Amigos Inesperados 1 & 2 (Version Fanfic)

144. ¡Ardeeee!

Seguimos viendo la película un rato más, cada vez se ponía más emocionante. 

Los chicos estaban bien atentos y emocionados a excepción de Yael, quien por ratos lo veía morderse las uñas de las manos, la película lo estaba asustando aunque decía que no le daba miedo, sin embargo no era como las ocasiones anteriores que no las aguantaba viendo. 

Mi mamá vino a la sala con nosotros con un un plato enorme de frituras y un bote de salsa picante.

—Aqui tienen amores, les preparé estas botanitas con las frituras que les compré —dijo amablemente con una sonrisa—. Y además les traje está salsa para darle más emoción.

—¡Gracias! —respondimos todos al unísono.

—Denme unos minutos y les traigo sus bebidas —agregó mientras asentaba el plato con las botanas en la mesa.

—¿Necesitas ayuda? —le pregunté a mi mamá.

—No cielo, ahora se los preparo. No te preocupes.

Regresó a la cocina y nosotros empezamos a comer las frituras.

Nath tomó el bote de salsa y lo abrió.

—¿Le pongo salsa a todo? —preguntó con emoción mirándonos a cada uno.

—No a todo Nathan, creo que pica mucho eso —replicó Pau—. Luego no lo van a poder comer.

—Es cierto, a mi no me gusta mucho el picante me causa dolor de panza —dijo Yael con tono de preocupación.

—Esta bien no le pondré mucho solo a unas partes.

—Pero solo a la parte que vas a comer.

—Si, porqué solo tu lo comerás con salsa —le dijo Pau con una ligera carcajada.

—Bueno, es que a mí me encanta con mucho picante… puedo con eso y más —alardeó Nath mirando a Pau.

—Allá tú, pero no te quejes después —le dije al verlo decidido a comer mucho picante. Él solo lo decía porque Pau estaba con nosotros y lo más seguro es que quería hacerse el hombre valiente para impresionar.

—Solo con verlo me causa malestar en la panza —agregó Yael con una ligera carcajada.

—Son unos rajones, no aguantan —gruñó Nath desviando la mirada—. Saben que sin picante las botanas no sirven.

Comenzó a llenar de salsa toda su parte de las frituras casi hasta el tope del plato, vació más de la mitad del bote.

Agarró una fritura ahogándose en la salsa y lo metió a su boca. Nos quedamos observándolo asombrados mientras él se la comía.

—¿Qué? —preguntó extrañado con la boca llena y masticando—. ¿Qué me ven?

—Pues que te acabas de tragar casi toda la salsa —aclaré moviendo levemente la cabeza al verlo comer como si fuera algo simple. 

—Nathan esa cosa te puede hacer daño —le dijo Pau mientras comía también.

—Estoy bien, ya les dije que a mi me gusta el picante.

—Bueno, tú sabes.

Seguimos comiendo. 

Al cabo de un rato veía que Nath estaba intranquilo e inquieto sentado en el sillón, se abanicaba con las manos, voltee a verlo y me di cuenta que estaba sudando y tenía la boca totalmente enrojecida. Estaba sufriendo las consecuencias por su necedad.

—¿Ya te enchilaste verdad? —le preguntó Pau al voltearlo a ver.

Nath negó desesperadamente con la cabeza.