la mamá de Yael asomándose por la puerta de la cocina.
Salimos de la casa y de camino platicábamos.
—¡Gracias por acompañarme chicos!
—No es nada Yael, sabes que en lo que podamos ayudarte con gusto.
—Sí, como te dije igual quería salír —dijo Nath riendo.
—Oye… pero no podemos ir los tres a casa de Jelly ¿Que pensará? Si la invitaste a una cita.
—¡Emi! No es una cita, sólo la invite a un helado.
—Ya te dijimos que eso es una cita —dijo Nath entrecerrando la mirada.
—Ah, entonces si, es una cita —respondió Yael riéndose.
—Bueno, lo que haremos es ir a casa de Jelly, la esperas mientras Nath y yo vamos a la tienda por algunas cosas, luego que estén listos para ir se van a la heladería y les alcanzamos luego.
—No sé chicos, yo digo que mejor vengan conmigo también, no pasa nada.
—No Yael, esto será sólo entre Jelly y tú —dijo Nath golpeandole el hombro suavemente.
Pusimos en práctica el plan. Llegamos a la casa de Jelly. Yael fué hasta la puerta y Nath y yo fuimos a la tienda, desde ahí esperábamos a salgan para que después de un rato vayamos detrás de ellos.
Cuando Yael tocó a la puerta Jelly salió a recibirlo y ambos entraron a la casa. Mientras nosotros buscábamos algunas cosas para comprar.
Yo había elegido un yogurt ya que estaba sintiendo un poco de hambre. Sin embargo Nath había encontrado varias cosas para comer.
—¿Nath no crees que es mucho lo que vas a comprar? —le pregunté al ver que tenía entre sus brazos varias cosas entre gelatinas, galletas, frituras y más.
—Yo igual tengo hambre Emi —respondió haciendo una mueca de tristeza.
—Yo creo que es mejor que te compres un yogurt o algún sandwich que hay en el refri en lugar de tantas chatarras.
—Es que no quiero comer eso, con las galletas se me quitará el hambre.
—Bueno, sólo no te vayas a comer todo eso ahora o te hará mal —le dije mientras sacaba dinero para pagar mi yogurt.
Pagamos la compra y nos sentamos en la mesa que hay en la tienda a comer mientras esperábamos.
Pasaron varios minutos hasta que vimos a Jelly y a Yael pasar por la tienda camino a la heladería. Salimos y los seguimos sigilosamente. Parecíamos espías secretos detrás de un caso especial.
Cuando llegamos a la heladería vimos que Yael y Jelly fueron a sentarse en una de los asientos privados que están pegados a la pared, son unos asientos con sillones cómodos con almuadillas y que se separan por cabinas por medio de una pared de madera.
Los chicos se sentaron en una cabina y Nath y yo nos sentamos en la cabina junto a ellos. Podríamos escuchar lo que decían pero ni Yael y mucho menos Jelly se percataron que estábamos junto a ellos.
—¿Será buena idea espiarlos? —le pregunté a Nath un poco nervioso. En realidad deberíamos estar en el mismo lugar con ellos sólo que lejos para no incomodar, sólo porqué Yael dijo que no habría problema y que quería que nosotros estuviéramos con él. Eso me dejaba un poco más tranquilo.
—Hay Emi, no te preocupes. Además será interesante escuchar lo que se van a decir —respondió Nath con una mirada de complicidad.
—No sé Nath, aún me siento algo extraño por haber venido con ellos. Sólo porqué Yael nos lo pidió como favor.
Nos quedamos en silencio mientras esperábamos.
—Estoy feliz de que hayas aceptado salir a tomar un helado conmigo —escuché a Yael decirle a Jelly.
—¿Qué dijo? —preguntó Nath.
—¡Shss! No hables en voz alta o nos escucharán —respondí murmurando.
Nos sentamos a espaldas de dónde estaban los chicos para poder escuchar mejor.
—¡Te ves… guapo, Yael! —le dijo Jelly, se escuchaba nerviosa.
—¡Tú… tú igual Jelly! ¡Estás muy linda!
—¡Ay! ¡Gracias!... Y ¿Cómo te fueron en tus vacaciones? —preguntó Jelly.
—Bien, me divertí mucho con mis amigos. ¿Y a tí?
—Yo estuve en mi casa ayudando a mi mamá con la venta que hace, porque ella vende maquillaje por catálogo.
—Oh, qué bien —respondió Yael.
Pasaron varios minutos platicando de cosas variadas, de sus vacaciones, de la escuela y más. Nath y yo nos estábamos aburriendo. Cada vez que lo miraba estaba bostezando. Hasta que de repente escuchamos que su conversación se hacía más interesante.
—Jelly hay algo que quiero decirte… —dijo Yael, nervioso.
—Creo que Yael le dirá algo importante a Jelly sobre ellos —le dije a Nath quién se puso atento a la plática de nuevo cuándo escuchó a Yael decirle eso a Jelly.
Nath se acercó más hacía mí para escuchar mejor lo que decían. Ya que por momentos hablaban en voz baja.
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Amigos Inesperados 1 & 2 (Version Fanfic)
Teen FictionAcompaña a Emi, un chico preadolescente en esta historia llena de emociones y aventuras junto a sus dos nuevos mejores amigos, mientras hacen lo que más les gusta; divertirse. En cada aventura aprenderán lecciones sobre la amistad, la responsabilida...