109. El Miedo Es Algo Normal

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Sacamos todos las cosas que traía la caja de la tienda de campaña incluyendo la hoja de las instrucciones.

—¿Tenemos que leer eso? —preguntó Nathan al verme desdoblar la hoja.

—Si Nath, no podemos empezar a armar algo sin antes leerlo —le respondió Yael acercándose a mi para leer conmigo las instrucciones.

—Así es, los instructivos no solo vienen de adorno ni son para guardar sin leer, si queremos que algo funcione como debe de ser hay que leerlo —añadí con una sonrisa.

Leímos bien todo y tratamos de armarlo pero era muy complicado para nosotros.

—Hijo, no es para armarlo aquí —dijo mi papá al vernos batallar con las piezas de la tienda de campaña—. Si lo arman aquí, ¿cómo lo van sacar al patio en la noche?

—Buen punto, no habíamos pensado en eso.

—Más en la tarde yo les ayudo a armarlo, además para contar historias en la fogata traje algunas cositas para hacerlo más emocionante —agregó mi papá con emoción.

—Genial, siempre quise estar en una fogata como en las películas —dijo Yael, entusiasmado.

—Igual yo, contar historias y ver las estrellas.

Volvimos a meter las cosas y lo dejamos a un lado para armarlo luego. Pasamos el resto de la tarde.

Al ver que oscurecia sacamos todo para armar nuestra fogata, llevamos la leña que nos dió mi tío y mi papá nos ayudó con la tienda de campaña. Paula se quedó dentro la casa a ayudar a mi mamá con lo de la comida.

—Listo, con esto ya tenemos nuestra tienda —les dije a los chicos al terminar de armarla, quedó espectacular, era grande y cómoda, era perfecta para varía personas hicimos nuestras camas improvisadas con unas bolsas pasa dormir y colchones que habían en la casa. 

—Bueno chicos, yo voy a la casa por lo demás —dijo mi papá, se dió la vuelta y fué hacia allá.

—Me emociona la idea de estár aquí… —comentó Yael, y de repente se quedó un poco pensativo mirando a su alrededor—. Sólo que tengo algo de miedo porqué está oscureciendo.

—No pasa nada, además no está tan oscuro —le respondió Nath con una ligera carcajada.

—Es cierto, no temas. No estaremos sólos.

—Está bien, tienen razón.

Terminamos de colocar todo dentro la tienda de campaña. 

Íbamos camino a la casa por lo demás.

—Yael, no olvides traer lo demás para comer —le sugerí mientras caminábamos hacia la casa.

—También las palomitas —agregó Nath.

—Sí, están en mi mochila —respondió, de repente se quedó parado observando alrededor nuevamente—. Chicos, ¿oyeron eso? —preguntó, asombrado pues al parecer había escuchado algún ruido extraño.

—Creo que si, pero lo más seguro es que haya sido el viento… no hay nada más —le respondí, pues el viento que había en ese momento movía los árboles y se escuchaba claramente debido a la calma y silencio que había en el lugar.

—Vamos, es lo que dice Emi —reiteró Nath con una ligera carcajada.

Seguimos caminando a la casa, ya íbamos subiendo las escaleras cuando escuchamos un ruido distinto que provenía del pequeño pasillo a lado de la puerta. Me quedé observando aténtamente hacia allá.

—Es el viento Emi… —dijo Yael, nervioso mirando hacia ese lugar.

—Sí, exacto… es el viento, vamos por los cosas rápido —de repente una sombra pasó a un lado.

Amigos Inesperados 1 & 2 (Version Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora