182. Cosas De Hombres

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Alan entró al cuarto con una caja grande y vieja entre las manos. La asentó encima de la cama a un lado de nosotros y la abrió.

—Dejen esas tonterías de cómics para pequeñitos —dijo sacando un paquete plateado—. Ésto vemos los verdaderos hombres.

—¿Qué es eso? —le pregunté, ansioso por saber qué traía en la mano.

—Una revista —me respondió sonriente—. Pero de conejitas.

—No conozco un cómic con ese nombre —replicó Yael, extrañado.

—Dije revista, niño. No cómic.

—¿No es verdad? —Nath se levantó de la cama, emocionado—. ¿cómo la conseguiste?

Me sorprendió su reacción pues al parecer él si sabía qué era.

—pues así, fácilmente —le respondió.

—A ver… ¿o es falso?

Alan frunció el ceño. 

—Claro que es de verdad —aclaró con seguridad y abrió el sobre sacando una revista extraña.

En la portada había una mujer con muy poca ropa, me sorprendió mucho cómo era que Alan tenía una revista de ese tipo, que obviamente era para adultos.

—Oye, ¿cómo es que tienes eso? —le pregunté—. Eso es de grandes.

—Es a lo que me refería, Emiliano —respondió—. Esto es de verdaderos hombres, no los cómics esos.

—Pero, ¿no te regañan por tenerlas?

—Claro que no.

—¡Wow! Déjame ver —le ordenó Nath, asombrado—. No me lo creo, ya me habían hablado de esto pero no las había visto de verdad.

—Oye, ¿y tú cómo sabes de eso? —le pregunté.

—Es que mis compañeros de mi salón han estado hablando de eso, que sus hermanos tienen y pues si tenías uno serías popular entre ellos.

—Pues yo tengo muchos —señaló Alan levantando el entrecejo—. Míralas si quieres —le extendió la mano para darle la revista.

Nath ya estaba por agarrarlo pero la tomé yo primero.

—¡No, Nath. Eso es de grandes!

—¡Emi! ¿Ya ves? Por eso no te lo digo.

—Tú sabes que no está bien ver esas cosas.

—Pero ya no somos unos niños, no tiene nada de malo —replicó Nath con el ceño fruncido—. Vamos, solo quiero ver cómo es.

Alan, al ver que hablaba con Nath sacó otra y se la extendió a Yael quien solo estaba observando, confundido.

—Yo-yo no —dijo él, nervioso sacudiendo la cabeza.

—¿Por qué? ¿No quieres verlas?

—No, porqué como dice Emi; eso es de adultos y mi papá me tiene dicho que no tengo edad para ver esas cosas.

—Vamos, ya ven lo que les digo. Parecen unos bebés, ya son grandes y pueden verlas. No pasa nada.

—¿Ves Emi? —señaló Nath, convencido—. Préstamela.

—¡No, ya dije no! —insistí firmemente extendiendo la revista devolviéndosela a Alan. 

—Pero… ¡Emi, no seas así! Solo quiero verla —me dirigió una mirada triste. Me quedé mirandolo un instante, observé sus ojos aún enrojecidos y recordé cómo estaba hace rato.

Amigos Inesperados 1 & 2 (Version Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora