Amigos Inesperados 1 & 2 (Version Fanfic)

89. Una Inesperada Pelea

Ya estábamos por sentarnos para desayunar y en ese momento pasaba junto a nosotros un chico del salón de Yael, lo había visto antes saliendo de ahí así que sabía que era su compañero de clases.

—¿Otra vez la nenita llorando? —insinuó aquél chico mirando a Yael en modo de broma sólo para molestar.

—¿Qué? —le pregunté, enojado por ese comentario.

—Ignóralo, Emi. Sólo busca molestar —dijo Yael, limpiándose los ojos con las manos.

—¿Te molesta y no nos lo habías dicho? 

—Él molesta a todos —respondió Yael, con una mueca de disgusto.

—¡Con mi amigo no te metas! —le sugirió Nath, enojado a aquél chico—. ¡Ya estoy harto de chicos como tú, que sólo molestan!.

—¿A ti quién te preguntó? Ya muchos sabemos que también eres una niñita miedosa —le comentó aquél chico a Nath, con una carcajada.

—¿Qué? —preguntó Nath, confundido—. ¿De que hablas? 

—Tú bien sabes de qué hablo, él me lo dijo también, y no creo que quieras meterte conmigo.

—¡Vete de aquí, déjanos de molestar que no te estamos haciendo nada! —le dijo Nath, enojado.

—¿O qué, nenita? —le preguntó en modo de burla.

—No lo sé, pero con Yael no te metas por favor, no lo molestes.

—¿Y si quiero, tú harás algo? —le preguntó acercándose a Nath frente a frente.

—Déjalo tranquilo, por favor —le sugerí, me acerqué a ellos.

—Ve a molestar otros en otro lado —le sugirió, Nath.

—¡Ay, ya se está enojando la nenita! —insinuó, burlándose.

Nath se enojó mucho y empujó a aquél chico. Éste se enojó de igual manera y le devolvió el empujón.

—Esto te saldrá caro, Nathan. Se lo diré y ya verás como te irá luego —le comentó aquél chico, enojado.

—Nath, déjalo —le sugirió Yael tomándolo del brazo.

—Si, mejor vamos a otro lado —le sugerí con tal que ya no siga con eso y evitar problemas.

—Tienen razón, chicos. No vale la pena.

—Lo sabía, ¡eres un pequeño cobarde! —reiteró aquél chico con una carcajada, se dió la vuelta y se fué hacía la parte de atrás del salón. Ya que se había ido nos sentimos tranquilos y nos sentamos a terminar de desayunar.

—Nath, ¿A qué se refería ese chico con que alguien más lo sabrá? ¿Quién lo va a saber?

—No le hagas caso, Emi. No sabe lo que dice.

—Osea... ¿cómo lo conoces si es del salón de Yael?

—Es cierto, en mi salón varios de mis compañeros no lo aguantan, es muy molesto —reiteró Yael—. Pero... ¿Cómo es que él te conoce a ti, Nath?

—Ya les dije que no le hagan caso, mejor vamos a comer —Nath miraba al rededor dónde estaba sentado—. ¡Rayos! Yo no traje mi desayuno —comentó Nath, con finjida sonrisa—. Voy por el a mi salón.

—Está bien, pero no tardes —le respondí, él se levantó y se fué hacía su salón.

Me quedé pláticando con Yael, ya estaba tranquilo y feliz ya que había hablado con Nath y las cosas ya se habían arreglado.