32. ¿Confesión De Amor?

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Después de desayunar le dije a los chicos que pasaría un rato con Sofy y aprovecharía el momento para decirle de una vez que me gusta. Ya había dejado varias oportunidades atrás, está vez no podía dejarlo pasar.

Estuve practicando mis palabras para decirle y estaba nervioso.

Los chicos se quedaron a bañarse de nuevo en la piscina.

Fuí a mi habitación a darme un baño y a vestirme para la ocasión con una de  mis camisas favoritas.

Antes de salir del cuarto tomé una flor del arreglo que tenía mi mamá en la mesa para darle a Sofy.

Fuí buscar a Sofy a su habitación. Al llegar toqué a la puerta pero nadie abrió, al parecer habían salido. Fuí rápidamente a la piscina por si estaba allá pero nada.

Fuí a la zona de videojuegos y tampoco. ¿Dónde estará? Ya que esos lugares eran dónde más le gusta ir.

Regresé a su habitación de nuevo y la encontré saliendo con unas maletas.

—Sofy ¿Dónde has estado? Te he estado buscando.

—¡Emi! Qué bueno que te veo, pensé que no te vería.

—¿Porqué? ¿Y esas maletas? No me digas que ya te vas —le dije señalando hacia las maletas que tenía a su lado.

—Si Emi. Ya es momento de regresar a mi casa. Terminaron mis vacaciones.

—¡No por favor dime qué no es cierto! —exclamé, la voz me temblaba—. Venía a decirte algo sobre lo que no hemos hablado desde la aquella vez.

—Emi olvida eso. No debió pasar.

—Pero ¿Porqué no? —le pregunté tomándola de la mano— ¡Me gustas Sofy!

—¡Por favor Emi no sigas! —exclamó con la voz temblorosa.

—¡Pero es cierto Sofy! Desde ese día he querido decirte. ¡No he dejado de pensar en ti! ¡Me gustas mucho!

—Pero Emi… no quería que esto pasara, vivimos lejos el uno al otro y no podré verte de nuevo pronto —dijo Sofy mientras una lágrima corría por su mejilla—. Tu igual me gustas, me gustas mucho. Pero lo de nosotros no puede ser.

—Pero… ¿Porqué no?

—Lo siento Emi… —Sofy tomó su maleta y salió corriendo hacia el Lobby del hotel.

—Sofy ¡Espera! —fuí corriendo detrás de ella para tratar de alcanzarla.

Cuando salímos del edificio los chicos estaban en la piscina, al verme salir corriéndo ellos vinieron detrás de mi.

—¡Emi espera! ¿Qué pasó? —dijeron los chicos mientras venian corriendo.

Llegué al lobby del hotel y Sofy ya estaba por entrar a su carro con sus papás. Al verme vino hacía mi, me tomó de la mano y me llevó al pasillo cerca del Lobby.

—Emi… ya tengo que irme. Me la pasé súper genial contigo enserio. No olvidaré todo esto. Espero poder verte otra vez y no sé, tal vez podríamos salir de nuevo juntos.

—¡No quiero que te vayas Sofy! ¡Te voy a extrañar muchísimo!

—Ni yo quiero irme Emi… quisiera quedarme más tiempo contigo. Eres muy lindo, y me la pasé muy bien —dijo tocándome la mejilla—. Ya me tengo que ir —sacó una hojita de papel, una pluma y luego comenzó a escribir algo—. ¡Este es mi número de teléfono y mi dirección, me gustaría verte pronto Emi!.

—Esta bien Sofy. Espero verte pronto —respondí aguantando las ganas de llorar. Sabia que tenía que irse y no había opción.

—¿Te puedo dar un beso Emi? —preguntó mirándome fijamente.

Asentí con la cabeza y Sofy me dió un beso pero esta vez sólo fué un beso tierno y rápido. Estaba temblando. No me salieron las palabras porque sentía que lloraría y no podría decirle nada

Se subió a su carro, estaba llorando y se fué.

Yo sólo me quedé mirando como se alejaba poco a poco.

Sentí una opresión grande en el pecho, estaba a punto de llorar, sollozaba pero mejor me aguanté.

Me sentía muy enojado conmigo mismo porque debía haberle dicho todo eso desde que pasó pero no lo hice. Ahora que me decidí ya se tenía que ir.

Aún así se hubiera ido de igual manera pero ya lo sabría y hubiésemos pasado más tiempo juntos.

Miré hacia abajo y ví que aún tenía la flor que le iba a regalar. Y en la otra mano el papelito que me dió, lo metí en el bolsillo de mi pantalón. Del enojo y la tristeza estrujé la flor con mi mano sin importar que me lastimara las espinas que traía.

Segundos después los chicos lograron alcanzarme hasta dónde estaba parado.

—¿Emi qué pasó? —dijo Yael apoyándose en la pared, estaba agotado porque venía corriendo.

—¿Estás bien? —me preguntó Nath tocándome el hombro y tomándome la mano al darse cuenta que había hecho trizas aquella flor.

—¡Emi te está sangrando la mano!.

—¡Estoy bien Nath! —respondí respirando profundamente—. No te preocupes.

—¿Hablaste con Sofy? ¿Qué te dijo?

—No quiero hablar de eso chicos —me sequé las lágrimas de los ojos para que no se den cuenta que quería llorar.

—¿Porqué? ¿Qué pasó? —preguntó Yael.

No les pude contestar más, me di la vuelta y salí corriendo hacia mi habitación. Los chicos al verme correr vinieron detrás de mí.

Amigos Inesperados 1 & 2 (Version Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora