La tarde fue pasando, los chicos y yo nos quedamos viendo televisión. Estaba oscureciendo y hacía algo de calor.Fui por mi ropa para entrar a bañarme y recordé algo.
—Oigan, ¿saben que se nos olvidó?
—No, ¿qué? —respondió Nath.
—Ir a bañarnos al lago.
—Oye sí, desde que venimos ayer te dije que vayamos.
—Sí, ya sé.
—Nos distrajimos en varias cosas hoy —dijo Yael—. Ahora que hace calor estaría genial ir.
—¿Y si vamos ahora? aún es temprano —dijo Nath con emoción, abanicandose con las manos.
—Si Emi, vamos.
—No, creo que por hoy ya no, se está haciendo noche y no sería buena idea.
—No es tan noche, aún es temprano —replicó Nath—. Ándale, vamos…
—No chicos, mamá no va a querer que vayamos… sería peligroso estar tarde ahí.
—Tiene razón Emi, a mí me da miedo estar de noche ahí y más en el agua —afirmó Yael, nervioso.
—Bueno, está bien aunque no es tan tarde —agregó Nath no muy convencido.
—Pues vamos si quieren, pero puede ser que salga algo por ahí y nos quiera comer o algo, tú lo sabes Nath; ya viste qué pasa al no hacer caso.
—Si, ya lo sé, no me lo recuerdes. Y lo de anoche no fue nada.
—Por cierto, ¿todo bien por ahí?
—¿Qué? —preguntó, confundido.
—Que si ya sanaste por lo que te pasó en la mañana —aclaró Yael con una ligera carcajada.
—Ah, sí… según desde hace rato no siento molestia, entonces ya está todo bien —afirmó guiñandonos el ojo—. Gracias.
—Que bueno.
—¿Entonces si podemos ir a nadar? —insistió.
—No, ya les dije que no. Mañana podemos ir desde temprano, hoy estuvimos en tantas cosas y no se pudo.
—Bueno, ya que. Está bien.
Me fui a bañar, luego que terminé fue el turno de los chicos para que después vayamos a cenar pues mi mamá momentos antes ya nos había avisado que pasemos al comedor.
Ya cuándo los tres estábamos listos nos dirigimos hacia allá. Mis papás prepararon la comida y nos reunimos en el comedor.
Platicamos de todo, nos reíamos y nos la pasamos genial.
Después de que todos terminaron nos quedamos solo los chicos y yo en la mesa, mi mamá nos dió un pequeño postre que había comprado y nos quedamos a comerlo.
Platicaba con Yael y Nath platicaba con Pau.
—Amo el flan de vainilla —dijo Yael saboreando muy feliz dicho postre.
—También yo, es delicioso —agregué mientras lamía la cuchara—. ¿Quieres un poco más? —le pregunté al ver su plato casi vacío.
—Hmm… si, un poco nada más, gracias.
—Muy bien, ¿Y tú Nath? —le pregunté viendo que él ya se lo había acabado, sólo comía el último bocado.
—No, yo estoy bien así.
—¿Pau?
—Igual Emi, muchas gracias —respondió con una sonrisa. Miró a Nath y se percató de algo en el rostro de él—. Espera… —le dijo y acercó el dedo a su rostro.
—Tienes algo aquí —Pau limpió con el dedo a un lado de los labios de Nath.
—¿Qué es? —preguntó, nervioso tratando de alejar la cara de la mano de Pau.
—Hmm… —Pau miró su dedo un segundo—. Tranquilo miedoso, sólo es un poco de caramelo del postre—explicó con una ligera carcajada y sin pensarlo se lamió el dedo.
Volteé a ver a Yael, ambos extrañados por eso.
Pau dirigió la mirada a nosotros.
—¿Qué? —preguntó, confundida.
—Nada.
—Solo es caramelo, además es delicioso —agregó con finjida sonrisa.
—Si, lo sabemos —sonreí—. ¿Quiere un poco más de postre?
—No Emi, gracias.
—Está bien.
Ambos siguieron platicando y yo me levanté de la mesa para ir por un poco más de postre a la cocina para Yael.
Llegué ahí, no había nadie. Observé por la puerta y ví a mi mamá recogiendo la ropa seca que había lavado.
Me quedé parado esperando a que entrara para que me pueda servir el postre y llevarlo al comedor ya que no le gustaría si lo tomo antes de decirle.
Mientras esperaba llegó Ximena que traía su plato para ponerlo en el lavadero. Se dirigió hacia la alacena y jaló aquella silla que habíamos quebrado anteriormente.
Fui corriendo hacia ella.
—¡Oye no uses esa silla! —le dije y le quité la silla antes de que se subiera pues podría caerse.
—¿Por qué? —preguntó, confundida—. ¿Qué tiene?
—Hmm… nada, sólo no la uses —expliqué, algo nervioso. Ella no debía saber que entre Yael yo rompimos la silla accidentalmente o nos metería en problemas.
—Entonces préstamela, sólo voy a buscar algo.
—No Ximena, busca otra.
—Pero está lejos el comedor, y pesa mucho —replicó con gesto de disgusto.
—Entonces, dime que quieres de ahí y te lo bajo —le sugerí, tratando de evitar que tome la silla de nuevo.
—No, yo lo bajo así que dame la silla —Ximena se acercó hacia mí y me la arrebató.
—¡Dame eso Ximena, te estoy diciendo que no agarres esta, ve por otra!
—¡Pero yo quiero usar esta!
—¡No, ya te dije que no! —le quité la silla nuevamente—. Mejor ve al comedor por otra.
—¡Dámela Emi, le voy a decir a mamá! —Ximena frunció el ceño—. ¡Ya verás!
—¡Qué no, no insistas!
Ximena se enojó y se acercó a quitarme la silla, la jaló con tanta fuerza que la abrió por dónde se rompió.
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Amigos Inesperados 1 & 2 (Version Fanfic)
Teen FictionAcompaña a Emi, un chico preadolescente en esta historia llena de emociones y aventuras junto a sus dos nuevos mejores amigos, mientras hacen lo que más les gusta; divertirse. En cada aventura aprenderán lecciones sobre la amistad, la responsabilida...