99. Graves Problemas

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Ricky se acercó a nosotros y me puse frente a los chicos, por si era necesario defenderlos de alguna forma a algún abuso de su parte.

—Nathan, creo que el mensaje que te envié con Daniel fue claro —reiteró Ricky, disgustado—. ¡Qué vinieras tú solo! ¿No?

—¡Nath no está solo y no íbamos a dejar que viniera aún así! —le respondí, enojado a Ricky—. ¡No lo molestes!

—¡Nadie te hablo a ti!, yo le estoy hablando a la nenita de Nathan —me tomó de la ropa y me apretó con fuerza—. ¡Mejor vete de aquí!

—No me voy a ir y no me vas a intimidar otra vez, Ricky —reiteré tratando de arrebatarme de él pero me tenía bien sujetado.

—Aquí estoy Ricky, deja a Emi por favor —rogó Nath muy asustado, Ricky lo miró y le sonrió de forma malévola.

—¡Deja a mis amigos! —exclamó Yael parándose frente a él valientemente. Sin embargo, Ricky se acercó rápidamente y lo sujetó de la ropa con la otra mano.

—La otra niña se hace la valiente, pero no me asustas —apretó con fuerzas a Yael.

—¡No, a Yael no! —me arrebataba tratando de liberarme de Ricky pero era difícil.

—¡Ahh! —Yael trataba de gritar pero Ricky lo estaba lastimando al apretarlo, sólo veía que las lágrimas de Yael empezaban a salir y a correr por su mejillas.

—¡Suelta a mis amigos! —exclamó Nath tratando de empujar a Ricky. Él lo miró enojado y le devolvió la mirada a Yael.

—Oh no, ¿ya vas a empezar a llorar otra vez pequeño cobarde? Si no te estoy apretando duro —le dijo Ricky a Yael, con una finjida sonrisa.

—¡Ya de-de-déjalo! —traté de decirle nuevamente.

—Te tengo una solución, te cambio a tus amigos por lo que me trajiste —le propuso Ricky a Nath.

—No, no me hagas esto, es que… es que… —Nath se puso muy nervioso a la propuesta de Ricky y no supo que decirle.

—¿Es que qué? —preguntó Ricky exaltado—. ¡No me digas que no lo trajiste!

Nath retrocedió, muy asustado.

—¡Ustedes dos inútiles, no se queden allá parados y tomen a estos dos! —les sugirió de una manera muy agresiva a Adam y a Daniel quiénes rápidamente se acercaron. Daniel me sujetó con las manos en la espalda impidiéndome mover, Adam hizo lo mismo con Yael quien estaba muy asustado.

—¡Daniel suéltame! —le sugerí muy enojado, sólo me miró sin decirme nada y me tapó la boca con la mano, traté de liberarme pero igual era fuerte.

Yael se arrebataba con todas su fuerzas pero Adam lo tenía bien sujetado.

—¡Adam… suéltame, por-por favor! —le rogó Yael, sollozando. Adam tampoco respondió, lo ignoró.

—Ahora tú ven acá —le ordenó Ricky a Nath dirigiéndose hacía él.

—¡No, por favor no! —respondió Nath asustado e intentó salir corriendo pero Ricky lo alcanzó sin que logrará irse muy lejos, lo abrazó apretándolo con fuerzas y lo trajo de nuevo a dónde estábamos. 

—¡Déjame por favor! —rogaba Nath, tratando de liberarse de Ricky.

—¡Ya que no trajiste lo que te pedí pues creo que te vendría bien un buen baño! —le dijo riéndose de una forma muy malévola—. ¡Y que mejor que un baño en la fuente del parque con agua verde como la aquella vez!

—¡NO! ¡Ricky no por favor, otra vez no! —exclamó Nath, asustado y comenzó a llorar—. ¡No quiero, me voy a enfermar otra vez!

Al escuchar eso intenté arrebatarme y gritar para poder ir a ayudar a Nath pero Daniel me tenía sujetado con fuerza y me tenía tapado la boca.

—Pero no te preocupes, Nath. No llores —le comentó Ricky, sarcásticamente triste—. No estarás solo… tus amigos te acompañaran  con el baño —soltó una carcajada—. ¡Ustedes dos traigan a ese par! —le ordenó a Daniel y a Adam.

—Hmm… Ricky no creo que sea necesario hasta tanto —le comentó Daniel—. ¡Nath estuvo muy mal cuando lo aventaste dentro la fuente la otra vez, lo ví en las clases esos días!

—¿Y eso a mí qué? —le preguntó Ricky, disgustado—. ¿Te pregunté?

—No, lo siento.

—Pero tienes razón, eso ya lo hicimos con este —reiteró con una mueca, pensativo—. Hay que intentar algo más divertido —soltó a Nath y lo empujó haciéndolo caer sentado a un lado de la pared de aquél callejón—. Mejor vamos a divertirnos con este otro —se acercó a mí, me quedé mirándolo muy enojado sin poder hablar —Daniel me liberó.

—¡Eres un maldito!, ¿Por qué le haces tanta maldad a Nath? ¿Por qué no nos dejas en paz? —le preguntaba, furioso.

—¡Porqué quiero!

Me enojé demasiado y sin pensarlo traté de golpearlo pero me esquivó. Me sujetó del brazo y me golpeó en la cara con su puño aventandome lejos.

Caí al piso completamente adolorido.

—¡Emi! —exclamó Yael, llorando y tratando de liberarse de Adam pero no podía.

—¡No, Emi no! —Nath se levantó rápidamente del suelo y quiso venir a ayudarme.

—¡Atrapenlo! —exclamó Ricky, Daniel reaccionó rápidamente , alcanzó a Nath antes de llegar hacía mí y lo sujetó de los brazos impidiéndole moverse. 

—¡Daniel, déjame ir a ayudar a mi amigo! —exclamó Nath, llorando muy asustado.

—¡Te lo dije, e hiciste todo lo contrario! —murmuró Daniel.

Me levanté del piso, adolorido, me toqué la cara y me di cuenta que sangraba del labio. Me había lastimado.

—¡Esto… esto no te lo voy a pasar! —le dije a Ricky, con la voz temblorosa, tenia ganas de llorar.

—¡Ya basta por favor! ¡Te traeré lo qué quieras, pero deja ir a mis amigos! —le rogó Nath, desesperadamente.

—No será tan fácil, y ya me harté de ti con tus sentimentalismo, eres muy aburrido —respondió Ricky.

—¡Es en serio, pero déjalos tranquilos! Ellos no te han hecho nada, y tampoco yo… no sé por qué me haces esto.

—Tú bien lo sabes, así que no me vengas con palabras tontas —le respondió Ricky, enojado—. Te lo recordaré todo por si acaso pero antes mejor juguemos a algo más emocionante… 

Ricky metió la mano en su bolsillo y sacó algo que nos puso más nerviosos y asustados, tanto que hasta Adam y Daniel se quedaron soprendidos.

Amigos Inesperados 1 & 2 (Version Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora