Estuvimos viendo la tele por un largo rato, nos estábamos aburriendo nuevamente. Era emocionante estar en la casa y en un lugar fuera de la ciudad pero no teníamos videojuegos y eso hacia que por momentos nos gane el aburrimiento.—Oigan, ¿que podemos hacer? Me estoy aburriendo mucho.
—Lo sé, ya somos dos —dijo Yael con una mueca de descontento.
—Somos tres —agregó Nath aventando el control de la tele a un lado de la cama.
—¿Jugamos fútbol otra vez? —me levanté de la cama.
—Yo si quiero, hace rato estábamos jugando bien pero por culpa de Nath dejamos de jugar en que mandó el balón lejos.
—Sí claro, ahora por mi culpa —gruñó Nath—. Luego solo por eso me caí en el lodo.
—Pero no fue nada, sólo por distraído como siempre.
—Entonces la próxima vas tú —replicó frunciendo el entrecejo.
—¡Hey! ¿Jugamos otra vez o no? —pregunté con insistencia al ver que ambos chicos no se ponían de acuerdo.
—Yo si quiero jugar —Yael se levantó de la cama y vino conmigo.
—Yo no quiero, me quedaré a ver la televisión —dijo Nath tomando nuevamente el control remoto y se acomodó en la cama.
—¿Seguro?
—Sí Emi, además me duele mi rodilla.
—Hmm… cuentos tuyos nada más —solté una ligera carcajada—. Le diremos a Pau que juegue con nosotros.
—¿De verdad? —preguntó con asombro y se sentó en la cama.
Yael volteó a verme soltando una ligera carcajada.
—Sí, así seamos 3 ya que tú no vas a jugar —le dije con algo de sarcasmo.
—Hmm… tal vez si, sólo un ratito
—¿No que te duele la rodilla?
—Ya no, sólo fue un pequeño dolor —aclaró Nath y se levantó de la cama—. Pero, ¿es en serio o solo están bromeando?
—Bueno, no sé. Solo decía, no creo que quiera jugar ahora.
—Hmm… ya ven —gruñó y se sentó nuevamente en la cama—. Entonces no.
—¡Dale Nath, vamos a jugar! —rogó Yael.
—Vamos solo nosotros dos —me di la vuelta para salir del cuarto.
—Sí, vayan ustedes yo me quedaré aquí a ver la tele —explicó Nath, subió los pies a la cama y se acomodó—. Además ya se me ocurrió algo para hacer —murmuró y sonrió con una mirada de complicidad.
—Bueno, tú te lo pierdes —le dije y salí del cuarto con Yael.
Fuimos al patio a jugar fútbol un rato dejando a Nath solo en el cuarto.
Estuvimos un rato en el patio jugando fútbol, mis papás y tíos estaban con nosotros mirándonos hasta que luego de un rato todos se fueron a algún lado y ya solo quedamos Yael y yo.
Pau salió al patio con nosotros.
—¡Hola chicos!
—Hola Pau —respondimos al unísono.
—¿Otra vez jugando fút?
—Sí —respondió Yael con una sonrisa.
—Es para pasar el rato.
—Genial, por cierto, ¿y Nath? —preguntó y al acercarse a nosotros ví que traía un libro en la mano—. ¿Y eso que no está jugando con ustedes?
—No quiso, se quedó a ver la tele en nuestro cuarto —expliqué mientras pateaba el balón.
—Ese chico, en lugar que esté aquí disfrutando del aire libre prefiere estar viendo televisión.
—Sí, así es él.
—¿Quién lo entiende? —Pau soltó una ligera carcajada, se dió la vuelta y se dirigió hacia el árbol cerca del lago.
—¿Y tú a dónde vas? —le pregunté al verla irse.
Pau volteó a vernos.
—Es que ya me aburrí de estár ahí dentro, mejor voy a leer un rato —explicó señalando aquél árbol con el columpio colgado—. Es relajante con el ambiente que hay en este lugar.
—Es cierto, es más emocionante si estás en un lugar donde te puedes concentrar —le dijo Yael con emoción.
—Asi es, por eso voy a leer un rato.
Pau se fue a sentar en el columpio para leer el libro que llevaba.
Yael y yo seguimos nuestro partido de fútbol.
—Chicos, ¿tienen ropa sucia? —preguntó mi mamá desde la puerta de la casa—. Es que voy a lavar.
—Si, están en el cuarto.
—Por fa, que las traigan en lo que checo unas cosas aquí en la cocina —ordenó con una sonrisa.
—Si, ahorita te las llevamos.
—Emi, ¿le puedes traer mi ropa? Están encima de mi mochila —dijo Yael mientras pateaba el balón—. Por fa, si no ahorita voy a buscarlas.
—Sí, no te preocupes, voy por ellas también. Le diré a Nath igual.
—Gracias Emi.
Entré a la casa y fui al cuarto, me dispuse a entrar pero al tratar de girar el picaporte este tenía seguro.
—¡Nath, abre… vine por unas cosas!
—¡Emi! ¡Hmm… espera un segundo ya voy! —respondió dentro del cuarto, se escuchaba como movía algunas cosas y si corriera de prisa.
Segundo después se acercó a la puerta y abrió.
—Oye, ¿por qué cierras con seguro? —le pregunté al entrar.
—No le puse seguro, se cerró solo —replicó, nervioso y sudando.
—¿Y ahora qué estás haciendo?
—Nada, sólo estoy viendo la televisión.
Miré hacia la TV y estaba apagada.
—Si, qué interesante programa estás viendo —le dije con sarcasmo, pues era obvio que no estaba viendo la tele—. Bueno, no importa. Dice mi mamá que saques tu ropa sucia porqué va a lavar, vine por la mía y la de Yael.
—Si, aqui están —Nath se dirigió a un lado del cuarto donde estaban su cosas y juntó su ropa—. Solo faltan las que se llenaron de lodo pero se quedaron en el baño —me las trajo hacia mí.
—Está bien, le diré a mi mamá que ahí están —tomé su ropa y fui hacia mis cosas por las mias y por las de Yael.
Nath se acercó a la cama, pero algo vió encima que lo sorprendió muchísimo y rápidamente se aventó hacia allá y lo guardó por debajo de la cama.
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Amigos Inesperados 1 & 2 (Version Fanfic)
Novela JuvenilAcompaña a Emi, un chico preadolescente en esta historia llena de emociones y aventuras junto a sus dos nuevos mejores amigos, mientras hacen lo que más les gusta; divertirse. En cada aventura aprenderán lecciones sobre la amistad, la responsabilida...