18. Un Lindo Encuentro (Yaelissa)

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Pasamos al cuarto de Yael por nuestras cosas que habíamos dejado la noche anterior.

—Yael mejor duerme un rato y más tarde salimos a jugar fútbol ¿Si? Apenas pudiste dormir unas horas anoche —dije tomando mis cosas.

—Esta bien chicos, voy a tomar una siesta y les veo más tarde.

Salimos de la casa de Yael.
Nath y yo nos fuimos a nuestras casas para hacer nuestras tareas y para almorzar.

Llegué a mi casa y mi mamá ya había preparado la comida. Durante el almuerzo platicamos sobre lo que pasó con Yael porque estaba preocupada. El día anterior sólo habló un rato con los papás de Yael en que llevó mis cosas para quedarme en su casa.

Terminé de comer y subí a hacer mis tareas. El sueño me estaba ganando también, estaba agotado por todo lo que había sucedido el día anterior.

Me acosté un rato.

“Antes pedía tener amigos verdaderos y ahora no sólo tengo a los dos mejores, si no que son más que eso; son como mis hermanos y los quiero mucho”, pensaba en eso hasta que el sueño logro vencerse así que tomé una siesta.

Más tarde, mi mamá me despertó para avisarme que saldrían a comprar. Me levanté y me di cuenta que ya eran las 4 de la tarde y había quedado con los chicos de ir a jugar fútbol. Fui a cambiarme de ropa y salí a verlos.

Ellos ya estaban listos así que juntos salimos camino al campo de fútbol.

—¿Yael como está tu brazo?¿Ya no te duele? —pregunté al ver que aún llevaba una venda.

—Ya mejor Emi, le pusieron otra ves la medicina. Gracias —repondió.

—¿Y aún tienes sueño? —preguntó Nath.

—No, ¡Ahora ya estoy bien!

Íbamos platicando y riendo cuando de repente a lo lejos vimos que Jelly venía hacia nosotros del mismo lado de la banqueta.

—¡Mira Yael!… ¿Creo que alguien te busca?

—¿Quién? ¿Dónde? —respondió viendo hacia los lados.

Yael se dió cuenta que Jelly se acercaba y rápidamente se puso nervioso, no era para menos pues la niña que le gusta estaba casi frente a él.

—¡Hola Yael! ¡Hola chicos! —exclamó saludando.

—Hola Jelly ¿Cómo estás?

—Muy bien, gracias... ¡Yael! ¿Qué te pasó en el brazo? —preguntó Jelly al ver que Yael tenía vendada la mano.

—No es nada, sólo me lastimé con algo ayer —respondió Yael.

—Que mal, espero ya te sientas mejor.

—Si, ya no me duele —respondió—. ¿Dónde vas?

—Es la hora en la que salgo de la biblioteca, ahora voy a mi casa.

—Ah, es cierto.

Nath y yo nos fuimos a sentar en la banqueta mientras Yael y Jelly platicában.

—¿Qué tal Yael? No has ido a visitarme a la biblioteca.

—Es que hoy no me dejaron tareas de investigación —respondió Yael —. Iba a decirle a los chicos si me acompañaban más al rato sólo a dar la vuelta a la biblioteca.

—Pero yo salgo a las 2 de ahí... por cierto ya se me hizo tarde te veo luego Yael. Espero verte otra vez un día de estos —dijo Jelly despidiéndose de Yael dándole un beso en la mejía.  

Yael se quedó perplejo de la sorpresa acariciándose suavemente la mejía después de aquel beso.  

—¡Hasta luego chicos! —dijo Jelly siguiendo su camino.

—¡Hasta luego Jelly! —respondimos Nath y yo. Nos levantamos de la banqueta para ir con Yael que estaba súper emocionado.

—¿Chicos vieron eso? —preguntó Yael saltando de la emoción.

—¡Tranquilo Romeo! —exclamó Nath riendo—. ¡Lo vimos todo!

—¿Ya ves a que me refiero cuando les  digo lo que siento cuando platico con Sofy? Sentir esas cosquillas en el estómago —supiré—.  Suerte que tú la ves en persona, en mi caso Sofy vive en otra ciudad y no puedo hablar con ella personalmente.

—¡Se siente bonito! —exclamó Yael contento—. Te entiendo, espero que puedas ver a Sofy de nuevo, recuerda que ella dijo que regresaría pronto.

—¡Hay que chicos! tan enamorados que son —dijo Nath riendo—. Suerte que conmigo no pasa nada de eso. No quiero ni saber lo que es el amor por ahora —agregó.

—¡No cantes victoria!  porque en algún momento te tocará y te lo recordaremos —Yael y yo nos pusimos a reír.

Después del rato fuimos al campo a jugar fútbol y ya cuando estaba oscureciendo regresamos a nuestras casas.

Amigos Inesperados 1 & 2 (Version Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora