53. Pesadillas

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Ya eran más de las 11 de la noche, la película terminó. Nos pusimos las pijamas y nos acostamos en la misma cama para dormir como siempre ya que era muy grande.

Platicábamos y reíamos de varias cosas que decíamos. Nath fué por una linterna de juguete que proyecta luces de distintas formas divertidas, apagamos las luces y con eso nos mantuvimos entretenidos. Yael se quedó dormido en poco tiempo y sólo quedamos Nath y yo despiertos.

—Oye Nath… ¿Porqué le dijiste a tú mamá que fuiste a la biblioteca hoy? Nosotros sabemos que no es cierto.

—¿Qué? ¿Eso les dijo? —preguntó confundido y bostezando.

—Si, Yael me dijo que no te vió ahí para nada.

—Pero es que si estaba ahí, fuí por unas tareas.

—¡No es cierto Nath! ¿Qué pasa? ¿Qué has estado haciendo?

Me quedé esperando su respuesta por un rato. Al no responderme tomé la linterna, alumbré a Nath y me di cuenta que se había quedado dormido también. Ya no tenía caso seguir despierto así que puse la linterna a un lado de la cama y me acomodé para dormir. Ya al día siguiente le volvería a preguntar.

Más tarde desperté al sentir un brusco movimiento, abrí los ojos y escuché murmullos de Nath, el estaba a mi lado en medio de Yael y yo.

—¡Déjame, por favor!... ¡Suéltame! —murmuraba Nath, moviéndose bruscamente, seguía dormido. Al parecer tenía pesadillas.

—Nath… ¿Qué pasa? —le dije en voz baja moviéndolo para tratar de despertarlo—. Nath, despierta.

—¿Qué está pasando, Emi? —preguntó Yael, quién se había despertado también al sentir movimiento.

—Es Nath, creo que tiene pesadillas.

—¡Ya déjame… no me lastimes! —seguía diciendo Nath, aún no lograba despertar.

—¡Nath, despierta! —le dijo Yael, tratando de despertarlo también.

De repente en uno de sus movimientos me golpeó en la cara y me levanté rápidamente de la cama para prender la lámpara.

—¡Nath! —exclamé y logré despertarlo.

—¿Eh?... ¿Qué pasa? —preguntó Nath, al despertar.

—Estabas teniendo pesadillas —le respondió Yael.

—Ah, Lo siento —dijo somnoliento mientras giraba a un lado para seguir durmiendo.

Ví que ya estaba tranquilo, así que apagué la lámpara y me acosté de nuevo para seguir durmiendo, Yael igual se acomodó. Ya podíamos estar tranquilos ya que despertamos a Nath de la pesadilla.

La tranquilidad no tardó mucho tiempo, Nath de nuevo nos despertó con otro de sus murmullos y movimientos bruscos debido a otra pesadilla.

—¡Ya por favor déjame! —exclamó Nath, mientas se sentaba en la cama bruscamente.

Me levanté corriendo y asustado a prender la lámpara.

Nath estaba muy agitado y sudando.

—Nath ¿Qué tienes? Fué sólo una pesadilla —me acerqué a él y le froté el hombro para tratar de calmarlo.

—Sí, todo está bien. Tranquilo —le dijo Yael quién igual estaba asustado.

Nath por un momento se quedó pensando, estaba aterrado.

De repente entró su mamá al cuarto.

—¿Qué está pasando, chicos? Escuché gritos —dijo su mamá al entrar.

Nath se levantó rápidamente de la cama a abrazar a su mamá dejándonos a Yael y a mí muy preocupados.

—¿Qué pasó chicos? —preguntó la mamá de Nath, asombrada.

—No lo sabemos señora, Nath acaba de despertar de alguna pesadilla.

—¿Es cierto Nath? ¿Otra vez? —le preguntó, preocupada.

Al parecer por lo que dijo su mamá, no era la primera vez que Nath tiene pesadillas de esa forma.

Nath asintió con la cabeza y su mamá lo acompañó de regreso hacía la cama.

—Acuéstate de nuevo, fué sólo un sueño —le dijo abrazándolo—. Espero que mañana ya puedas decirme que es lo que has estado soñando.

Nath ya estaba más tranquilo así que regresamos a la cama, nosotros sólo lo mirábamos un poco preocupados. Su mamá salió del cuarto y apagó las luces.  

—¿Ya estás mejor? —preguntó Yael.

—Sí… ya pasó, gracias chicos —respondió Nath. Aún seguía temblando.

—¿Qué estabas soñando? —le pregunté, preocupado.

—No sé, pero era horrible —respondió, con la voz temblorosa.

—Bueno, por la mañana nos platicas que pasó, tranquilo, todo está bien, fué solo un sueño.

—Está bien.

Nos acomodamos para dormir nuevamente.

Sin embargo yo no estaba tranquilo, el sueño se me había pasado. Por ratos miraba a Nath y él ya estaba durmiendo tranquilamente al igual que Yael. Era la primera vez que lo veía teniendo pesadillas de esa manera. No creo que sea por alguna película de miedo, ni por algo parecido ya que él no es de asustarse con esas cosas fácilmente.

Pensaba en qué podia haberle causado esas pesadillas hasta que me quedé dormido.

Cuando amaneció nos levantamos para ver qué haríamos en el día y para desayunar.

—Oye Nath… ¿Que pasó anoche? ¿Que clase de pesadilla tuviste? —le pregunté al verlo tranquilo, así nos podría decir que fué lo que había soñado.

—Nada —respondió, desanimado.

—Anoche nos espantaste con tus gritos —le dijo Yael.

—No es nada, sólo fué una pesadilla —respondió Nath.

—¿Estás seguro? Has estado actuando raro.

—Sí chicos, no es nada.

—Anoche decías cosas extrañas, como si alguien te quisiera hacer daño y pedías que te dejara.

—¿Qué más dije? —preguntó, sorprendido y nervioso.

—Nada más, sólo eso.

—Sí Nath, dos veces. Hasta tú mamá vino a ver qué estaba pasando —le dijo Yael.

—Si, estaba muy asustado —respondió  Nath—. Pero ya pasó, sólo fué una pesadilla, sí, fué sólo eso.

—Bueno, si dices que sólo es una pesadilla está bien.

—¿Despues de desayunar vamos al parque a jugar con Yaemith? —sugirió Nath.

—¡Sí, suena divertido! —exclamó Yael, emocionado.

—Sí, está bien.

Nos arreglamos y fuimos al comedor ya que la mamá de Nath nos preparó el desayuno.

Amigos Inesperados 1 & 2 (Version Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora