Más tarde nos despertaron por mi papá. Ya habíamos llegado al hotel. No me di cuenta en qué momento regresó al carro y menos a qué hora llegamos.—¡Chicos, despierten! —exclamó mi papá sacudiéndonos a Yael y a mí—. ¡Ya llegamos!
—Esta bien —bostezaba mientras estiraba los brazos y los pies. Miraba al rededor.
—¿Dónde estamos? —preguntó Yael limpiándose los ojos.
—En la puerta del hotel. Ya llegamos.
Mi papá abrió las puertas para bajarnos y para sacar nuestras cosas.
—Vamos chicos, en un rato seguirán durmiendo.
Me bajé primero del carro.
—Vamos Yael, hay que bajar las cosas —le dije al ver qué aún estaba sentado.
—Espera un momento, Emi. Ahora te ayudo —respondió, algo apenado acomodánse y tapándose con la playera.
Me imaginaba porqué aún no quería bajar. Dejé que despertara por completo y esté listo para ayudarnos.
Empecé bajando algunas de las cosas. Ya quería estar en mi cama durmiendo. Estaba algo cansado por todo el viaje y por andar corriendo con Yael por lo que pasó en aquel bosque.
Después de un rato Yael ya estaba listo y bajó del carro, entre los tres bajamos el resto de las cosas.
Fuímos a la recepción y mi papá pidió una habitación para los tres.
Después del registro nos llevaron hacía allá y entramos. Dejamos las cosas a un lado.
—Bueno chicos, ya que estamos aquí… ¿Quién se va ir bañar primero? —preguntó mi papá, con una sonrisa.
—Yo no quiero bañarme, sólo quiero dormir —me acosté boca abajo en la cama, tenía sueño y dormir era lo único que quería hacer en ese momento.
—¿Cómo que no te vas bañar? —gruñó mi papá—. Estás sudado y tienes la ropa sucia.
—Yo iré primero, señor —repondió Yael, con una sonrisa mientras abría su maleta en busca de su ropa.
—Muy bien, hijo. Después será el turno de Emi, voy por algo de cenar. Ya deben de estar bañados los dos cuando regrese.
—Sí, papá. Está bien, cuando vengas ya estaremos listos —le dije mientras me sentaba en la cama.
Mi papá salió de la habitación por algo de comer, me quedé sólo con Yael en el cuarto.
—Emi, me voy a bañar, estoy muy pegajoso por el jugo que se me derramó en el pantalón.
—Sí, está bien. Yo voy a ver qué hay aquí a fuera —me levanté de la cama y me dirigía hacia la puerta.
—¡Emi, no me dejes sólo, por favor! —rogó Yael, preocupado.
—Ay, nadie te va a comer. Tranquilo —le dije entrecerrando la mirada.
—Esta bien, ahora vengo —Yael hizo un gesto de tristeza y se dirigió hacia el baño, me quedé parado en la puerta esperando a que entré a bañarse, iba a salir a pasear por el pasillo pero mejor me quedé en la habitación con él, si se queda solo puede ser que necesite algo.
Me acerqué a la puerta del baño.
—Yael, voy a estar aqui en el cuarto, no iré a ningún lado, no te preocupes —le dije desde la puerta del baño.
—¡Gracias! ¡Eres el mejor! —exclamó mientras se escuchaba el sonido de la regadera, al escucharlo me sacó una sonrisa.
Regresé al cuarto y me acosté en la cama. Saqué el cómic de mi mochila y me puse a terminar de leerlo mientras esperaba a que se bañara. Ya cuándo terminó busqué mi ropa y entré a bañarme también.
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Amigos Inesperados 1 & 2 (Version Fanfic)
Teen FictionAcompaña a Emi, un chico preadolescente en esta historia llena de emociones y aventuras junto a sus dos nuevos mejores amigos, mientras hacen lo que más les gusta; divertirse. En cada aventura aprenderán lecciones sobre la amistad, la responsabilida...