Amigos Inesperados 1 & 2 (Version Fanfic)

68. La Rueda Del Amor

Mientras íbamos en camino mirábamos todos los lugares con grandes y coloridos anuncios. Era la primera vez que íbamos a aquella ciudad.

—Chicos, recuerden que hay que irnos temprano a la casa antes de que sea noche —dijo mi papá, mirándonos por el espejo del carro.

—Sí papá, ya sabemos.

—Oye ya me di cuenta de todo lo que me comentabas respecto a Sofy...

—¿De qué? —le pregunté, sorprendido.

—De lo que me habías dicho. Ella igual te mira de una forma muy tierna —sonrió—. Por eso accedí a venir al parque de diversiones, veo que estás felíz de verla.

—Mucho papá, gracias... ¡Eres el mejor! Me siento muy feliz de verla. Desde las vacaciones no la había visto, y sólo la llamé una vez porque me daba pena.

—Es cierto, hasta les brillan los ojos a ambos —dijo Yael soltando una ligera carcajada.

Mi papá soltó una carcajada.

—Solo espero que mi amigo piense de igual forma por su hija —agregó.

Después de varios minutos llegamos a aquél lugar, estábamos en camino al estacionamiento. Seguíamos el carro del papá de Sofy que iba delante de nosotros.

Al fin después de un rato en buscar lugar para estacionar el carro hallamos uno. Dejamos todo, nos bajamos y todos juntos fuimos camino al parque de diversiones.

Al llegar nos asombramos al ver que habían muchas cosas, juegos mecánicos, tiendas y de todo. El lugar era mucho más grande que la feria cerca de casa.

Mi papá y el de Sofy platicaban mientras íbamos caminando. Las chicas y nosotros estábamos juntos.

—¡Chicos miren! Vamos a los carros chocones —sugirió Ivanna señalando el lugar que estaba un poco lejos-. ¡Corran!

—Vayan chicos —dijo el papá de Sofy mientras él y mi papá se iban a sentar a una banca.

Nos acercamos hacia ellos para decirle a mi papá que iremos hacía allá.

—Esta bien, vayan pero recuerden lo que les dije, chicos —reiteró mi papá-. ¡Cuídense!

Salimos corriendo con las chicas hacía la atracción.

Compramos los boletos. Sofy e Ivanna ocuparon un carrito y Yael y yo uno. Nos la pasamos riendo y jugando con los carros chocones por un largo rato hasta que terminó el tiempo.

Luego pasamos cerca de la casa de los sustos, era una atracción enorme con carritos, donde al subir te lleva a un recorrido con subidas y bajadas en zonas de miedo.

—¿Nos subimos a esta? —preguntó Sofy, emocionada.

—¡Claro que sí! —exclamó Ivanna.

—Yo igual, se ve emocionante —nos acercamos a la taquilla para comprar los boletos. Mientras nosostros íbamos hacía allá Yael se quedó pensativo y parado detrás de nosotros.

—¿Que pasa con Yael? —preguntó Sofy, preocupada al verlo ahí.

—Es que a él le dan miedo las cosas de terror.

—Yo me subo con él para que platiquemos y así distraerlo para que no se espante mucho —sugirió Ivanna, amablemente.

—Veré primero si quiere subirse, si no se suben ustedes dos, chicas. No voy a dejar sólo a mi amigo.

—En ese caso mejor no subimos y vamos a otro —sugirió Sofy volteando a ver a Yael.

—Podría ser, iré a decirle.