180. ¡No Es Para Tanto! Enojo Fuera De Control

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A Nath rápidamente se le iluminó la mirada. Retrocedió unos pasos y se sentó en la cama.

—¿Cómo es posible? —preguntó, atónito mirando a la pantalla.

—Calma, esto tiene solución —respondí—. Fue un accidente.

—Pero… ¿es una broma verdad? —le empezó a temblar la voz.

Me empecé a acercar lentamente a él.

—Oye… 

—¿Quién lo hizo? —masculló con el ceño fruncido.

—Yo solo diré que él perdió contra mí —le respondió Alan y soltó una pequeña carcajada.

—¿Sí pero quién agarró el control sin mi permiso?

—Yyy-yo —intentó decirle Yael. Estaba muy asustado que no le salían las palabras.

—¡Yo fui! —lo interrumpí de inmediato. Nath volteó a verme—. Yo quería jugar tu parte y sin querer me ganó Alan.

—Emi, tú no lo harías… a tí no te ganarían fácilmente. No te creo.

—Claro que sí. Mira… yo tengo el control.

Nath respiró profundamente y se acercó a Yael, ignorando lo que le dije.

—¿Por qué lo hiciste? —le preguntó, tratando de mantener la calma.

—Yo fui Nath, no él —reiteré—. Y lo lamento, puedo arreglarlo.

—Ay Emi, ya sé que como siempre tu vas a salvarlo.

—Pero esta vez es verdad, no fue él.

Nath le dirigió la mirada a Yael, él estaba callado observando y nervioso. Al darse cuenta que su atención estaba en él, bajó la mirada.

—Pero tu y yo sabemos que este tonto de aquí no sabe mentir —señaló. La voz le comenzaba a temblar más y empezaba a agitarse—. Y tu no debes mentir.

—Vamos Nathan, tranquilo —le dijo Alan. Se acercó a él y lo tomó del hombro—. Es un juego y pues tu amigo no pudo ganarme. ¿Qué le vas a hacer?

—Lo-lo siento —se disculpó Yael, mirándolo entristecido.

—¿Crees que con eso es suficiente? —replicó Nath.

—Pero lo lamento de verdad, yo no quería perder, no sé qué pasó y no sabíamos que era tu cuenta —aclaró, nervioso.

—Lo sabrían si tan solo me hubieran escuchado —respondió con fingida suavidad—. Pero ni en cuenta.

—Lo siento…

Nath suspiró nuevamente para tratar de tomar la situación con calma pero el enojo lo ganó.

—¡Eres un inútil! —le gritó, furioso haciendo que Yael salte del susto.

—¡Oye! —le respondí de inmediato, enojado por aquella reacción—. Tampoco le digas así. ¿Qué te sucede?

—Es-es que lo es, no sabe jugar ni puede hacer nada solo. ¿Y sabes qué? ¡Ya no quiero ayudarlo con su estúpida tarea!

—No es verdad, yo si sé jugar —le respondió Yael, con la voz temblorosa—. Y no me grites.

—Vamos, Nath. Yo te gano esos puntos otra vez y listo.

—¡No lo defiendas Emi! No se trata de eso, llevo más de un año jugando en el videojuego. Ya llevaba todo eso ganado, él no tenía por qué agarrar el control si yo estaba jugando.

Amigos Inesperados 1 & 2 (Version Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora