Amigos Inesperados 1 & 2 (Version Fanfic)

167. ¡Solo Escúchame! Un Intento De Solución

Me quedé parado a medio pasillo, viéndolos. Nath se dió cuenta de lo que pasó y se apartó de Esteffi.

—¡Emi… sé lo que parece pero…! —intentó explicar pero lo interrumpí.

—Y así dices que Yael es el mal amigo y que tú no haces nada.

—¡No, no, no es verdad! —afirmó, desesperado y nervioso—. Esto no es lo que crees —le dirigió rápidamente la mirada a Esteffi, ella estaba sorprendida de igual forma en que los vimos—. ¡Dile a mi amigo Emi que esto no pasó como parece! —le rogó, asustado.

—Hmm… Nath pues… —Esteffi titubeaba—, no sé qué decirle.

—Nath, tranquilo… no tienes por qué explicarme nada —le mostré una pequeña pero fingida sonrisa y me di la vuelta para entrar nuevamente a la casa—. Sigue con lo que estabas, yo iré a ver a mi amiga Pau.

Vino corriendo detrás de mí.

—¡Yo voy contigo!

—¡No, tu mejor busca cómo explicarle esto! Que vas a necesitar algo bueno para que te crea. Yo te lo dije.

—Pero… pero… —Nath no buscaba qué decir, estaba nervioso y preocupado—, ¡Aaah! ¡Está bien! —frunció el entrecejo y fue a sentarse en las escaleras. Esteffi se acercó y se sentó a su lado.

Entré a la casa, fui hasta el cuarto de Pau y toqué a la puerta.

—Pau, ¿estás aquí? —le pregunté, pasaron unos segundos y no me contestó.

Pegué la oreja a la puerta y la escuché llorando. 

—Oye, ¿puedo hablar contigo? ¡Por favor! —le supliqué, esperando que viniera a abrirme la puerta pero no lo hizo.

Viendo la situación mejor fui a la sala un rato, me recosté en el sillón y me puse a pensar en alguna forma de hablar con ella. Me imaginaba como se estaba sintiendo. Sabía que era un momento complicado para ella, pues lo que temía se había hecho realidad.

Pasó un gran rato hasta que salió del cuarto y se dirigió a la cocina. 

Fui rápidamente detrás de ella.

—¿Estás bien? —le pregunté mientras me acercaba a su lado—. Siento mucho esto que pasó.

—No te preocupes, Emi —se secó los ojos con un pañuelo que tenía en la mano—. Gracias —dió un tembloroso y profundo suspiro. Se sentó en una de las sillas y me senté a su lado.

—¿Segura? De verdad no sé qué decirte con esto, no creí que esto pasara.

—Emi, tu no tienes que decirme nada. Te agradezco el apoyo, y sé que cuento contigo.

Yael salió del cuarto y al vernos sentados en la cocina, se reunió con nosotros.

—¿Qué tienes, Pau? —le preguntó al verla triste y con los ojos enrojecidos—. ¿Qué te pasó?

Le expliqué todo lo sucedido.

—¡Que mala onda con él! —exclamó Yael, enojado—. ¡Es muy malo!

—Lo sé, no lo creía hasta que lo ví.

De pronto Nath entró a la cocina por la puerta del patio, vino hasta nosotros y se acercó a Pau. 

Ella, al verlo viró la cara tratando de ignorarlo.

—Escúchame Pau, sé lo que viste pero no fue así, créeme —le suplicó Nath pero ella lo ignoró—. Por favor, escúchame —insistía, nervioso. Iba de lado a lado a ella tratando de que lo mirara pero cada intento suyo era inútil, Pau volteaba la cara.