154. ¡Es Un Bonito Lugar!

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Nos detuvimos un rato y nos sentamos en unas piedras mientras Litzy hablaba por teléfono.

—Ya me dió sed —dijo Yael al sentarse a nuestro lado junto a Angie.

—Igual a mi, debimos haber traído algo para beber o hasta de comer.

—En la cocina habían frituras de anoche —añadió Pau—. Se me olvidaron.

—Genial, eso sí hubiera sido una gran idea —señaló Nath con poco entusiasmo.

—Lo sé, pero ya vamos para la casa.

—Solo espero que aún queden —Pau soltó una ligera carcajada.

—Emi, ¿cuánto a que puedo levantar esta piedra? —preguntó Nath, desafiante señalandola con su pie. 

Dirigí la mirada hacia allá.

—Si lo logras te doy un chocolate pero si no, tú me lo das a mi… ¿Aceptas?

—¡Trato hecho! —Nath se levantó y se acercó a aquella piedra, la tomó entre sus manos con todas sus fuerzas y logró levantarla apenas unos centímetros—. ¡Listo, me debes uno!

—Bueno, tu ganas… aunque ni estaba pesada. 

Nath regresó a sentarse.

—Pero lo logré.

—¡Pero qué fuerte! —afirmó Pau, sarcásticamente asombrada, se inclinó hacia él y le dió un beso en su mejilla—. Está bien, creo que me calmo —corrigió y se sentó nuevamente bien.

Nath solo se nos quedó mirando, apenado. Había logrado su propósito de hacerse el fuerte e impresionar a Pau para que le diera un beso, como siempre.

Yael, mi prima y yo nos miramos entre nosotros con una sonrisa por lo que había pasado.

—Ves lo que te digo, primo —murmuró Angie—. Van con todo.

—Así son estos dos —encogí los hombros.

—¿Y qué hay contigo? ¿Aún no tienes novia?

—Hmm… no, aún no —respondí con fingida sonrisa.

—Que pena, pensé que ya tendría una prima…

—Pues tendrás que esperar.

—Muy bien, primo —Angié me revolvió el cabello con la mano—. ¿Y tú, Yael? —le preguntó y le dirigió la mirada. 

Él estaba algo distraído en lo que había a su alrededor y al escucharla volteó rápidamente a vernos.

—¿Yo? —le pregunta lo sorprendió—. No, yo tampoco —respondió, nervioso.

—¿Seguro? —le pregunté frunciendo el ceño con una pequeña sonrisa.

—Sí, bueno… no tal cual.

Litzy terminó la llamada y regresó con nosotros.

—¿Qué pasó? —le preguntó mi prima Angie al llegar—. ¿Quién era?

—Era Anthony, dice que al rato viene —explicó Litzy—. Le mandé la dirección de aquí para que pase a buscarnos.

—¿Pero viene él solo o trae a algunos de sus amigos?

—Amigos no, es algo peor que eso; trae a la odiosa de…

—¿Quién es él? —pregunté, confundido e interrumpiendo accidentalmente a Litzy.

—Ah, es un... amigo —me respondió Angie—. Es que iba a venir con nosotras pero surgió algo y dijo alcanzarnos luego. Es que teniamos planeado ir de compras luego de quítarnos de tu casa en la tarde.

—Oh, qué bien.

Seguimos nuestro camino de regreso a la casa por el bosque. Llegamos a una parte alta dónde habríamos que subir para seguir.

Nath y Pau subieron rápido, luego subió mi prima Angie dejándonos atrás a Yael, Litzy y a mí.

Antes de subir, Litzy se distrajo con una flor que encontró y sacó su teléfono para tomarle una foto.

Yael se quedó observándola y mirando al rededor. Se acercó a un lado de unos arbustos.

—Es un lindo lugar, hay muchas flores y arbustos bonitos —me comentó Litzy al ver aténtamente aquel lugar lleno de árboles y vegetación en dónde estábamos.

—Es verdad, no habíamos venido por aquí.

—¿Te gustan las flores? —le preguntó Yael, tímidamente.

—Algunas. 

—¿Cuáles te gustan? 

—Girasoles, rosas y una que otra —respondió Litzy algo cortante y siguió tomándole fotos a las que habían cerca.

—Es que por aquí hay muchas cosas interesantes —agregué con una sonrisa.

—Eso veo, Emi. Es un bonito lugar.

—Es muy bonito —concordó Yael observando al rededor.

—Está como para pasar un rato solo, leer o hasta hacer la tarea con lo tranquilo que es.

—Es verdad, Emi. Si viviera por aquí me la pasaría aquí todo el día, sería un gran lugar para esconderme y meditar —explicó Litzy dando un leve suspiro y sonriendo.

Yael escuchaba, atento.

—Mira, aquí hay otras flores para que le tomes fotos —le sugirió con emoción acercándose al pie de un árbol.

—¡Gracias! —Litzy se acercó con su teléfono y se agachó para tomarles fotos.

—Tómale todas las fotos que quieras.

—Iré a decirle a los demás que nos esperen, creo que ya se alejaron —me acerqué a la parte alta para subir.

—Espera, Emi —rogó Litzy poniéndose de pie—. Voy contigo.

—Pero no le tomaste fotos a esas flores que te gustan —le dijo Yael.

—Con estas que ya tomé están bien, es que me gustan aquellas pero se atraviesa esta cosa y las fotos no saldrán bien —señaló una enorme piedra que aplastaba unas flores cerca del árbol.

—No te preocupes —afirmó Yael, entusiasta—. Yo la quito de ahí —se acercó a la piedra y comenzó a levantarla.

—No, no no —Litzy agitada la cabeza al verlo hacer esfuerzo con aquella piedra—, no lo hagas, está muy pesada y te puedes lastimar.

—Tiene razón, Yael. No te vayas a lastimar nuevamente algún dedo —añadí al verlo alzar la piedra y moverla poco a poco a un lado.

—Estoy bien Emi —aclaró con esfuerzo—. Yo soy muy fuerte y puedo quitarla de aquí, sabes que puedo con esto y más —Yael llevaba la piedra a un lado cerca de unos arbustos a la orilla de un deslave.

Él estaba tan dispuesto a seguir y con la forma de decirlo podría pensar que lo hacía para causarle cierta impresión a Litzy por alguna razón, así como suele hacer Nath con Pau.

—En serio, Yael. No te vayas a lastimar. Déjate de fanfarronerías —le rogó Litzy con tono de disgusto—. Deja eso, mejor sigamos.

—De verdad si puedo —replicó y siguió llevando la piedra hasta que la logró mover totalmente—. Ven, lo logré —se dispuso a aventarla lejos con todas sus fuerzas pero pesaba demasiado.

Yael logró hacerlo pero le ganó el peso y cayó con todo y piedra dentro de unos arbustos. El problema era que aquel lugar estaba muy alto.

—¡Te lo dije! —exclamó Litzy, disgustada mientras bajabamos entre unas piedras para ayudarlo.

Llegamos hasta donde estaba.

—¡Estoy bien! —afirmó Yael, estaba sentado a un lado de unos arbustos y cerca del tronco de un árbol. Al parecer no fue larga ni dura la caída ya que estaba tranquilo.

—¿Seguro?

—Sí, Emi —Yael se limpiaba la ropa, pero cuando estaba por ponerse de pie algo captó la atención de Litzy.

—¡Yael, por favor no te muevas! —suplicó entre murmullos con un tono de preocupación mirándolo fijamente.

Amigos Inesperados 1 & 2 (Version Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora