Llegamos a la habitación. Al tocar la puerta salió la mamá de Yael.—Hola Vero, venimos a ver cómo está Yael, ya nos dijo Emi lo que pasó y quiere hablar con él —le dijo mi mamá—. Siento mucho lo que pasó.
—No te preocupes Mónica, son cosas de niños. Yo sé qué Emi quiere a Yael y a Nath y lo que haya pasado lo arreglarán.
—Si, gracias Vero. Por eso acompañamos a Emi para que hable con él.
—¡Pasen! Yael está en su cuarto con Nath. Ya intenté hablar con él pero no ha querido decirme qué pasó.
Pasamos a la habitación. Mis papás se quedaron en la sala a hablar con los papás de Yael mientras iba al cuarto a verlo.
Abrí la puerta y al entrar vi que Nath estaba sentado en la cama y Yael estaba acostado llorando.
Me acerqué a ellos para explicarles que pasó y pedirles disculpas.
—¡Lo siento mucho Nath! no fué mi intención. En serio estoy arrepentido de lo que hice y por no darme cuenta a tiempo.
—Lo sé Emi, comprendo que habrás pasado por un mal rato. No te preocupes yo estoy bien pero Yael es el que no ha parado de llorar desde que salió de tu cuarto —respondió Nath.
Me sentí muy triste al ver a mi amigo llorando, y peor aún; por mi culpa, sabiendo que él es un chico muy sensible y sentímental.
—¡Lo siento muchísimo Yael! No quería gritarte y menos tirarte el vaso con agua que tú me diste amablemente —me acerqué a la cama.
Yael sólo tomó una almohada y se cubrió la cara con ella.
Me senté junto a él pero se giró hacia el lado contrario de mi para no verme.
—Yael… escúchame... de verdad lo siento —se me dificultaba hablar. Estaba muy triste.
Él me ignoraba.
Me levanté y salí del cuarto para ir con mis papás.
—¿Todo bien hijo?
Abracé a mi mamá y me puse a llorar de nuevo.
—¿Emi que pasó? —preguntó la mamá de Yael acercándose a mi.
No pude contestarle.
La mamá de Yael fué al cuarto a ver a Yael.
—Ya hijo. Cálmate —dijo mi mamá.
—¡Quiero ir a la habitación mamá!.
Segundos después la mamá de Yael vino hacía donde estábamos, me imagino que habrá hablado con él.
—¡Emi ven! —escuché a Nath hablarme y cuando miré hacia el cuarto estaba Yael parado mirando escondido en la orilla de la puerta.
—¡Anda hijo, ve! —dijo mi mamá.
Regresé al cuarto y Yael estaba sentado en la cama, ya se encontraba un poco más tranquilo.
—Yael escúchame ¡Ya no llores por favor! No me gusta verte llorar… en verdad lo siento mucho —le dije sentandome junto a él. Tenía los ojos muy rojos, la cara empapada con sus lágrimas.
—Está bien… Emi. No debí insistir —respondió Yael sollozando, apenas y podía respirar.
—¡No! El que te debe una disculpa soy yo, no debí hacerte eso. Sabes que no te gritaría ni te haría daño, eres mi mejor amigo y te quiero mucho.
Lo abracé para que se calmara.
Un rato después se tranquilizó y dejó de llorar.
—Esta bien Emi, sé que no lo harías intencionalmente. Te perdono con una condición… que nos digas porqué estabas enojado —dijo Yael limpiándose las lágrimas con su playera.
—Es que me sentía muy triste y también enojado pero conmigo mismo.
—Es lo que queremos saber... ¿Qué pasó? —preguntó Nath.
—Le dije a Sofy lo que siento por ella y me respondió que no podía ser, porque ella vive lejos. Y se fué. Ya tenía que regresar porque terminaron sus vacaciones. Eso me partió el corazón y me puso muy triste. Luego recordé que varias veces tuve la oportunidad para decírselo pero lo deje pasar, eso me enojó mucho y mejor aguanté a no llorar. Por eso no quería decirles nada aún.
—Emi, tú me has dicho que somos tus amigos, sabes que te apoyaremos en todo y además al esconder nuestros sentimientos a veces nos hace más daño —dijo Yael.
—Lo sé, por eso los quiero mucho chicos. En verdad lo siento —ambos me abrazaron fuertemente.
—Está bien, ya pasó. Sabes que te queremos muchísimo también —dijo Nath.
Un rato después de platicar salimos del cuarto ya tranquilos.
—¿Todo bien niños? —preguntó la mamá de Yael.
—¡Si señora Vero! ¡Muchas gracias! —respondí.
Nuestros papás se miraron con una sonrisa.
—¡Vayamos por un helado! —exclamó mi mamá mientras tomaba sus cosas al igual que los papás de Yael.
Ya me sentía mejor. Había resuelto lo ocurrido con Yael. Pero aún seguía pensando en Sofy ¡La extrañaba muchísimo! Tal vez pronto la podría ver de nuevo o llamar por teléfono.
Más tarde decidimos ir a la playa para jugar un rato vóleibol como le gusta a Yael.
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Amigos Inesperados 1 & 2 (Version Fanfic)
Novela JuvenilAcompaña a Emi, un chico preadolescente en esta historia llena de emociones y aventuras junto a sus dos nuevos mejores amigos, mientras hacen lo que más les gusta; divertirse. En cada aventura aprenderán lecciones sobre la amistad, la responsabilida...